domingo, 15 de febrero de 2015

Valentine's Day (Fotos)


¡¡¡¡Bueeeenaaaasss!!!! Aquí os dejo unas fotitos por el día de San Valentín. Espero que os gusten n.n













Gracias por verlas jejejeje y espero que os lo hayáis pasado bien este día (=^w^=)

You're only Mine




A pasado poco tiempo desde que terminó la Winter Cup. Todos los equipos vuelven a entrenar mientras que la Kiseki no Sedai se reúne para hablar.
De alguna extraña forma terminan discutiendo y haciendo un apuesta la cual consiste en: ¿Quién conseguirá chocolate por parte de Tetsuya?




PD: espero que os guste. Es el primero que escribo de esta serie así quen o sé si quedó muy bien u.u
Espero que me deis vuestras opinión sobre cómo lo hice (=^w^=)

You're only mine (Oneshot)

You're only mine

Han pasado dos semanas desde que finalizó la Winter Cup y tanto el instituto Seirin como sus contrincantes ya han vuelto a sus rutinas de entrenamiento para el próximo torneo. Mientras todos entrenaban, en especial un pelirrojo y peliazul, en otra parte un grupo de personas estaban discutiendo algo muy distinto a lo que sería una rutina de ejercicios.

-¡Te digo que seré yo el que lo conseguirá!-gritó un rubio de ojos ámbar, piel algo pálida y con un piercieng en la oreja.
-¡Sigue soñando Kise!-le respondió también en un grito un peliazul oscuro, de piel morena y ojos de igual color al cabello.
-¡No te metas conmigo Aominecchi!-le gritó de vuelta el rubio ofendido.
-¡Parad ya, par de idiotas!-les gritó ahora un peliverde de ojos de igual color y piel blanca mientras les golpeaba en la cabeza con sus dedos vendados.
-¡Eso dolió Midorimacchi/Midorima!-se quejaron ambos a la vez en el momento en el que giraron a verle uno molesto y el otro con cara de cachorro apaleado.
Por respuesta solo recibieron una mirada amenazante junto con un aura asesina que les hizo enmudecer al instante. Todo quedó en silencio hasta que oyeron como alguien abría una bolsa de patatas y comenzaba a comerlas despreocupadamente.
-Ya recuerdo por que Mido-chin era el subcapitán.-comentó con voz neutra un chico alto con el cabello liláceo, piel blanca y ojos de igual color al cabello mientras comía con despreocupación.
-Murasakibara.-saludó también indiferente el peliverde.
-¿Y? ¿Porqué discutíais Kise-chin y Aomine-chin?-preguntó abriendo una segunda bolsa de aperitivos.
-Es por el día de San Valentín.-comentó el peliazul mientras se rascaba la nuca y miraba hacia otro lado.
-Sip. Yo digo que Kurokocchi me dará chocolates porque me quiere pero Aominecchi insiste en decir que eso es imposible.-terminó de explicar el rubio mirando enojado al mencionado.
-Si Tetsu fuese a dar chocolates a alguien tú serías el último de ellos, idiota.-respondió mirándolo a su vez de igual forma.
-Eeehh.... yo también quiero recibir chocolate de Kuro-chin.-comentó el ojilila por lo que se ganó dos mirada furibundas hacia su persona, aunque las ignoró al imaginar que tipo de dulce le podría dar el sujeto en cuestión.
-¡Ni lo sueñes!-le gritaron ambos y de un momento a otro estaban los tres discutiendo.
El ojiverde suspiró cansado de tener que lidiar con ese trío de idiotas. Además se supone que habían quedado porque su pelirrojo ex-capitán les había llamado pero este ni siquiera había echo acto de presencia todavía. Cabe aclarar que el sujeto de disputa de esos tres tampoco había llegado aún y esperaba que no lo hiciese mientras toda aquella estúpida discusión no terminase. Volvió a suspirar y entonces se percató de una presencia a su lado. Giró algo asustado y abrió los ojos en demasía al contemplar a la persona que tenía delante. Definitivamente los otros tres estaban en problemas.
Sin decir nada esa persona se acercó a los mencionados y se paró a su lado. Estos ni en cuenta puesto que seguían muy metidos en su pelea.

-Suena divertido.... ¿puedo participar también?-habló el recién llegado. Ante aquella fría voz todos se tensaron y giraron la cabeza lentamente como en el momento de las películas en las que los protagonistas van a enfrentar al monstruo de cara por primera vez.
En ese momento se encontraron con nada más y nada menos que con la persona que los había reunido. Un pelirrojo de ojos heterocromáticos, uno rojo y otro naranja, y de piel pálida les miraba con una sonrisa en el rostro lo cual les estaba causando escalofríos a los chicos, mientras que el peliverde solo suspiró y se golpeó la frente con una mano al tiempo en que negaba con la cabeza ante lo inútiles de sus ex-compañeros de equipo.
-A-A-Akashicchi....¿cu-cuando llegaste?-preguntó en un tartamudeo el rubio. A leguas se notaba lo nervioso que se encontraba por la presencia de su ex-capitán.
-Mmm.... desde antes que llegaseis todos vosotros.-comentó como si nada. Todos se congelaron en su sitio al oír aquello. Hubo un silencio incómodo entre todos hasta que el pelirrojo lo rompió.
-¿Porqué no hacemos algo divertido para decidir quién tiene razón en esa discusión?-les preguntó a todos, sorprendiéndoles.
-¿A qué te refieres?-le preguntó cautelosamente el peliverde.
-Fácil.... Haremos una competencia la cual ganará el que consiga chocolates por parte de Tetsuya.-dijo como si nada.
-¿Y cómo se supone que haríamos eso Aka-chin?-preguntó un curioso pelilila.
-Bien.... podéis hacer lo que queráis. Insinuarle y preguntarle sobre ese día, invitarle a salir pero no vale que le pidáis el chocolate directamente. Por supuesto que tampoco se vale hablar mal de los contrincantes ni mentir de ninguna manera.-explicó con tranquilidad.
-¿Y cómo sabremos quién ha ganado o si ha echo trampa?-preguntó ahora el peliazul.
-Simplemente porque todos llevaremos micrófonos donde se grabarán las conversaciones que tengamos. Evidentemente si me doy cuenta de que alguien está manipulando la conversación....-dejó la amenaza a medias puesto que la mirada seria que puso fue suficiente advertencia para lo presentes.
-¿Estáis de acuerdo?-preguntó recibiendo un asentimiento por parte de todos, excepto del peliverde que ya sabía quién ganaría de antemano pero prefirió callarse.

En el momento en que todos estrecharon sus manos cerrando la apuesta el pobre peliazul sintió un gran escalofrío recorrerlo entero. Miró hacia ambos lados para averiguar de donde había provenido ese mal presentimiento y a causa de ello recibió un certero golpe en la cara con el balón de básquet que su amigo pelirrojo le pasaba. Inevitablemente quedó desmayado en el suelo a causa del golpe.

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Pasó una semana y el pobre ojiazul estuvo siendo acosado por un rubio, un peliazul y un pelilila. El menor no sabía que hacer. Cada vez que salía hacia algún sitio siempre se encontraba con alguno de ellos y aquello ya le estaba empezando a molestar.
En ese momento estaba caminando por el centro comercial junto al de ojos liláceos el cual, como siempre, estaba comiendo diversos aperitivos.
De un momento a otro el mayor paró por lo que el peliazul también lo hizo, mirándole con confusión. Entonces dirigió su mirada hacia donde lo hacía su compañero y se percató que era una parada que anunciaba chocolate para el día de los enamorados.

-¿Te interesa?-le preguntó sacando de sus pensamientos al contrario.
-Son dulces y a mí me gustan los dulces.-comentó simplemente.
-Ya veo.... ¿y porqué no te compras algunos?-le preguntó con curiosidad.
-Kuro-chin.... sería patético comprar chocolates de San Valentín para uno mismo.-le explicó a lo cual el menor le asintió en comprensión.
-Pues pídele a alguien que te los compre.-comentó con simpleza.
-Si no lo hace alguien que te importe no tiene sentido.-dijo mientras comenzaba a caminar otra vez.
-Mmmm.... ¿y hay alguien de quien particularmente quieras algunos?-le preguntó caminando a su lado el menor.
-Si.-dijo sin más pero sin dejar de caminar.
-¿Y la conozco?-le preguntó con curiosidad el de ojos zafiro. No era normal que el mayor hablase sobre ese tipo de cosas por lo que quería aprovechar la ocasión.
-Si.-volvió a responder.
Hubo unos minutos de silencio en los cuales solo se dedicaron a recorrer el lugar. Finalmente el que rompió ese mutismo fue el más alto de los dos.
-Kuro-chin....-le llamó ocasionando que el mencionado girase a verlo.
-Dime.-respondió sin más.
-¿Has pensado en darle chocolates a alguien?-le preguntó directamente.
-Pues..... la verdad es que no lo había pensado.-respondió después de pensarlo levemente.
-Ya veo.... ¿y no hay nadie a quien quieras darle?-le volvió a preguntar.
-Mmm.... pues como te dije no he pensado en ello así que no lo se.-volvió a responder.
Otra vez se quedaron en silencio pero esta vez solo se miraban puesto que habían dejado de caminar.
-¿Y porqué me preguntas eso tan de repente?-le cuestionó el más bajo.
-Solo que pensé que hay mucha gente que quiere recibirlos de tu parte.-comentó con sinceridad.
-¿Acaso quieres que te regale chocolate?-le preguntó el peliazul al pelilila.
-Pues claro. Si es de parte de Kuro-chin lo aceptaría sin dudar.-no dudó en responder.
-Pero si te diese a ti los demás también querrían y no tengo tanto dinero.-dijo ahora el menor con franqueza.
-Ya veo...-murmuró algo deprimido el mayor. El peliazul al verlo de aquella manera pensó un momento que hacer hasta que le indicó al de ojos amatista que le esperase un momento.
Sin más comenzó a caminar en dirección desconocida para el más alto pero pocos minutos después volvió a su lado y le extendió algo.
-Esto es para ti.-le dijo sin más. El más alto le miró sin entender hasta que sintió un peso en su mano, puesto que el contrario, al ver que no reaccionaba le cogió la mano y le puso el pequeño objeto sobre ella.
-¿Unos caramelos?-le preguntó sin entender.
-No puedo comprarte chocolate pero si puedo darte esos caramelos.-le dijo mientras sonreía levemente.
-Mmm....-murmuró algo feliz el pelilila.- Nee... Kuro-chin.-le llamó.
-Dime.-le miró con curiosidad.
-¿Esto cuenta como regalo de San Valentín?-le preguntó con notable interés.
-Pues.... no creo que cuente del todo.-respondió sinceramente.
-Entiendo...-dijo pero aún así sonrió puesto que aunque no fuesen chocolates el peliazul le había dado algo que le gustaba aún más. Dejaría esa estúpida competencia puesto que él solo quería una pequeña muestra de afecto por parte del menor.
Sin más siguieron caminando un rato hasta que se hizo tarde y el de ojos amatista acompañó al ojiazul a su casa, donde se despidieron y quedaron de verse otro día para jugar un partido.

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Por otra parte un grupo de 4 personas se encontraban encerrados en la misma habitación atentos a las voces que salían del ordenador portátil sobre la mesa.
-Así que Murasakibara se rindió.-comentó Aomine.
-Mejor. Uno menos contra quien competir.-dijo contento el rubio.
-¿Por qué tengo que estar yo aquí?-preguntó un malhumorado peliverde.
-Porque se necesita a alguien imparcial que no participe en la apuesta. Así verá las cosas de mejor forma.-explicó el pelirrojo.
-Ahora que lo pienso... Akashicchi está participando en esto pero....todavía no has echo nada.-comentó el rubio mirando al mencionado.
-No necesito hacer intentos inútiles como vosotros. Con un encuentro me bastaría por lo que os estoy dando ventaja.-comentó con presunción.
-¡Hoy estás muy engreído Akashi!-dijo molesto el peliazul.
-Piensa lo que quieras Daiki.-le respondió con tranquilidad.
Por su parte el de gafas se quedó viendo al pelirrojo y solo suspiró para si a la vez que negaba con la cabeza.

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Volvía a ser de día y ahora al pobre ojiazul le había tocado salir a pasear un rato con el rubio. Su intención había sido sacar a pasear a Tetsu 2 pero en la calle se encontró con el de ojos citrinos (amarillos) y este insistió en acompañarle.
Caminaban tranquilamente hasta que llegaron a un parque cercano a la casa del menor, donde dejó al pequeño perro correr un rato. Mientras él se sentó en un banco siendo imitado por su acompañante.

-Kurokocchi.... ¿qué tienes pensado hacer pasado mañana?-le preguntó emocionado.
-¿Pasado mañana?-preguntó sin entender pero después de pensarlo unos segundos recordó qué día era.- ¿Te refieres a San Valentín?-le preguntó para asegurarse.
-Sip. ¿Si no tienes planes podríamos quedar?-le propuso con alegría.
-Kise-kun.... ¿no tenías una sesión fotográfica y después una firma de autógrafos ese día?-le recordó el de ojos azules. Aquel comentario le hizo recordar su trabajo y el infantil rubio se deprimió al saber que era imposible que aquel día estuviesen juntos.
-Es verdad....-murmuró desanimado.
-Si quieres podemos quedar el día siguiente a ese ¿si? Sino mal recuerdo es tu día libre.-le propuso para intentar animarle.
-¿De verdad?-le preguntó más animado.
-Así es.-le respondió con una pequeña sonrisa
-¿Entonces me darás un regalo?-le cuestionó con emoción.
-Kise-kun.... lo más probable es que te sobren regalos de tus fans. ¿Para qué querrías más?-le dijo divertido a lo cual el rubio hizo un puchero infantil.
-Pero si es un regalo de Kurokocchi entonces no me importaría rechazar todo el resto.-le dijo a son de berrinche haciendo reír levemente al contrario.
-Mmm... pues no tengo mucho dinero como para darte un regalo pero....-dijo para sí mismo y entonces paró para pensar un rato y después de asentir siguió hablando.-....podremos ir a donde tu quieras ese día.-le dijo sonriendo.
-¿Enserio? ¿Cualquier sitio que quiera?-le preguntó ilusionado recibiendo como respuesta un asentimiento por parte del menor.
Emocionado le abrazó y en ese momento el pequeño animalito de ojos azules se acercó a ellos y saltó sobre su dueño. Ambos se separaron y el más bajo se despidió diciéndole que le enviase un mensaje con el lugar y la hora. Sin más se marchó hacia su casa dejando al de ojos citrinos en una nube rosa de la felicidad. Es verdad que no había conseguido chocolate pero aquella cita le hacía muchísima más ilusión.

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Otra vez se encontraban los cuatro en la habitación del pelirrojo oyendo todo lo que sucedía. El de ojos esmeralda había sido forzado a ir otra vez mientras que el de ojos amatista solo comía a la vez que escuchaba la conversación del rubio y peliazul a través del pequeño aparato, al igual que hacían el pelirrojo y el otro peliazul.

-Así que ahora es Kise el que se ha rendido.-comentó el ojiazul.
-No se si cuenta como pérdida puesto que ha conseguido una cita con Tetsuya.-comentó el ex-capitán.
-En ese caso lo mío es igual puesto que conseguí unos caramelos de su parte.-dijo ahora el más alto de todos pero sin dejar de comer algunos aperitivos.
-Bueno pero se trata de conseguir chocolate o un regalo de San Valentín apropiado. Si Tetsu no lo considera como tal entonces no tiene sentido.-dijo el de ojos azules.
-Cierto.... Bien, ahora te toca a ti, ¿verdad Daiki?-le preguntó el pelirrojo con una sonrisa maliciosa.
-Si y ni te creas que me voy a rendir.-le dijo con arrogancia. Después salió de la estancia para pensar en qué haría al día siguiente para que Tetsuya le diese aquel presente.

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Ahora al parecer era el turno de su ex-compañero peliazul por lo que estaba en una cancha de básquet jugando un uno a uno contra el mayor. Este había ido muy temprano a verle y le había invitado a jugar un rato. Accedió por que estaba algo aburrido pero es que ahora a duras penas y podía mantenerse de pie.

-Aomine-kun.... estoy cansado, ¿podemos parar un rato?-le preguntó con la respiración entrecortada.
-¿Ahh? ¿Ya estás cansado Tetsu?-le preguntó con sorpresa.
-Llevamos más de dos horas jugando es normal que esté cansado.-se quejó el menor al tiempo que se dejaba caer de culo al suelo.
-Está bien, está bien.-dijo el otro para sentarse enfrente de su amigo.
Estuvieron un rato en silencio durante los cuales el menor aprovechó para intentar hacer llegar el aire necesario a sus pulmones. El otro en cambio se la pasó mirando fijamente a su amigo el cual se puso algo nervioso por aquella penetrante mirada.

-¿Pasa algo Aomine-kun?-le preguntó curioso.
-¿Haces algo mañana Tetsu?-le respondió con otra pregunta, yendo directo al grano.
-¿Ehh? ¿Porqué todos me preguntáis lo mismo?-se quejó algo cansado.- La verdad es que no tengo nada planeado en realidad.-le respondió a la vez que suspiraba.
-¿Entonces porqué no quedamos para hacer algo?-le propuso.
-Por que seguramente querrás volver a jugar y es mi día sin entrenamiento así que lo pasaré en casa sin moverme absolutamente nada.-le dijo con sinceridad.
-¡Oye! Encima que te invito y me rechazas así. No es justo.-se quejó el de cabello más oscuro.
-No hagas berrinche Aomine-kun o te parecerás a Kise-kun.-le dijo algo divertido el menor.
-Tetsuu....-le advirtió con voz grave lo que causó una leve risita en el menor.
-Mira si lo que quieres es no pasarlo solo entonces....-comentó mientras sonreía algo malicioso.
-¿Entonces qué?-le preguntó mirándole con sospecha. El más bajo solo amplió la sonrisa y en menos de cinco segundos se alejaba del lugar dejando al de cabello más oscuro con un perro encima de la cabeza.
-Cuídalo bien Aomine-kun.-le dijo una vez ya se encontraba lejos.
Poco después desapareció de la vista de su amigo dejando a este sin entender lo sucedido hasta que oyó al perrito ladrar. Fue entonces que cayó en cuenta de que le había hecho cargar con el animal.
-¡Tetsuuuuu!-gritó algo enojado pero este ya no se encontraba allí. Entonces solo suspiró y se levantó del suelo llevando consigo al nombrado Tetsu 2.

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Ya sabemos donde se encuentran y quienes son. Los 4 chicos intentaban aguantar la risa ante lo que habían oído.
-Jajajajajajaajaja Kurokocchi si que se la jugó.-estalló en risas el rubio.
-Hmp. Eso a sido bueno.-aguantó la risa el de gafas.
-Pobre Aomine-chin.-comentó con gracia el de ojos amatista.
Por parte del pelirrojo este solo sonrió divertido ante aquello. Sin decir nada se levantó y salió de su cuarto para que los demás no notasen la sonrisa que se había formado en su rostro.
-Al parecer por fin Akashi hará su movimiento.-comentó el peliverde.
-Si ninguno de nosotros lo consiguió ¿porqué parece que le apoyes a él?-le preguntó el rubio.
-Quién sabe....-respondió sin realmente responder.

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Finalmente era el tan esperado día de los enamorado. El ojiazul pensó que aquel día por fin le dejarían en paz pero nada más abrir los ojos se encontró con algo que realmente no se esperaba.
-Akashi-kun...-susurró para si. Entonces el mencionado abrió los ojos y sonrió levemente.
-Dime Tetsuya.-le dijo sin borrar aquella expresión de su rostro.
-¿Cómo entraste en mi apartamento y porqué estás durmiendo en mi cama?-le preguntó con sorpresa pero no hizo nada por sacarle de allí.
El contrario amplió sus sonrisa y le miró fijamente a los ojos, puesto que ambos se encontraban recostados de lado.
-Entré por la puerta y porque quise.-respondió a lo cual el menor hinchó los mofletes en son de queja por aquellas respuestas tan vagas.
-Eso no me aclara nada.-se quejó entre dientes y recibió una suave risa por parte del contrario.
-Vine a por lo que me prometiste.-le dijo a la vez que se acercaba más a él y le rodeaba la cintura con un brazo.
-Pues no se si te lo daré.-comentó algo enojado.
-No te enfades Tetsuya.... además me lo prometiste.-le dijo a la vez que le acariciaba la mejilla con la mano desocupada.
-Está bien...-suspiró y cuando estaba por levantarse se lo pensó mejor por lo que volvió a recostarse sobre el colchón.
-¿Pasa algo?-le preguntó el otro al ver que no hacía el más mínimo intento por moverse.
-Está en la cocina así que ya puedes ir a buscarlo.-le dijo a la vez que se movía para quedar recostado boca arriba.
-Así que realmente cumplirás lo que le dijiste a Daiki.-murmuró para si el pelirrojo divertido.
-¿A qué te refieres?-preguntó el otro.
-Nada son cosas mías.-evitó responder.
-A sido cosa tuya el que tanto Aomine-kun, Kise-kun como Murasakibara-kun estuviesen siguiéndome toda la semana ¿verdad?- le preguntó mirándole acusadoramente.
-No se de qué me hablas.-se hizo el desentendido al tiempo que se levantaba y se dirigía hacia la cocina. El ojiazul solo suspiró y le miró a la vez que negaba con la cabeza.
-Eres un tramposo. De seguro hiciste una apuesta en la que ya sabías de antemano que ibas a ganar.-comentó mirándole con reproche.
-Noo.... yo solo aproveché la situación para hacerles entender que tu me perteneces solo a mi.-dijo el mayor que volvía junto con una pequeña cajita de color rojo y con un lazo naranja.
-¿Y no era más fácil decírselos sin más?-le preguntó a la vez que se sentaba sobre el mullido colchón.
-Entonces no habría sido nada divertido.-comentó el pelirrojo para seguidamente besar dulce y castamente los labios ajenos a la vez que dejaba la cajita sobre la mesilla de noche junto a la cama.
-Feliz San Valentín Akashi-kun.-murmuró el menor una vez se separaron.
-Feliz San Valentín Tetsuya.-le dijo después de sonreír.
Seguidamente se volvieron a besar y cabe mencionar que ninguno de los dos salió de aquella cama en lo que resta de día. Por otra parte un grupo de 4 personas escucharon todo dejándolos bastante sonrojados por las cosas tan indecentes que le siguieron a aquella linda confesión.
En aquel momento los otros tres participantes de la apuesta juraron que nunca más harían una en la que estuviesen involucrados tanto pelirrojo como peliazul claro.



......FIN......

sábado, 14 de febrero de 2015

Sweet Valentine




Tsuna, Enma y Hayato van a pasar su primer San Valentín con sus novios y, por ser el primero, quieren darles algo especial. Durante un tiempo preparan la sorpresa para ellos sin decirles nada lo cual termina en un pequeño malentendido.
¿Podrán darles su regalo?




PD: espero que os guste el primer especial de este día n.n
Más tarde subiré los otros dos (=^w^=)

Sweet Valentine (Oneshot)

Sweet Valentine

Se oyó una leve explosión en una zona de un edificio. En aquel lugar se podía observar a tres personas, todos chicos: un pelirrojo de ojos rubí, piel pálida y unas banditas en la cara; un peliplata de ojos jade y con un cigarro en la boca y, por último, un lindo castaño de preciosos ojos miel.
Tres pares de ojos miraron a su alrededor y suspiraron cansados.
-¡Esto es imposible! ¡A este paso no lo lograremos nunca!-se quejó el peliplata bastante enojado.
-Tranquilo Gokudera-kun. Esto son cosas que pasan.-habló dulcemente el castaño para intentar tranquilizar a su amigo.
-Pero Tsuna-kun.... Gokudera-san tiene razón. Llevamos una semana con esto y vamos de mal en peor.-comentó deprimido el pelirrojo. El castaño le miró y después viró su mirada hacia toda la estancia. El lugar estaba hecho un completo desastre: boles junto con masa y mezclas estaban esparcidos por el suelo; había harina y mantequilla por toda la encimera; encima de la pica se encontraban muchos de los instrumentos utilizados, todos sucios, junto con mucha agua casi al borde. Estaba de acuerdo en que entre la poca paciencia de Hayato junto con la torpeza de Enma y la suya propia, las cosas no habían iba muy bien que digamos. Volvió a mirar a sus amigos y entonces rió divertido.
-¿Acaso importa? Estamos haciendo esto porque queremos demostrarles con acciones lo que no decimos con palabras. ¿Qué más da que no sea perfecto?-dijo sin dejar de sonreír.
Los otros dos chicos se miraron entre si, suspiraron y sonrieron levemente para luego volver a mirar a su amigo/jefe.
-Tienes razón. Mientras nos esforcemos estoy seguro de que les encantará.-concordó el pelirrojo ya más animado al pensar en la reacción que tendría su rubio novio.
-Tsk. Seguro que el idiota ni me dejará terminar de dárselo.-comentó el ojijade, sabiendo que su novio con tan solo ver la bolsita con su nombre se le lanzaría encima para abrazarle y sonreírle de forma boba.
Los dos menores rieron ante el comentario tan acertado del más alto. Iban a comenzar a limpiar para así volver a empezar, cuando una idea se le pasó por la cabeza al ojimiel.
-Chicos....-les llamó haciendo que giraran a verle.
-¿Qué pasa Tsuna-kun?-le preguntó el pelirrojo.
-Se me acaba de ocurrir una idea.-comentó sonriendo entre divertido y malicioso lo cual causó que un escalofrío recorriera a ambos chicos. De verdad que el castaño pasaba demasiado tiempo con Reborn y Kyoya. Suspiraron y asintieron sin ni siquiera preguntar ya que preferían no saber lo que el menor tramaba. Este sonrió y salió de la cocina diciéndoles que comenzasen sin él mientras iba a buscar lo necesario.

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En otra parte se encontraban un moreno de ojos marrones con una sonrisa en la cara, un rubio ojiazul que tenía una tortuga sobre su hombro y, finalmente, se encontraba un azabache de ojos grises metalizados que mostraba una mueca de fastidio en el rostro.
-¿Me pregunto qué demonios estarán haciendo?-habló el moreno.
-Ni idea. Llevan una semana huyendo de nosotros, atrincherándose en el departamento de Enma.-comentó mientra suspiraba el rubio.
-¿Y se puede saber qué estoy haciendo yo aquí?-preguntó ahora un molesto azabache puesto que lo habían sacado de su despacho a la fuerza y todo para que estuviesen frente al apartamento del herbívoro pelirrojo, que se parecía a su herbívoro, sin hacer nada.
-Vamos Hibari.... ¿no tienes curiosidad por saber qué está haciendo Tsuna ahí?-le preguntó ahora el moreno al azabache.
-No me interesa. No es como si el herbívoro estuviese haciendo algo malo.-respondió con desgano mientras suspiraba y rodaba los ojos con hastío.
-¿Y tú como lo sabes? ¿Te dijo algo Tsuna que nosotros no sepamos?-le preguntaron acusadoramente ambos a la vez.
-Lo que me diga o deje de decir no es asunto vuestro.-respondió con enojo mientras se giraba dispuesto a irse.
-¡Espera Kyoya! No seas así y dinos si sabes algo.-le habló suplicante el rubio. El azabache solo suspiró otra vez, sabiendo que seguirían insistiendo hasta que hablase, por lo que prefirió decir lo que sabía de una vez.
-Solo me avisó que tenían algo que querían probar y que como ninguno sabía, lo harían juntos para ayudarse por si hacían algo mal.-explicó pero una vez terminó se dio cuenta de lo mal que había sonado todo aquello.
-Kyoya....-le llamó sin saber como seguir el rubio.
-¿Te diste cuenta de lo mal que sonó eso?-preguntó ahora el moreno mirándole con una ceja alzada. El mencionado solo asintió al tiempo en que fruncía el ceño.
-¿Te lo dijo exactamente con esas palabras?-le preguntó el rubio con curiosidad. El azabache no era tonto por lo que se habría dado cuenta de que algo no iba bien si el castaño le hubiese dicho aquello con aquellas palabras.
Por otra parte el azabache no respondió sino que se quedó unos minutos en silencio rememorando cuando el ojimiel fue a hablar con él.


         *Flashback*

El ojigris se encontraba sentado en la silla de su despacho leyendo unos documentos como era su costumbre. En ese momento la puerta se abrió mostrando a un lindo castaño de ojos miel aunque él ya lo sabía sin levantar la mirada puesto que su herbívoro novio era el único que podía entrar sin llamar y no ser “mordido hasta la muerte”.

-¿Necesitas algo herbívoro?-le preguntó pero sin mirarle. Era algo extraño que el menor fuese a verle teniendo en cuenta que las clases no habían terminado todavía.
-E-esto.... Kyoya...-le llamó algo nervioso al parecer sin saber muy bien qué decir. El mayor suspiró, dejó los documentos sobre el escritorio y mirando al castaño palmeó sus piernas señalándole que se sentase sobre ellas.
El pequeño solo asintió y se acercó hasta él para luego sentarse donde le indicó, quedando de lado al mayor. El ojigris pasó un brazo por la cintura contraria para que no se cayese y entonces le miró, esperando a que comenzase a hablar.
-Verás.... hay algo que quiero pedirte.-habló con voz bajita el menor pero mirándole a la vez que se sonrojaba lindamente.
-¿El qué?-preguntó suprimiendo su sorpresa. Pocas veces eran en las que el menor le pedía algo.
-Bueno....¿po-podemos... dejar de vernos esta semana por las tardes?-preguntó de carrerilla, tan rápido que al mayor le costó un poco entenderle. Una vez lo hizo frunció el ceño ante aquella petición.
-¿Por qué?-demandó saber y ante aquella mirada y voz tan fría el castaño volvió a bajar la mirada nervioso y temblando un poco. A causa de ello el moreno se relajó un poco puesto que no quería que el ojimiel se asustase y así volver a la relación que tenían antes de empezar a salir.
-Tsunayoshi.... ¿porqué me estás pidiendo eso?-le preguntó ahora algo más tranquilo y con la voz más suave. El menor suspiró y volvió a mirarle.
-Bueno.... es que hace un par de días me entró curiosidad algo que vi en una revista y quise intentar hacerlo pero....-comenzó pero paró para hacer un tierno y lindo puchero.-... no hay manera de que me salga.-se quejó con los mofletes hinchados.
-¿Y eso que tiene que ver?-le preguntó divertido el mayor mientras le miraba con ternura.
-Pues.... que le pregunté a Enma y Gokudera-kun si me podrían ayudar. Ellos aceptaron ya que le pareció buena idea intentarlo pero.... solo podemos hacerlo después de clase.-le explicó mirándole a son de disculpa.
-¿Y es tan importante lo que quieres hacer?-le preguntó con curiosidad.
-¡Si!-casi le gritó lo cual le sorprendió de sobremanera.
-¿Y qué es? Tal vez pueda ayudarte yo.-le comentó puesto que no quería tener que dejar de pasar tiempo con su novio.
-¡Ni hablar! ¡No puedes!-volvió a gritar sorprendiéndole aún más.- Qui-quiero decir....-murmuró avergonzado al darse cuenta de su reacción.-.... es algo que Kyoya no puede saber.-susurró más para sí que para el mayor.
-Si vas a hacer algo que no puedes decirme pues no me digas que lo vas a hacer idiota.-comentó algo enojado el moreno.
-¡N-no es eso! Te prometo que si me sale bien serás el primero al que se lo enseñaré ¿si?-le dijo mirándole con ojitos de cachorrito apaleado. Esa imagen causó estragos en el mayor pero suspiró para controlarse.
-¿Realmente no puedes decirme qué es?-le preguntó intentando convencerlo.
-Gomen pero....es algo que te gustará de seguro.-le susurró al oído haciendo estremecer el cuerpo ajeno. El moreno tragó saliva con algo de dificultad ante aquel tono insinuante que había utilizado el menor en decirle aquello.
-Entonces.... ¿me das permiso verdad?-le preguntó mientras le lamía el lóbulo de la oreja y acercaba su cuerpo completamente al mayor. Ahora se encontraba sentado a horcajadas encima suyo, con las piernas a cada lado de la cadera ajena, por lo que podía sentir el miembro de su novio crecer aún dentro de los pantalones.
-S-si... no se de...que se trata entonces....-intentó hablar pero el menor había comenzado a mover las caderas y restregarse contra su “amigo” por lo que le estaba costando concentrarse.
-Demo Kyoya....-le susurró al oído sin para sus movimientos.-...te prometo que te recompensaré por esperar.-finalizó el susurro para después besar, morder y lamerle el lóbulo de la oreja.
-Em.... es-está bien....pero más te vale recompensarme de la mejor forma posible.-accedió para seguidamente atacar los labios de su pequeño y lindo novio.

         *Fin flashback*

Después le pudo hacer de todo al pobre castaño que al día siguiente no se pudo ni parar de la cama. Aquello hizo sonreír pervertidamente al mayor lo cual dio a suponer a sus dos acompañantes la forma en la que el castaño le había convencido. Suspiraron derrotados y pensaron seriamente en irse pero entonces un fuerte estruendo se oyó dentro del departamento por lo que entraron con rapidez preocupados por sus parejas.
Abrieron la puerta de una patada y corrieron hacia el origen de la explosión. Una vez estuvieron allí se sorprendieron por lo que encontraron y, antes de que los menores se diesen cuenta de su presencia, se escondieron tras la pared.

-Itaee....-se oyó la voz del pelirrojo en un quejido.
-Tch. Ya te dije.... que hacerlo en la cocina.... no era buena idea.-se quejó ahora el castaño con la voz algo entrecortada.
-Go-...men... ¿se encuentra bien.... Juudaime?-le preguntó el peliplateado también hablando con algo de dificultad.
-Si....es solo que esta posición duele...-se oyó otra vez al ojimiel.

Los tres semes tenían caras diferentes:
Yamamoto tenía una expresión realmente seria; Dino una entre sorprendido y deprimido y; Kyoya... pues él tenía el rostro gacho y tapado por su flequillo sin dejar entreber la furia y el dolor que sentía en ese momento. Los tres se sentían traicionados por sus parejas y se sentían unos completos idiotas por haber dejado que les viesen la cara de tontos durante vete tu a saber cuanto tiempo.
Sin decir nada los tres salieron de allí sin hacer el más mínimo ruido. Lo último que les faltaba sería que ellos se diesen cuenta de su presencia y pusiesen alguna excusa para justificar todo aquello.
Por otra parte los menores seguían en la cocina sin percatarse de nada y, ahora os explicaré porqué los mayores tuvieron esas reacciones.
Tsuna y Gokudera se encontraba sobre la mesa, el segundo sobre el primero mientras que el castaño se mantenía de piernas abiertas con el peliplateado entre ellas. El pelirrojo se encontraba sentado en el suelo sobándose la cabeza mientras tosía un poco. Por fin la gran masa de humo de harina se dispersó del todo y pudo ver a sus amigos.
-Chicos... ¿estáis bien?-les preguntó al ver la cara de dolor del ojimiel.
-La verdad es que no.-se quejó el menor.
-Lo siento mucho Juudaime.-se disculpó el ojijade mientras se quitaba de encima.
-Es-está bien, no pasa nada.-dijo mientras se masajeaba la espalda.
-Gokudera-san te dijimos que no hicieses eso.-le recriminó el de ojos rubí ya que por culpa del corto temperamento del peliplateado la olla explotó ocasionando que el pobre castaño se diese contra la mesa del lugar.
-Gomen...-se volvió a disculpar ya que por su culpa su querido Décimo se había hecho daño.
-Que no pasa nada chicos. Estoy bien ¿si? Sigamos o sino realmente no terminaremos nunca.-les dijo para tranquilizarlos aunque el golpe seguramente habría dejado una marca que pronto se tornaría morada.
-De acuerdo.-asintieron ambos y juntos volvieron a comenzar con su trabajo.
Un par de horas después por fin habían conseguido hacer unas galletas que fuesen comestibles y, por lo menos, la decoración tampoco había sido un desastre.

+El pelirrojo hizo unas de normales con un toque avainillado y, para la decoración había utilizado chocolate blanco y un pequeño dibujo de una tortuga en cada una de ellas. Las colocó en una pequeña bolsita verde algo transparente y las ató con un lazo rojo junto con una tarjetita en la que le felicitaba el día de los enamorados y con un “te quiero”.
+El ojijade hizo unas de chocolate negro y cubrió la mitad en chocolate blanco haciendo la forma del ying-yang. Utilizó una bolsa azul transparente y el lazo era blanco aunque por su parte no colocó ningún mensaje puesto que las galletas ya lo decían todo: “tu eres el ying y yo el yang”.
+Por último tenemos las del castañito. Este había hecho unas de masa normal, al igual que Enma, pero también utilizó trocitos de galletas. La decoración consistía en un pequeño corazón en el centro de ellas que había rellenado con mermelada de fresa. Después había espolvoreado azúcar glas por encima y listo. A continuación las había colocado en una pequeña cajita morada y la había atado con un lazo naranja. Al igual que el pelirrojo había puesto una notita dentro de la caja en la cual le había escrito unas simples palabras: “cielo y nube”.

Contentos con el resultado de su arduo trabajo los tres sonrieron y procedieron a limpiar todo el desastre que habían causado en la pobre y maltrecha cocina. Una vez terminaron de recoger y limpiar el lugar tanto ojijade como ojimiel se marcharon a sus respectivos hogares puesto que ya era muy tarde. Cabe comentar que los tres lindos ukes estaban muy nerviosos porque el día siguiente era el tan esperado día de San Valentín y no sabían como iría todo.

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Era mediodía y los lindos ukes estaban realmente molestos puesto que sus novios les habían estado evitando desde que llegaron a la escuela. Al principio pensaron que había sido casualidad el que ninguno de los tres les hubiese ido a buscar aquella mañana, como ya era costumbre desde que habían comenzado a salir, pero a medida que avanzaba el tiempo se dieron cuenta de que realmente les estaban evitando. Enojados porque todo su esfuerzo de aquella semana iba a ser inútil sino conseguían darles sus regalos decidieron que ya era hora de actuar.
Consiguieron que los tres se reuniesen en la azotea: a Yamamoto fue fácil, solo le dejaron una nota en el casillero citándolo allí, puesto que aunque tuviese pareja seguía siendo muy amable y rechazaba todas las confesiones en persona; a Dino simplemente le dijeron a Romario que lo llevase hasta allí y; con Kyoya también fue bastante fácil: hicieron correr el rumor de que habría una pelea y sabiendo lo mucho que el pelinegro ama la escuela era imposible que no fuese a parar aquello.
Cuando los semes llegaron al lugar ellos salieron de detrás suyo y cerraron la puerta con llave, la cual había conseguido Tsuna gracias a la ayuda de Kusakabe.

-¿Ahora nos vais a decir porqué nos habéis estado evitando?-preguntó con voz seria el peliplateado.
-No se de que nos hablas.-respondió el ojigris.
-No nos tomes por tontos Kyoya.-dijo un enfadado ojimiel el cual le miraba severamente.
-Realmente no sabemos de lo que estáis hablando.-comentó el rubio desviando la mirada hacia su mano derecha, al cual fulminó con la mirada al comprender que le había engañado para hacerle ir hasta allí.
-Deja de comportarte como un niño Cavallone.-habló ahora el ojirubí mirándole seriamente. Un escalofrío recorrió todo el cuerpo del rubio al oír su apellido puesto que si el menor lo llamaba por él significaba que estaba realmente enojado.
-Aquí los niños sois vosotros.-dijo el beisbolista también algo enojado.
-¿Ah? ¿Se puede saber que te pasa Takeshi?-le preguntó entre confundido y molesto su novio.
-Pues que sino hubieseis estado jugando como críos nada de esto estaría pasando.-dijo el otro moreno.
-¿De qué-
-Es cierto. Desde un principio solo habéis estado burlándoos de nosotros y ya nos dimos cuenta de ello.-interrumpió el rubio al ojimiel.
-¿Burlándonos?-preguntó un confundido pelirrojo.
-¿De qué habláis?-preguntó a su vez el castaño sin entender nada de lo que pasaba allí.
-Tal vez yo pueda aclarar las cosas.-comentó una voz algo infantil.
-¿Reborn?-dijo sorprendido el décimo al ver aterrizar a su tutor en la terraza con un Leon transformado en paracaídas.
-Veréis. Vosotros habéis estado haciendo algo sin decirles el qué a vuestras parejas....-empezó a explicar señalando primero al grupo de ukes. Estos solo asintieron sin comprender todavía lo que tenía que ver eso con el comportamiento de sus parejas.-.... pues vuestros novios fueron a ver qué hacíais pero solo se quedaban delante del departamento sin llegar a entrar.-siguió y al parecer ya empezaron a entender de qué iba la cosa.- Bien, el caso es que vieron a Tsuna y Gokudera en un posición algo insinuante al igual que oyeron cosas que se podían malinterpretar.-finalizó y como apareció de repente se esfumó de igual forma.
-¿Posición insinuante?-se preguntó a sí mismo el castaño.
-¿Palabras malinterpretantes?-hizo lo mismo el peliplateado.
-¡Ah! ¡Ya sé! ¡Seguramente fue de la última explosión que hubo donde quedasteis en esa postura!-mencionó el pelirrojo y entonces fue como si una bombillita se prendiera en la cabeza de los otros dos chicos.
-¡Ah claro!-exclamaron ambos a la vez y después de unos breves segundos comenzaron a reír.
-¿Se puede saber qué es tan divertido?-preguntó un enfadado moreno.
-Si... nos encantaría reírnos también.-habló de igual forma el rubio.
-Sois idiotas.-comentó con simpleza el ojijade mientras se secaba las lágrimas a causa de la fuerte risa.
-Si.... lo que visteis no es lo que parece.-dijo ahora el ojirubí.
-Pues claro.... ¿porqué iba yo a engañarte?-le preguntó el ojimiel al moreno mientras le abrazaba por el cuello y le miraba con cariño a la vez que sonreía y se sonrojaba levemente. Aquello sorprendió a todos puesto que ninguno le había visto moverse aunque el mayor le abrazó por la cintura sin ser consciente de ello.
-Pero... lo que vimos y oímos....-susurró el de ojos cafés.
Los tres ukes se miraron entre si y después giraron a mirar con ternura a sus semes. Se habían puesto celosos por nada pero aún así les gustaba ya que les demostraba lo mucho que les quieren.
-Podemos enseñaros lo que pasó de verdad.-dijo el pelirrojo que también se había acercado hasta su rubio y le había dado un suave beso en la mejilla.
-¿Cómo?-preguntó el moreno que seguía hipnotizado viendo los ojos miel de su pareja.
-Tsuna.... ¿lo trajiste?-le preguntó el ojijade al menor. Este solo asintió en respuesta y sonrió contento.
-Al final si que fue una buena idea.-comentó soltando una leve risita.

Sin perder el tiempo llevaron casi a rastras a sus semes hasta la sala de audiovisual. Los obligaron a sentarse y pusieron un vídeo.

Se ve la imagen moverse hasta quedar quieta enfocando hacia un mismo lugar. Al parecer estaba sobre algún armario porque enfocaba hacia abajo.
-Oye Tsuna-kun, ¿estás seguro de esto?-preguntó un lindo pelirrojo el cual llevaba un delantal y tenía parte de la cara manchada de harina.
-Está bien... así podremos ver qué estamos haciendo mal, para después no repetirlo.-respondió un contento castaño el cual también llevaba un delantal y estaba manchado pero con lo que parecía una especie de masa amarilla.
-Juudaime... tiene masa de las galletas en la cara.-comentó un divertido ojijade.
-¿Eh?-se apresuró a limpiarse mientras se sonrojaba.
El vídeo continuaba hasta que llegó a la parte de la explosión donde la olla había salido volando y, por acto reflejo el peliplateado se había colocado delante del castaño para protegerlo pero, a causa de la poca visibilidad y la sorpresa, el menor terminó cayendo de espalda sobre la mesa, llevándose consigo al más alto.
Después se veía la escena que ellos encontraron y después donde el pelirrojo salía sobándose el trasero ya que él había caído de culo al suelo. A continuación se observaba la corta conversación que tuvieron, al igual que la cara de dolor del castaño para, finalmente ver como seguían cocinando.

-Todavía me duele la espalda.-comentó algo divertido el ojimiel una vez la filmación había terminado. Por respuesta recibió unas suaves caricias en el lugar dañado por parte de su pareja. El castaño se encontraba sentado sobre las piernas de su novio y este le abrazaba por la cintura con una mano y la otra la utilizaba para masajear la zona adolorida. El menor le sonrió en agradecimiento por aquel dulce acto.
-Y bien....-comenzó el ojirubí.
-¿Ahora nos creéis en que fue un malentendido?-preguntó algo divertido el peliplata.
-Si... lo sentimos. Sacamos conclusiones precipitadas cuando debimos de haberos preguntado directamente.-se disculpó el rubio agachando la cabeza con tristeza.
-Está bien, no pasa nada Dino.-le dijo con una sonrisa de ternura a su novio mientras le abrazaba por el cuello desde atrás, puesto que el rubio seguía sentado mientras que él se encontraba de pie detrás suyo.
-Ya sabía que eras un idiota así que me esperaba algo así.-comentó burlón el peliplata pero le cogió la mano al mayor, puesto que se encontraba sentado a su lado, al tiempo en que miraba hacia otro lado avergonzado. El moreno solo sonrió dulcemente ante lo tímido que podía llegar a ser su novio.
-Bien... con esto aclarado...-comenzó el castaño.
-Si es verdad.... ya es hora de que os lo demos.-continuó el pelirrojo.
-Cierto... no tengo ganas de cargar con esto más tiempo.-finalizó el peliplateado.

Sin separase de donde estaban buscaron algo en sus respectivas mochilas y cuando lo encontraron se sonrieron y asintieron al mismo tiempo.

-¡Feliz San Valentín!-dijeron los tres a la vez mientras entregaban los dulces a su respectiva pareja.
-Gracias...-susurraron ellos a la vez que aceptaban los presentes.
Los abrieron al mismo tiempo y se sorprendieron por lo que encontraron. El moreno sonrió feliz y abrazó efusivamente a su pareja el cual suspiró y se sonrojó puesto que sabía que aquello pasaría. El rubio alzó al pelirrojo en brazos a la vez que le besaba por toda la cara mientras repetía “gracias” una y otra vez. Por último el azabache apretó aún más el agarre en la cintura ajena, le susurró un “gracias” al oído y después le besó dulce y tiernamente. Una vez se separaron se sonrieron mutuamente sin necesidad de decir nada más.

Más tarde aquella noche. Todos los semes se encontraban en sus respectivos cuartos con sus respectivas parejas durmiendo al lado. Ellos solo sonrieron al verles y después viraron sus miradas hacia los presentes que habían recibido de ellos aquel día.

-Gracias por este dulce San Valentín.-murmuraron los tres a la vez que se recostaban y abrazaban a sus ukes con cariño, para así caer profundamente dormidos.



......FIN......

sábado, 7 de febrero de 2015

Cosplay Café


Para el festival cultural de la escuela Namimori, la clase 2-A ha decidido hacer un cosplay café pero.... ¿¡Uno de mujeres?! Al pobre castaño le toca organizar los disfraces con cierto carnívoro junto a él.
¿Qué pasará en el cuarto de disfraces entre ellos? ¿El azabache podrá resistir la tentación de ver al ojimiel con ropa de mujer?




PD: este onechot surgió de un doujin con el mismo nombre de Haruka Minami y
realmente lo recomiendo n.n
Espero sinceramente que os guste el oneshot jejejeje (=^w^=)

¡¡¡Halloween Time!!!


Reborn a convencido a todos para celebrar una fiesta de Halloween en la escuela Namimori. El único problema es que todos, TODOS, deben ir disfrazados incluso los del 
comité disciplinario.
¿Qué pasará cuando un lindo castaño aparezca con su disfraz? Por que todo carnívoro es muy posesivo, mucho más si se trata de su herbívoro.




PD: espero que os guste el especial de halloween n.n

¡Feliz cumpleaños Conejito!


Va a ser el cumple del lindo castañito por lo que su novio Kyoya decide invitarle a una cita y así satisfacer cualquier deseo de su lindo conejo.


PD: espero que os guste. Está sacado de un doujin que tengo también subido 
en la parte de 1827 (=^w^=)

Tradición de San Valentín


En la escuela de Naruto hay la tradición de montar un festival para el dia de San Valentín. Se suponía que el rubio de debería poder participar pero por culpa de un Itachi algo bocazasel pobre tendrá que asistir. 
Lo único bueno es que al hacer pública la lista de participantes.... un azabache se verá obligado a reclamar lo que es suyo.




PD: jejeje pues es otro especial pero SxN. Espero que os guste (=^w^=)

El mejor regalo de San Valentin


Tsuna no soporta el dia de San Valentin puesto que siempre le suceden cosas desagradables pero... ¿tal vez este año un moreno consiga hacer que le guste?




PD: es un pequeño especial dedicado a ese día. Emm, aquí se menciona que Tsu-chan
tiene un hermano y ese es Giotto, al igual que su pareja
es Alaude n.n Espero que os guste esta pequeña historia (=^w^=)

¿Solo era un trato no? (SxN)



Sasuke llega más temprano de lo normal a clase y allí conocerá a un lindo rubio. Por un descuido el ojiazul pierde su identificación escolar y es el azabache el que lo encuentra.
¿Qué le pedirá el Uchiha a canvio de devolvérselo?




PD: espero que os guste esta corta hisoria romántica n.n

Por pensar en voz alta


Naru por ser tan despistado como siempre, termina metido en una apuesta junto con sus amigas Ino y Sakura. Desanimado por no creer capáz de poder ganar la apuesta se
va a pensar a la azotea. Allí sin querer comienza a hablar en voz alta consigo mismo pero....
¿Qué pasa si la persona que no debería de enterarse se enterase?
Por que uno debe de aprender a no pensar en voz alta y eso el rubio lo aprenderá en un solo dia XD




PD: bueno.... solo quiero deciros que en este solo hay romance conun toque de humor.
Espero que os guste (=^w^=)

Mi lindo vecino


Sasuke lleva varios meses observarndo a su rubio vecino y puede decir sin lugar de dudas que se ha enamorado de él. El único problema es que no sabe cómo hablar con él.
¿Tal vez su hermano pueda darle una excusa para pasar tiempo con el rubín?




PD: jejeje bueno solo quiero advertiros que hay lemon n.n y esepro que os guste (=^w^=)

1 dia aburrido se puede convertir en todo lo contrario (182769)



Tsuna se ve obligado a mudarse por lo que termina en la ciudad de Namimori. En su primer dia de clase conoce a un moreno y a un peliazul que lo reclaman como suyo.
¿Ambos chicos conseguirán comerse al pequeño castaño?


PD: espero que os guste el lemon que escribí n.n aunqeu fue hace bastante por lo que
no recuerdo muy bien cómo quedó jejeje u.u"

La sinceridad antes que el orgullo (182769)



Tsuna lleva 4 años de relación con Kyoya y Mukuro pero siente como que ellos solo le utilizan para desfogarse sexualmente por lo que decide irse.
¿Qué harán los dos semes cuanto se enteren? ¿Renunciarán a su orgullo contal de conservar a su dulce conejito?



PD: es el 1º que escribí hace más de tres años por lo que hay algunas faltas jejejeje
espero que aún y así os guste n.n

Una noche lo cavió todo (SasiGaa-Fanfic)

Bueno.... este es el pedido de Miriam y siento mucho no haber podido subirlo antes pero empecé con o exámenes, trabajos y exposiciones y no tuve nada de tiempo ;___;


Sai ulitiza a Gaara para pasar una noche de puro sexo pero termina enamorándose de él. Entonces intentará conquistar al lindo doncel el cual, está embarazado, por lo que el moreno tendrá más razones para querer estar con él.
¿Pero qué pasaría si el pelirrojo solo le utilizase por miedo a estar solo?
¿Conseguirá el varón enamorar al de ojos aguamarina?




PD: espero que os guste y vuelvo a disculparme por la demora n.n

Una noche lo canvió todo (SaiGaa)

Prólogo

Abro los ojos con pereza y después de parpadear un par de veces logro situarme. Me incorporo y observo la estancia a mi alrededor. Observo con tranquilidad hacia la ventana y con una sonrisa adornado mi rostro me levanto y salgo de la estancia. Camino con paso tranquilo por el pasillo, bajo las escaleras y me adentro en la cocina. Sin pensar mucho comienzo a preparar el desayuno puesto que ya son las 10 pasadas, menos mal que hoy es sábado sino estaría corriendo por toda la casa preocupado de llegar tarde.
Vuelvo mi atención hacia lo que preparo puesto que había virado mi mirada hacia el enorme reloj de pared. He decidido hacer algo sencillo así que estoy cocinando unas tostadas junto con algo de zumo natural. También he sacado un paquete de cereales por si acaso.
Estoy concentrado en lo mio cuando siento que alguien me abraza por la cintura deteniendo todos mis movimientos.

-¿Porqué saliste de cama sin avisar?-me preguntó una voz susurrante en el oído mientras con sus brazos me acercaba aún más a su cuerpo.
-Es que ya es tarde y tenía, bueno teníamos hambre.-respondí algo avergonzado.
Él solo me gira y me da un casto beso en los labios. Después sonríe de lado y con una mano me vuelve a rodear por la cintura mientras que con la otra me acaricia la mejilla derecha.
-Aún así no deberías de moverte solo por ahí.-me dijo mirándome algo preocupado.
-No estoy inválido.-me quejo pero al mismo tiempo no puedo evitar sonreír con dulzura ante su preocupación.
-Pero estás embarazado de 8 meses y medio así que es como si lo estuvieras.-me rebate al tiempo que baja su mano de mi mejilla hacia mi abultado vientre y lo acaricia suavemente.
-Idiota.-susurro algo molesto pero al tiempo algo feliz por ese dulce y tierno gesto.
Él solo sonríe y cuando estoy a punto de decir algo un dolor muy fuerte me hace gritar y quedar arrodillado en el suelo. Él se alarma y se agacha mirándome con preocupación.

-¿Estás bien?-me pregunta y yo por respuesta solo grito de dolor y le miro con odio.
-¿A ti qué te parece idiota?-le pregunto en medio de un grito.
Él con prisa sale de la habitación en cuanto se percata de que de entre mis piernas está saliendo un líquido transparente. A los pocos minutos vuelve a entrar junto con una bolsa en mano, me levanta con sus brazos y rápidamente me lleva hasta el coche donde me deja con cuidado en el asiento del copiloto. Él se sube con rapidez y comienza a conducir hacia el hospital.
Durante todo el trayecto solo tengo cabeza para este fuerte dolor sobre mi bajo vientre y para cuando me he dado cuenta ya me encuentro en una camilla para adentrarme a la sala de partos. Al parecer nuestro hijo ya quiere nacer y yo estoy realmente nervioso. Te miro con miedo y tu solo me respondes dándome un tierno beso y susurrándome un “te amo” para seguidamente cerrarse las puertas y sentir como me duermen. Lo único que resuena en mi cabeza son tus dos últimas palabras lo cual me hacen sentir bastante tranquilo.

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Al despertar noté que algo faltaba. Giré para ver como efectivamente, no te encontrabas durmiendo a mi lado lo cual me hace temer que tu presencia en mi casa ha sido solo un sueño. Con algo de temor salgo del dormitorio y bajo las escaleras mirando hacia todo lados por si te veo. Cuando estoy temiendo realmente que todo fue un sueño un agradable olor proveniente de la cocina llega hasta mi. Camino rápidamente para encontrarte allí haciendo el desayuno, entonces miro el reloj para percatarme con sorpresa de lo tarde que es.
Te observo con una sonrisa durante un rato y por fin me acerco hasta ti y te abrazo por la cintura. Tú te sorprendes y giras a verme. Yo solo sonrío y después de una leve plática nos quedamos en silencio observándonos. Cuando estás a punto de decir algo gritas y te doblas del dolor yo te miro preocupado a más no poder y en cuanto te pregunto si estás bien me miras con odio haciéndome entender que no. Poco después observo como un líquido transparente cae de entre tus piernas y eso me hace entender que nuestro hijo ya está en camino. Salgo a toda prisa de la cocina y me dirijo hacia nuestra habitación. Cojo el bolso ya preparado por si esto ocurría y también las llaves del coche. Vuelvo corriendo hacia donde tu te encuentras y llevándote en brazos te dejo en el coche. Una vez allí comienzo a conducir con rapidez y mientras llamo tanto a tu familia como a la mía para avisarles teniendo de fondo tus gritos de dolor. Realmente me mata verte de esta forma pero sé que estás haciendo todo lo posible por soportarlo. Llegamos frente al hospital y sin cuidado alguno dejo el coche y te llevo en brazos hacia dentro. Una vez las enfermeras se percatan de tu estado hacen traer una camilla, donde me hacen dejarte, y avisan para que preparen el quirófano. Sigo a tu lado mientras te llevan y lo preparan todo. Antes de que te hagan entrar a esa sala puedo ver en tus ojos el miedo pero hago todo lo posible para tranquilizarte aunque yo también esté preocupado.
Una vez las puertas se cierran y yo me quedo fuera me dejo caer sobre una de las sillas del pasillo.
En mi cabeza no dejan de surgir los pensamientos de miedo e intranquilidad pero se que harás todo lo posible por que nuestro bebé venga sano y salvo así que a mi solo me queda esperar hasta que eso pase.
Sin poder evitarlo comienzo a recordar todo lo que hemos pasado. Desde que te conocí aquel día toda mi vida dio un giro radical y tú te convertiste en el centro de mi existencia. Aunque las cosas no fueron del todo normales entre nosotros ahora mismo no puedo imaginarme una vida sin ti.
Hace a penas 9 meses que te conozco y puedo asegurar que espero pasar lo que resta de mi vida a tu lado, bueno y también con nuestro pequeño hijo y con , espero, que muchos hijos más.



......Continuará ......