Capítulo
7
Era un lugar oscuro, el cuarto estaba
repleto de diferentes objetos. En medio de esa sala se podía
distinguir dos figuras. Una estaba tumbada sobre una colchoneta y la
otra sobre la primera.
Las manos de la de encima se movían
ágilmente sobre el cuerpo ajeno, haciendo que este soltara leves
suspiros que se oían por toda la estancia.
Las dos bocas se juntaron para besarse.
Era un beso pasional, caliente y muy lujurioso. Las bocas se movían
ferozmente sobre la contraria mientras las lenguas se encontraban la
una a la otra y comenzaban una batalla para ver quien sería el
ganador.
El sonido de las dos salivas
mezclándose junto con los jadeos y gemidos no tardaron en dejarse
oír.
La temperatura comenzó a subir y esas
dos personas ya estaban empezando a sufrir las consecuencias de eso.
Los dos se separaron para tomar aire y
poder recuperarse. Aunque la luz era escasa ellos se podían ver
claramente. Se quedaron mirando fijamente el uno al otro sintiendo el
cuerpo ajeno y la temperatura subir.
-Ahh...Sai...-jadeó el pelirrojo.
-Gaa-chan...-susurró este mientras se
inclinaba para besarle otra vez.
¿Cómo han llegado a esta situación?
Eso es muy fácil pero primero hay que retroceder hasta esa misma
mañana.
*Flashback*
El moreno después de oír lo que había
sucedido con su primo y el rubio menor se puso a pensar.
Él todavía no había hecho ningún
avance con el pelirrojo y eso le frustraba bastante.
Además, le había parecido un poco
rara la actitud de los tres hermanos pero , aún así, decidió
ignorarlo y pensar que eran imaginaciones suyas. Lo primordial en ese
momento era acercarse a su adoración pelirroja.
Por otra parte el pelirrojo intentaba
averiguar lo que había pasado entre su hermanito y el menor de los
Uchihas. Al no obtener una respuesta se rindió ya que sabía que su
otouto se lo contaría tarde o temprano. Estaban de camino a la
secundaria y él se puso a pensar.
Es verdad que su relación con Sai no
había empezado de la mejor manera que digamos pero... No es como si
el moreno no le llamara la atención. Su hermanito ya había
comenzado a moverse , ya que, no era un secreto para él y para
Deidara que cuando algo le gusta a Naruto este siempre consigue lo
que quiere. Y en esta ocasión lo que le había llamado la atención
al rubio había sido el azabache.
En cuanto se lo contó a ellos
decidieron que sería divertido jugar un rato con ellos. Claro que
eso no significara que no les gustaran de verdad pero....no se los
dejarían tan fácil a esos chicos.
Pensando en eso no pudo evitar sonreír
casi imperceptiblemente pero, evidentemente Sai si se dio cuenta de
ello cosa que le causó algo de intriga.
El tiempo pasó y llegaron a la
secundaria. Los menores se marcharon hacia su aula y ellos a la suya
propia. En todo ese momento el moreno no dejaba de mirar al pelirrojo
que ya un poco harto se paró y giró a verle.
-¿Se puede saber que te pasa?-preguntó
ya un poco mosqueado.
-Nada. ¿Porqué la pregunta?-
respondió este mirándole con una sonrisa.
-Por que no dejas de mirarme.-se quejó.
-Bueno eso es normal ¿no
crees?-preguntó mientras se acercaba lentamente al pelirrojo. Este
le miró extrañado.
-¿Normal?-preguntó algo confundido.
-Si. Después de todo es normal que
mire a la persona que me gusta ¿no?-respondió estando a escasos
centímetros del rostro del más bajo.
-¿Eh? A qué te-...- no le dejó
terminar de hablar cuando el moreno ya le estaba besando. Fue solo un
simple roce ya que el pelirrojo le apartó en apenas unos segundos.
-¿QUÉ DEMONIOS TE PASA?- gritó el
menor.
-Nada.-respondió el otro mientras
tranquilamente se encaminaba otra vez hacia su aula.
El pelirrojo se quedó allí estático
bajo las miradas inquisidoras y sorprendidas de muchas de las fans
del moreno. Al darse cuenta de ese pequeño detalle, recobró la
compostura y también se dirigió a su aula. Una vez se había
alejado lo suficiente de todas las miradas curiosas y furiosas, cabe
destacar, se pudo percibir como en su rostro se formaba una divertida
y maliciosa sonrisa.
Sin más entró a clase y se sentó en
su lugar.
Las clases transcurrieron sin muchos
percances hasta que sonó la campana anunciando la hora de comer. Sin
darle tiempo al moreno de reaccionar se levantó y salió del lugar
en busca de su hermano pequeño ya que todavía tenían algo de que
hablar.
El moreno al darse cuenta de que el
pelirrojo le había ignorado, prácticamente, toda la mañana suspiró
frustrado. Se levantó de su sitio y se fue en busca de su primo para
ver si las cosas le habían ido mejor que a él.
El azabache estaba en el patio cuando
una multitud de féminas se le acercaron como gatas en celo. Él sin
perder el más mínimo segundo salió corriendo de allí tan deprisa
como sus piernas se lo permitían. A medio camino se encontró con el
moreno que venía en dirección contraria. Este le saludó alzando la
mano pero en el momento en el que el azabache pasó por su lado le
cogió del brazo y siguió corriendo con él. El moreno no entendía
nada hasta que vio a una manada de adolescentes detrás de ellos. De
su cabeza bajó una gotita de sudor al darse cuenta de la situación
en la que se había metido.
Claro está que en cuanto las fans del
moreno se enteraron también comenzaron a correr detrás de ellos
ocasionando que tuvieran que esconderse en los baños masculinos
hasta que finalizara el receso.
-Vaya... eso ha estado cerca.-suspiró
cansado el moreno.
-Si...-secundó el azabache.
Después de un rato de silencio en el
que los dos se dedicaron exclusivamente en recuperar el aire, el
azabache volvió a hablar.
-¿Porqué te perseguían a
ti?-preguntó mientras se sentaba en el suelo del baño.
-Seguro querían interrogarme por lo de
esta mañana.-dijo mientras se sentaba a su lado.
-¿Esta mañana?-volvió a interrogar
el menor.
-Si.... He besado a Gaa-chan delante de
unas cuantas personas.-respondió como si nada.
-¿Y cómo reaccionó él?- preguntó
otra vez el azabache.
-Pues... me empujó a los segundos para
gritarme.-dijo frustrado mientras suspiraba.
-Hmp. Al parecer las cosas no van bien.
-Ni que lo digas. ¿Crees que a Itachi
le vaya mejor que a nosotros?
-No lo sé. ¿Qué demonios tenemos que
hacer?-preguntó aún más frustrado que el mayor.
-¿Pasó algo?-preguntó al ver el
estado del menor.
-Tsk. No he podido hablar con él en
toda la mañana. Si no son mis fans, que no se como se las arreglan
para encontrarme siempre, son los estúpido timbres que no dejan de
sonar en los momentos menos oportunos.
-Te entiendo. A mi Gaa-chan me ha
ignorado toda la mañana.-dijo suspirando.
Estuvieron un rato más en silencio
hasta que decidieron salir del baño. Estaban bajando las escaleras
cuando algunas de las fans, suyas y del moreno, los encontró y
cuando una se lanzó a abrazar al moreno empujó al azabache haciendo
que este cayera.
El ojinoche se resbaló y cayó por las
escaleras preocupando a más de uno que se encontraba allí.
El moreno empujó a la chica lejos para
ayudar a su primo que se había desmayado a causa del golpe en la
cabeza. Con la ayuda de un par de chicos lo llevaron a la enfermería
y la enfermara procedió a examinarle. Por suerte no hubo ninguna
herida y solo había sido un golpe leve. Les dijo que se marcharan
que el azabache se quedaría allí descansando hasta que despertara.
Sin más el moreno se dirigió hacia su
salón nuevamente.
+Por otra parte+
En la azotea se encontraba el rubio
mirando hacia el patio con una sonrisa en el rostro.
-¿Se puede saber que estás haciendo?-
preguntó un pelirrojo que entraba por la puerta.
-Mira.-dijo simplemente.
El mayor se acercó y pudo observar al
azabache salir corriendo y poco después una multitud de chicas
detrás suyo.
-¿No crees que te has
pasado?-preguntó.
-Mmm...la verdad es que solo se lo dije
a un par de chicas. No pensé que el grupo se haría tan grande.-dijo
algo apenado el rubio.
-Bueno, todavía me debes una
explicación sobre lo que ha pasado esta mañana.-dijo el pelirrojo
sentándose. El rubio suspiró, se sentó a su lado y le explicó lo
que había sucedido.
-¿Y eso no es bueno?-preguntó el
mayor una vez el rubio había finalizado.
-Si que lo es, pero no podía saltar a
sus brazos. Todavía tengo que seguir con el plan ¿recuerdas?
-Si lo sé. Pero huir de esa forma...
-Tu has apartado a Sai-sempai cuando te
ha besado esta mañana.
-¿Como lo-
-Se?- le interrumpió.- Simplemente
unas chicas me lo contaron hace un rato.
-Bueno... es verdad. Es que a veces las
cosas que hace Sai no van con el plan.
-¿Ves? Todavía no es el momento.
Tienen que sufrir un poquito más.
-He. ¿Quién diría que eres el peor
de los tres?
-Nadie. Yo soy muy lindo cuando
quiero.-dijo haciendo un pequeño puchero.
-No actúes conmigo Naru. Se que Sasuke
te gustó en cuanto lo conociste así que ¿para qué comportarte
así?
-He. Eso ya lo sabes Gaara-nii. Eso ya
lo sabes.-dijo para seguidamente irse de allí.
El pelirrojo sonrió ante esa
respuesta. Claro que sabía por qué se estaban comportando así y
esa era la razón de porqué era tan divertido. Sin más se levantó
y siguió a su hermanito.
Estaban bajando por las escaleras
cuando vieron lo que había pasado con el azabache. El rubio se
preocupó cuando se lo llevaron a la enfermería.
-¿Estará bien?-preguntó el rubio a
su Nii-san.
-Tranquilo. De seguro no es nada.
-Pero...
-No te preocupes. ¿Si quieres saber
por qué no vas a verle?
-Sabes que no puedo hacer eso sin
más.-se quejó con un leve puchero.
-Mmm... ¿y si te doy una excusa?
-¿Cuál?
-Hoy tenemos clase de arte. De seguro
el profesor mandará a alguien para que lleve las cosas al salón.
-¿Si y?
-Pues... que hoy toca dibujar un jarrón
con flores.-finalizó. El rubio sonrió ante eso.
-Eso significa que...
-Exacto. Yo lo llevaré y
“accidentalmente” chocaremos y cuando estés mojado vas a la
enfermería.
-Eso es genial Gaara-nii.-dijo el rubio
mientras abrazaba al mayor.
-Bien. ¿Ahora tienes educación física
verdad?- el rubio asintió.- Vale entonces tárdate un poco en
cambiarte para que esto funcione ¿si?
-Hai.
Sin más se despidieron y cada uno se
preparó para lo que le tocaba hacer.
Al llegar al aula Kakashi-sensei ya
estaba allí lo cual extrañó a todos.
-Bien chicos. Ahora toca examen
sorpresa así que despejad la mesa y dejad solo un bolígrafo.
Todos los estudiantes se quejaron ante
lo dicho por su profesor.
-El que tenga algo que decir que salga
al pasillo y no hará falta que haga el examen.-dijo severamente el
peliblanco.
Ante lo dicho todos se callaron y
procedieron a hacer el examen en silencio y tranquilidad.
El pelirrojo solo necesitó media hora
en terminar el examen de Biología por lo que simplemente se dedicó
a dibujar en un papel.
Poco después el moreno también
terminó y se dedicó a observar al chico.
-Sai....deja de mirarme.-se quejó en
voz baja el menor.
-No quiero.-respondió este con
simpleza.
-Sabes... eres muy molesto.
-Ya me lo habían dicho.-contestó con
una sonrisa en los labios.
-Namikaze y Uchiha, dejen de hablar y
hagan el examen.
-Ya terminamos así que no pasa nada si
hablamos ¿no, sensei?-dijo el moreno.
-¿Ya terminaron?- preguntó escéptico
y se encaminó hasta ellos. Cogió los exámenes y, efectivamente,
los dos estaban terminados.
-Bien... en ese caso. Gaara ¿podrías
llevar los materiales al aula de arte?-preguntó.
-Claro.-dijo sin más pero cuando se
disponía a levantarse alguien le cogió del brazo.
-¿Puedo ir yo si quieres?-preguntó el
moreno.
-No hace falta Sai.-respondió este
para seguidamente soltarse del agarre del moreno.
-Por mi no hay problema. Ve tu
Sai.-finalizó el peliblanco.
El pelirrojo se maldijo mentalmente.
Sin que el profesor se diera cuenta sacó su teléfono móvil y le
mandó un mensaje a su hermanito avisándole de que era Sai el que
iría en su lugar.
Una vez finalizó la clase se dirigió
a la enfermería. Vio a su hermano salir para seguidamente oír el
grito frustrado del azabache.
Estuvieron un rato hablando hasta que
los dos se marcharon hacia sus respectivas aulas.
El moreno que había pasado a ver como
estaba su primo se quedó sorprendido al escuchar que todo aquello lo
habían planeado esos dos. Sin más le dijo a su primo que tenía
prisa por ir a su siguiente clase.
Salió corriendo en la misma dirección
por la que se había ido el pelirrojo y sin previo aviso le cogió
del brazo. Este paró y se giró sorprendido.
-¿Sai? ¿Pasa algo?-preguntó
sorprendido y confundido por la repentina aparición del moreno.
-Ven conmigo.
-¿Qu-...-no pudo ni terminar de
preguntar que para cuando se había dado cuenta el moreno lo había
arrastrado corriendo y metido en el almacén del gimnasio.
Allí el moreno le metió casi
lanzándole sobre unas colchonetas apiladas mientras cerraba la
puerta tras de sí.
-¿Sai?-preguntó todavía confundido.
-¿A qué a venido eso?-preguntó el
moreno.
-¿Eso no tendría que preguntarlo
yo?-preguntó aún más confundido.
-Sabes a lo que me refiero Gaara.-dijo
de forma seria. El pelirrojo se estremeció, era la primera vez que
el moreno le llamaba por su nombre entero además de que la expresión
que tenía ahora era más seria y la voz algo severa.
-¿A qué te refieres?-preguntó
intentando no tartamudear.
-Lo que hicisteis con Sasuke.-respondió
sin más.
-No hemos hecho nada.-dijo algo
asustado. “¿Qué habrá descubierto?” pensó.
-No te hagas el tonto Gaara. Lo de las
fans, lo del jarrón y lo que pasó en la enfermería lo teníais
planeado.-dijo.- Y no intentes negarlo por que os escuché.-se avanzó
a ver que el pelirrojo iba a replicar y mentir.
-Nosotros...-no sabía que decir.
-¿Por qué estáis haciendo esto?-
preguntó mientras se acercaba al pelirrojo. Este fue retrocediendo
hasta caer sobre las colchonetas. El moreno aprovechó eso para
posicionarse sobre el menor.
El pelirrojo no sabía que hacer así
que.... sin pensárselo mucho le besó.
*Fin
flashback*
Aquí es donde nos quedamos.
Los dos se estaban besando hasta que el
aire hizo que se tuvieran que separar.
-¿Beso bien?-preguntó el moreno.
-No se te ha olvidado eh~...-respondió
el pelirrojo mientras ladeaba algo la cabeza a un lado. El moreno
aprovechó eso para comenzar a besar, morder y lamer el pálido
cuello del menor el cual comenzó a suspirar otra vez.
-Vamos Gaa-chan....-insistió el
moreno.
-Si...-susurró.
-¿Si qué?-se hizo el tonto mientras
subía la cabeza para mirarle a la cara.
-Que... si eres bueno besando.-dijo con
una voz casi inaudible.
-Hm. ¿Y ahora me dirás por qué
habéis hecho eso?-volvió a preguntar.
-Idiota. Si que sabes romper un buen
momento.-se quejó el pelirrojo mientras apartaba al moreno de encima
suyo y se sentaba.
“Mierda”
se quejó mentalmente el moreno al darse cuenta que realmente había
desaprovechado una buena ocasión.
El pelirrojo suspiró y comenzó a
relatarle el porqué de todo. Al finalizar la historia la estancia se
quedó en un gran silencio.
-Así que es eso...-rompió el silencio
el moreno.
-Así es.
-Bueno entonces...-suspiró.- No diré
nada.
-¿De verdad?
-Si pero....
-¿Pero?
-¿Saldrás conmigo no?-preguntó con
un deje pervertido mientras le miraba de lado.
-Idiota...-susurró el pelirrojo. El
moreno sonrió de lado se acercó al menor y le besó con ternura.
-Tenemos que volver a clase.-dijo el de
ojos aguamarina.
-Tsk. Está bien.-dijo.
Se levantaron y salieron con cuidado
del gimnasio y sin más se fueron hacia sus últimas clases.
......Continuará......
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