¡¡¡¡Bueeeenaaaasss!!!! Aquí os dejo unas fotitos por el día de San Valentín. Espero que os gusten n.n
domingo, 15 de febrero de 2015
Valentine's Day (Fotos)
¡¡¡¡Bueeeenaaaasss!!!! Aquí os dejo unas fotitos por el día de San Valentín. Espero que os gusten n.n
You're only Mine
A pasado poco tiempo desde que terminó la Winter Cup. Todos los equipos vuelven a entrenar mientras que la Kiseki no Sedai se reúne para hablar.
De alguna extraña forma terminan discutiendo y haciendo un apuesta la cual consiste en: ¿Quién conseguirá chocolate por parte de Tetsuya?
PD: espero que os guste. Es el primero que escribo de esta serie así quen o sé si quedó muy bien u.u
Espero que me deis vuestras opinión sobre cómo lo hice (=^w^=)
You're only mine (Oneshot)
You're
only mine
Han pasado dos semanas desde que
finalizó la Winter Cup y tanto el instituto Seirin como sus
contrincantes ya han vuelto a sus rutinas de entrenamiento para el
próximo torneo. Mientras todos entrenaban, en especial un pelirrojo
y peliazul, en otra parte un grupo de personas estaban discutiendo
algo muy distinto a lo que sería una rutina de ejercicios.
-¡Te digo que seré yo el que lo
conseguirá!-gritó un rubio de ojos ámbar, piel algo pálida y
con un piercieng en la oreja.
-¡Sigue soñando Kise!-le
respondió también en un grito un peliazul oscuro, de piel morena y
ojos de igual color al cabello.
-¡No te metas conmigo
Aominecchi!-le gritó de vuelta el rubio ofendido.
-¡Parad ya, par de idiotas!-les
gritó ahora un peliverde de ojos de igual color y piel blanca
mientras les golpeaba en la cabeza con sus dedos vendados.
-¡Eso dolió
Midorimacchi/Midorima!-se quejaron ambos a la vez en el momento
en el que giraron a verle uno molesto y el otro con cara de cachorro
apaleado.
Por respuesta solo recibieron una
mirada amenazante junto con un aura asesina que les hizo enmudecer al
instante. Todo quedó en silencio hasta que oyeron como alguien abría
una bolsa de patatas y comenzaba a comerlas despreocupadamente.
-Ya recuerdo por que Mido-chin era
el subcapitán.-comentó con voz neutra un chico alto con el
cabello liláceo, piel blanca y ojos de igual color al cabello
mientras comía con despreocupación.
-Murasakibara.-saludó también
indiferente el peliverde.
-¿Y? ¿Porqué discutíais
Kise-chin y Aomine-chin?-preguntó abriendo una segunda bolsa de
aperitivos.
-Es por el día de San
Valentín.-comentó el peliazul mientras se rascaba la nuca y
miraba hacia otro lado.
-Sip. Yo digo que Kurokocchi me dará
chocolates porque me quiere pero Aominecchi insiste en decir que eso
es imposible.-terminó de explicar el rubio mirando enojado al
mencionado.
-Si Tetsu fuese a dar chocolates a
alguien tú serías el último de ellos, idiota.-respondió
mirándolo a su vez de igual forma.
-Eeehh.... yo también quiero
recibir chocolate de Kuro-chin.-comentó el ojilila por lo que se
ganó dos mirada furibundas hacia su persona, aunque las ignoró al
imaginar que tipo de dulce le podría dar el sujeto en cuestión.
-¡Ni lo sueñes!-le gritaron
ambos y de un momento a otro estaban los tres discutiendo.
El ojiverde suspiró cansado de tener
que lidiar con ese trío de idiotas. Además se supone que habían
quedado porque su pelirrojo ex-capitán les había llamado pero este
ni siquiera había echo acto de presencia todavía. Cabe aclarar que
el sujeto de disputa de esos tres tampoco había llegado aún y
esperaba que no lo hiciese mientras toda aquella estúpida discusión
no terminase. Volvió a suspirar y entonces se percató de una
presencia a su lado. Giró algo asustado y abrió los ojos en demasía
al contemplar a la persona que tenía delante. Definitivamente los
otros tres estaban en problemas.
Sin decir nada esa persona se acercó a
los mencionados y se paró a su lado. Estos ni en cuenta puesto que
seguían muy metidos en su pelea.
-Suena divertido.... ¿puedo
participar también?-habló el recién llegado. Ante aquella fría
voz todos se tensaron y giraron la cabeza lentamente como en el
momento de las películas en las que los protagonistas van a
enfrentar al monstruo de cara por primera vez.
En ese momento se encontraron con nada
más y nada menos que con la persona que los había reunido. Un
pelirrojo de ojos heterocromáticos, uno rojo y otro naranja, y de
piel pálida les miraba con una sonrisa en el rostro lo cual les
estaba causando escalofríos a los chicos, mientras que el peliverde
solo suspiró y se golpeó la frente con una mano al tiempo en que
negaba con la cabeza ante lo inútiles de sus ex-compañeros de
equipo.
-A-A-Akashicchi....¿cu-cuando
llegaste?-preguntó en un tartamudeo el rubio. A leguas se notaba
lo nervioso que se encontraba por la presencia de su ex-capitán.
-Mmm.... desde antes que llegaseis
todos vosotros.-comentó como si nada. Todos se congelaron en su
sitio al oír aquello. Hubo un silencio incómodo entre todos hasta
que el pelirrojo lo rompió.
-¿Porqué no hacemos algo divertido
para decidir quién tiene razón en esa discusión?-les preguntó
a todos, sorprendiéndoles.
-¿A qué te refieres?-le
preguntó cautelosamente el peliverde.
-Fácil.... Haremos una competencia
la cual ganará el que consiga chocolates por parte de Tetsuya.-dijo
como si nada.
-¿Y cómo se supone que haríamos
eso Aka-chin?-preguntó un curioso pelilila.
-Bien.... podéis hacer lo que
queráis. Insinuarle y preguntarle sobre ese día, invitarle a salir
pero no vale que le pidáis el chocolate directamente. Por supuesto
que tampoco se vale hablar mal de los contrincantes ni mentir de
ninguna manera.-explicó con tranquilidad.
-¿Y cómo sabremos quién ha ganado
o si ha echo trampa?-preguntó ahora el peliazul.
-Simplemente porque todos llevaremos
micrófonos donde se grabarán las conversaciones que tengamos.
Evidentemente si me doy cuenta de que alguien está manipulando la
conversación....-dejó la amenaza a medias puesto que la mirada
seria que puso fue suficiente advertencia para lo presentes.
-¿Estáis de acuerdo?-preguntó
recibiendo un asentimiento por parte de todos, excepto del peliverde
que ya sabía quién ganaría de antemano pero prefirió callarse.
En el momento en que todos estrecharon
sus manos cerrando la apuesta el pobre peliazul sintió un gran
escalofrío recorrerlo entero. Miró hacia ambos lados para averiguar
de donde había provenido ese mal presentimiento y a causa de ello
recibió un certero golpe en la cara con el balón de básquet que su
amigo pelirrojo le pasaba. Inevitablemente quedó desmayado en el
suelo a causa del golpe.
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Pasó una semana y el pobre ojiazul
estuvo siendo acosado por un rubio, un peliazul y un pelilila. El
menor no sabía que hacer. Cada vez que salía hacia algún sitio
siempre se encontraba con alguno de ellos y aquello ya le estaba
empezando a molestar.
En ese momento estaba caminando por el
centro comercial junto al de ojos liláceos el cual, como siempre,
estaba comiendo diversos aperitivos.
De un momento a otro el mayor paró por
lo que el peliazul también lo hizo, mirándole con confusión.
Entonces dirigió su mirada hacia donde lo hacía su compañero y se
percató que era una parada que anunciaba chocolate para el día de
los enamorados.
-¿Te interesa?-le preguntó
sacando de sus pensamientos al contrario.
-Son dulces y a mí me gustan los
dulces.-comentó simplemente.
-Ya veo.... ¿y porqué no te
compras algunos?-le preguntó con curiosidad.
-Kuro-chin.... sería patético
comprar chocolates de San Valentín para uno mismo.-le explicó a
lo cual el menor le asintió en comprensión.
-Pues pídele a alguien que te los
compre.-comentó con simpleza.
-Si no lo hace alguien que te
importe no tiene sentido.-dijo mientras comenzaba a caminar otra
vez.
-Mmmm.... ¿y hay alguien de quien
particularmente quieras algunos?-le preguntó caminando a su lado
el menor.
-Si.-dijo sin más pero sin
dejar de caminar.
-¿Y la conozco?-le preguntó
con curiosidad el de ojos zafiro. No era normal que el mayor hablase
sobre ese tipo de cosas por lo que quería aprovechar la ocasión.
-Si.-volvió a responder.
Hubo unos minutos de silencio en los
cuales solo se dedicaron a recorrer el lugar. Finalmente el que
rompió ese mutismo fue el más alto de los dos.
-Kuro-chin....-le llamó
ocasionando que el mencionado girase a verlo.
-Dime.-respondió sin más.
-¿Has pensado en darle chocolates a
alguien?-le preguntó directamente.
-Pues..... la verdad es que no lo
había pensado.-respondió después de pensarlo levemente.
-Ya veo.... ¿y no hay nadie a quien
quieras darle?-le volvió a preguntar.
-Mmm.... pues como te dije no he
pensado en ello así que no lo se.-volvió a responder.
Otra vez se quedaron en silencio pero
esta vez solo se miraban puesto que habían dejado de caminar.
-¿Y porqué me preguntas eso tan de
repente?-le cuestionó el más bajo.
-Solo que pensé que hay mucha gente
que quiere recibirlos de tu parte.-comentó con sinceridad.
-¿Acaso quieres que te regale
chocolate?-le preguntó el peliazul al pelilila.
-Pues claro. Si es de parte de
Kuro-chin lo aceptaría sin dudar.-no dudó en responder.
-Pero si te diese a ti los demás
también querrían y no tengo tanto dinero.-dijo ahora el menor
con franqueza.
-Ya veo...-murmuró algo
deprimido el mayor. El peliazul al verlo de aquella manera pensó un
momento que hacer hasta que le indicó al de ojos amatista que le
esperase un momento.
Sin más comenzó a caminar en
dirección desconocida para el más alto pero pocos minutos después
volvió a su lado y le extendió algo.
-Esto es para ti.-le dijo sin más. El
más alto le miró sin entender hasta que sintió un peso en su mano,
puesto que el contrario, al ver que no reaccionaba le cogió la mano
y le puso el pequeño objeto sobre ella.
-¿Unos caramelos?-le preguntó
sin entender.
-No puedo comprarte chocolate pero
si puedo darte esos caramelos.-le dijo mientras sonreía
levemente.
-Mmm....-murmuró algo feliz el
pelilila.- Nee... Kuro-chin.-le llamó.
-Dime.-le miró con curiosidad.
-¿Esto cuenta como regalo de San
Valentín?-le preguntó con notable interés.
-Pues.... no creo que cuente del
todo.-respondió sinceramente.
-Entiendo...-dijo pero aún así
sonrió puesto que aunque no fuesen chocolates el peliazul le había
dado algo que le gustaba aún más. Dejaría esa estúpida
competencia puesto que él solo quería una pequeña muestra de
afecto por parte del menor.
Sin más siguieron caminando un rato
hasta que se hizo tarde y el de ojos amatista acompañó al ojiazul a
su casa, donde se despidieron y quedaron de verse otro día para
jugar un partido.
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Por otra parte un grupo de 4 personas
se encontraban encerrados en la misma habitación atentos a las voces
que salían del ordenador portátil sobre la mesa.
-Así que Murasakibara se
rindió.-comentó Aomine.
-Mejor. Uno menos contra quien
competir.-dijo contento el rubio.
-¿Por qué tengo que estar yo
aquí?-preguntó un malhumorado peliverde.
-Porque se necesita a alguien
imparcial que no participe en la apuesta. Así verá las cosas de
mejor forma.-explicó el pelirrojo.
-Ahora que lo pienso... Akashicchi
está participando en esto pero....todavía no has echo nada.-comentó
el rubio mirando al mencionado.
-No necesito hacer intentos inútiles
como vosotros. Con un encuentro me bastaría por lo que os estoy
dando ventaja.-comentó con presunción.
-¡Hoy estás muy engreído
Akashi!-dijo molesto el peliazul.
-Piensa lo que quieras Daiki.-le
respondió con tranquilidad.
Por su parte el de gafas se quedó
viendo al pelirrojo y solo suspiró para si a la vez que negaba con
la cabeza.
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Volvía a ser de día y ahora al pobre
ojiazul le había tocado salir a pasear un rato con el rubio. Su
intención había sido sacar a pasear a Tetsu 2 pero en la calle se
encontró con el de ojos citrinos (amarillos) y este insistió en
acompañarle.
Caminaban tranquilamente hasta que
llegaron a un parque cercano a la casa del menor, donde dejó al
pequeño perro correr un rato. Mientras él se sentó en un banco
siendo imitado por su acompañante.
-Kurokocchi.... ¿qué tienes
pensado hacer pasado mañana?-le preguntó emocionado.
-¿Pasado mañana?-preguntó sin
entender pero después de pensarlo unos segundos recordó qué día
era.- ¿Te refieres a San Valentín?-le preguntó para
asegurarse.
-Sip. ¿Si no tienes planes
podríamos quedar?-le propuso con alegría.
-Kise-kun.... ¿no tenías una
sesión fotográfica y después una firma de autógrafos ese día?-le
recordó el de ojos azules. Aquel comentario le hizo recordar su
trabajo y el infantil rubio se deprimió al saber que era imposible
que aquel día estuviesen juntos.
-Es verdad....-murmuró
desanimado.
-Si quieres podemos quedar el día
siguiente a ese ¿si? Sino mal recuerdo es tu día libre.-le
propuso para intentar animarle.
-¿De verdad?-le preguntó más
animado.
-Así es.-le respondió con una
pequeña sonrisa
-¿Entonces me darás un regalo?-le
cuestionó con emoción.
-Kise-kun.... lo más probable es
que te sobren regalos de tus fans. ¿Para qué querrías más?-le
dijo divertido a lo cual el rubio hizo un puchero infantil.
-Pero si es un regalo de Kurokocchi
entonces no me importaría rechazar todo el resto.-le dijo a son
de berrinche haciendo reír levemente al contrario.
-Mmm... pues no tengo mucho dinero
como para darte un regalo pero....-dijo para sí mismo y entonces
paró para pensar un rato y después de asentir siguió
hablando.-....podremos ir a donde tu quieras ese día.-le dijo
sonriendo.
-¿Enserio? ¿Cualquier sitio que
quiera?-le preguntó ilusionado recibiendo como respuesta un
asentimiento por parte del menor.
Emocionado le abrazó y en ese momento
el pequeño animalito de ojos azules se acercó a ellos y saltó
sobre su dueño. Ambos se separaron y el más bajo se despidió
diciéndole que le enviase un mensaje con el lugar y la hora. Sin
más se marchó hacia su casa dejando al de ojos citrinos en una nube
rosa de la felicidad. Es verdad que no había conseguido chocolate
pero aquella cita le hacía muchísima más ilusión.
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Otra vez se encontraban los cuatro en
la habitación del pelirrojo oyendo todo lo que sucedía. El de ojos
esmeralda había sido forzado a ir otra vez mientras que el de ojos
amatista solo comía a la vez que escuchaba la conversación del
rubio y peliazul a través del pequeño aparato, al igual que hacían
el pelirrojo y el otro peliazul.
-Así que ahora es Kise el que se ha
rendido.-comentó el ojiazul.
-No se si cuenta como pérdida
puesto que ha conseguido una cita con Tetsuya.-comentó el
ex-capitán.
-En ese caso lo mío es igual puesto
que conseguí unos caramelos de su parte.-dijo ahora el más alto
de todos pero sin dejar de comer algunos aperitivos.
-Bueno pero se trata de conseguir
chocolate o un regalo de San Valentín apropiado. Si Tetsu no lo
considera como tal entonces no tiene sentido.-dijo el de ojos
azules.
-Cierto.... Bien, ahora te toca a
ti, ¿verdad Daiki?-le preguntó el pelirrojo con una sonrisa
maliciosa.
-Si y ni te creas que me voy a
rendir.-le dijo con arrogancia. Después salió de la estancia
para pensar en qué haría al día siguiente para que Tetsuya le
diese aquel presente.
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Ahora al parecer era el turno de su
ex-compañero peliazul por lo que estaba en una cancha de básquet
jugando un uno a uno contra el mayor. Este había ido muy temprano a
verle y le había invitado a jugar un rato. Accedió por que estaba
algo aburrido pero es que ahora a duras penas y podía mantenerse de
pie.
-Aomine-kun.... estoy cansado,
¿podemos parar un rato?-le preguntó con la respiración
entrecortada.
-¿Ahh? ¿Ya estás cansado
Tetsu?-le preguntó con sorpresa.
-Llevamos más de dos horas jugando
es normal que esté cansado.-se quejó el menor al tiempo que se
dejaba caer de culo al suelo.
-Está bien, está bien.-dijo el
otro para sentarse enfrente de su amigo.
Estuvieron un rato en silencio durante
los cuales el menor aprovechó para intentar hacer llegar el aire
necesario a sus pulmones. El otro en cambio se la pasó mirando
fijamente a su amigo el cual se puso algo nervioso por aquella
penetrante mirada.
-¿Pasa algo Aomine-kun?-le
preguntó curioso.
-¿Haces algo mañana Tetsu?-le
respondió con otra pregunta, yendo directo al grano.
-¿Ehh? ¿Porqué todos me
preguntáis lo mismo?-se quejó algo cansado.- La verdad es
que no tengo nada planeado en realidad.-le respondió a la vez
que suspiraba.
-¿Entonces porqué no quedamos para
hacer algo?-le propuso.
-Por que seguramente querrás volver
a jugar y es mi día sin entrenamiento así que lo pasaré en casa
sin moverme absolutamente nada.-le dijo con sinceridad.
-¡Oye! Encima que te invito y me
rechazas así. No es justo.-se quejó el de cabello más oscuro.
-No hagas berrinche Aomine-kun o te
parecerás a Kise-kun.-le dijo algo divertido el menor.
-Tetsuu....-le advirtió con
voz grave lo que causó una leve risita en el menor.
-Mira si lo que quieres es no
pasarlo solo entonces....-comentó mientras sonreía algo
malicioso.
-¿Entonces qué?-le preguntó
mirándole con sospecha. El más bajo solo amplió la sonrisa y en
menos de cinco segundos se alejaba del lugar dejando al de cabello
más oscuro con un perro encima de la cabeza.
-Cuídalo bien Aomine-kun.-le
dijo una vez ya se encontraba lejos.
Poco después desapareció de la vista
de su amigo dejando a este sin entender lo sucedido hasta que oyó al
perrito ladrar. Fue entonces que cayó en cuenta de que le había
hecho cargar con el animal.
-¡Tetsuuuuu!-gritó algo
enojado pero este ya no se encontraba allí. Entonces solo suspiró y
se levantó del suelo llevando consigo al nombrado Tetsu 2.
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Ya sabemos donde se encuentran y
quienes son. Los 4 chicos intentaban aguantar la risa ante lo que
habían oído.
-Jajajajajajaajaja Kurokocchi si que
se la jugó.-estalló en risas el rubio.
-Hmp. Eso a sido bueno.-aguantó
la risa el de gafas.
-Pobre Aomine-chin.-comentó con
gracia el de ojos amatista.
Por parte del pelirrojo este solo
sonrió divertido ante aquello. Sin decir nada se levantó y salió
de su cuarto para que los demás no notasen la sonrisa que se había
formado en su rostro.
-Al parecer por fin Akashi hará su
movimiento.-comentó el peliverde.
-Si ninguno de nosotros lo consiguió
¿porqué parece que le apoyes a él?-le preguntó el rubio.
-Quién sabe....-respondió sin
realmente responder.
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Finalmente era el tan esperado día de
los enamorado. El ojiazul pensó que aquel día por fin le dejarían
en paz pero nada más abrir los ojos se encontró con algo que
realmente no se esperaba.
-Akashi-kun...-susurró para si.
Entonces el mencionado abrió los ojos y sonrió levemente.
-Dime Tetsuya.-le dijo sin
borrar aquella expresión de su rostro.
-¿Cómo entraste en mi apartamento
y porqué estás durmiendo en mi cama?-le preguntó con sorpresa
pero no hizo nada por sacarle de allí.
El contrario amplió sus sonrisa y le
miró fijamente a los ojos, puesto que ambos se encontraban
recostados de lado.
-Entré por la puerta y porque
quise.-respondió a lo cual el menor hinchó los mofletes en son
de queja por aquellas respuestas tan vagas.
-Eso no me aclara nada.-se quejó
entre dientes y recibió una suave risa por parte del contrario.
-Vine a por lo que me prometiste.-le
dijo a la vez que se acercaba más a él y le rodeaba la cintura con
un brazo.
-Pues no se si te lo daré.-comentó
algo enojado.
-No te enfades Tetsuya.... además
me lo prometiste.-le dijo a la vez que le acariciaba la mejilla
con la mano desocupada.
-Está bien...-suspiró y cuando
estaba por levantarse se lo pensó mejor por lo que volvió a
recostarse sobre el colchón.
-¿Pasa algo?-le preguntó el
otro al ver que no hacía el más mínimo intento por moverse.
-Está en la cocina así que ya
puedes ir a buscarlo.-le dijo a la vez que se movía para quedar
recostado boca arriba.
-Así que realmente cumplirás lo
que le dijiste a Daiki.-murmuró para si el pelirrojo divertido.
-¿A qué te refieres?-preguntó
el otro.
-Nada son cosas mías.-evitó
responder.
-A sido cosa tuya el que tanto
Aomine-kun, Kise-kun como Murasakibara-kun estuviesen siguiéndome
toda la semana ¿verdad?- le preguntó mirándole acusadoramente.
-No se de qué me hablas.-se
hizo el desentendido al tiempo que se levantaba y se dirigía hacia
la cocina. El ojiazul solo suspiró y le miró a la vez que negaba
con la cabeza.
-Eres un tramposo. De seguro hiciste
una apuesta en la que ya sabías de antemano que ibas a
ganar.-comentó mirándole con reproche.
-Noo.... yo solo aproveché la
situación para hacerles entender que tu me perteneces solo a
mi.-dijo el mayor que volvía junto con una pequeña cajita de
color rojo y con un lazo naranja.
-¿Y no era más fácil decírselos
sin más?-le preguntó a la vez que se sentaba sobre el mullido
colchón.
-Entonces no habría sido nada
divertido.-comentó el pelirrojo para seguidamente besar dulce y
castamente los labios ajenos a la vez que dejaba la cajita sobre la
mesilla de noche junto a la cama.
-Feliz San Valentín
Akashi-kun.-murmuró el menor una vez se separaron.
-Feliz San Valentín Tetsuya.-le
dijo después de sonreír.
Seguidamente se volvieron a besar y
cabe mencionar que ninguno de los dos salió de aquella cama en lo
que resta de día. Por otra parte un grupo de 4 personas escucharon
todo dejándolos bastante sonrojados por las cosas tan indecentes que
le siguieron a aquella linda confesión.
En aquel momento los otros tres
participantes de la apuesta juraron que nunca más harían una en la
que estuviesen involucrados tanto pelirrojo como peliazul claro.
......FIN......
sábado, 14 de febrero de 2015
Sweet Valentine
Tsuna, Enma y Hayato van a pasar su primer San Valentín con sus novios y, por ser el primero, quieren darles algo especial. Durante un tiempo preparan la sorpresa para ellos sin decirles nada lo cual termina en un pequeño malentendido.
¿Podrán darles su regalo?
PD: espero que os guste el primer especial de este día n.n
Más tarde subiré los otros dos (=^w^=)
Sweet Valentine (Oneshot)
Sweet
Valentine
Se oyó una leve explosión en una zona
de un edificio. En aquel lugar se podía observar a tres personas,
todos chicos: un pelirrojo de ojos rubí, piel pálida y unas
banditas en la cara; un peliplata de ojos jade y con un cigarro en la
boca y, por último, un lindo castaño de preciosos ojos miel.
Tres pares de ojos miraron a su
alrededor y suspiraron cansados.
-¡Esto es imposible! ¡A este paso
no lo lograremos nunca!-se quejó el peliplata bastante enojado.
-Tranquilo Gokudera-kun. Esto son
cosas que pasan.-habló dulcemente el castaño para intentar
tranquilizar a su amigo.
-Pero Tsuna-kun.... Gokudera-san
tiene razón. Llevamos una semana con esto y vamos de mal en
peor.-comentó deprimido el pelirrojo. El castaño le miró y
después viró su mirada hacia toda la estancia. El lugar estaba
hecho un completo desastre: boles junto con masa y mezclas estaban
esparcidos por el suelo; había harina y mantequilla por toda la
encimera; encima de la pica se encontraban muchos de los instrumentos
utilizados, todos sucios, junto con mucha agua casi al borde. Estaba
de acuerdo en que entre la poca paciencia de Hayato junto con la
torpeza de Enma y la suya propia, las cosas no habían iba muy bien
que digamos. Volvió a mirar a sus amigos y entonces rió divertido.
-¿Acaso importa? Estamos haciendo
esto porque queremos demostrarles con acciones lo que no decimos con
palabras. ¿Qué más da que no sea perfecto?-dijo sin dejar de
sonreír.
Los otros dos chicos se miraron entre
si, suspiraron y sonrieron levemente para luego volver a mirar a su
amigo/jefe.
-Tienes razón. Mientras nos
esforcemos estoy seguro de que les encantará.-concordó el
pelirrojo ya más animado al pensar en la reacción que tendría su
rubio novio.
-Tsk. Seguro que el idiota ni me
dejará terminar de dárselo.-comentó el ojijade, sabiendo que
su novio con tan solo ver la bolsita con su nombre se le lanzaría
encima para abrazarle y sonreírle de forma boba.
Los dos menores rieron ante el
comentario tan acertado del más alto. Iban a comenzar a limpiar para
así volver a empezar, cuando una idea se le pasó por la cabeza al
ojimiel.
-Chicos....-les llamó haciendo
que giraran a verle.
-¿Qué pasa Tsuna-kun?-le
preguntó el pelirrojo.
-Se me acaba de ocurrir una
idea.-comentó sonriendo entre divertido y malicioso lo cual
causó que un escalofrío recorriera a ambos chicos. De verdad que el
castaño pasaba demasiado tiempo con Reborn y Kyoya. Suspiraron y
asintieron sin ni siquiera preguntar ya que preferían no saber lo
que el menor tramaba. Este sonrió y salió de la cocina diciéndoles
que comenzasen sin él mientras iba a buscar lo necesario.
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En otra parte se encontraban un moreno
de ojos marrones con una sonrisa en la cara, un rubio ojiazul que
tenía una tortuga sobre su hombro y, finalmente, se encontraba un
azabache de ojos grises metalizados que mostraba una mueca de
fastidio en el rostro.
-¿Me pregunto qué demonios estarán
haciendo?-habló el moreno.
-Ni idea. Llevan una semana huyendo
de nosotros, atrincherándose en el departamento de Enma.-comentó
mientra suspiraba el rubio.
-¿Y se puede saber qué estoy
haciendo yo aquí?-preguntó ahora un molesto azabache puesto que
lo habían sacado de su despacho a la fuerza y todo para que
estuviesen frente al apartamento del herbívoro pelirrojo, que se
parecía a su herbívoro, sin hacer nada.
-Vamos Hibari.... ¿no tienes
curiosidad por saber qué está haciendo Tsuna ahí?-le preguntó
ahora el moreno al azabache.
-No me interesa. No es como si el
herbívoro estuviese haciendo algo malo.-respondió con desgano
mientras suspiraba y rodaba los ojos con hastío.
-¿Y tú como lo sabes? ¿Te dijo
algo Tsuna que nosotros no sepamos?-le preguntaron acusadoramente
ambos a la vez.
-Lo que me diga o deje de decir no
es asunto vuestro.-respondió con enojo mientras se giraba
dispuesto a irse.
-¡Espera Kyoya! No seas así y
dinos si sabes algo.-le habló suplicante el rubio. El azabache
solo suspiró otra vez, sabiendo que seguirían insistiendo hasta que
hablase, por lo que prefirió decir lo que sabía de una vez.
-Solo me avisó que tenían algo que
querían probar y que como ninguno sabía, lo harían juntos para
ayudarse por si hacían algo mal.-explicó pero una vez terminó
se dio cuenta de lo mal que había sonado todo aquello.
-Kyoya....-le llamó sin saber
como seguir el rubio.
-¿Te diste cuenta de lo mal que
sonó eso?-preguntó ahora el moreno mirándole con una ceja
alzada. El mencionado solo asintió al tiempo en que fruncía el
ceño.
-¿Te lo dijo exactamente con esas
palabras?-le preguntó el rubio con curiosidad. El azabache no
era tonto por lo que se habría dado cuenta de que algo no iba bien
si el castaño le hubiese dicho aquello con aquellas palabras.
Por otra parte el azabache no respondió
sino que se quedó unos minutos en silencio rememorando cuando el
ojimiel fue a hablar con él.
*Flashback*
El ojigris se encontraba sentado en la
silla de su despacho leyendo unos documentos como era su costumbre.
En ese momento la puerta se abrió mostrando a un lindo castaño de
ojos miel aunque él ya lo sabía sin levantar la mirada puesto que
su herbívoro novio era el único que podía entrar sin llamar y no
ser “mordido hasta la muerte”.
-¿Necesitas algo herbívoro?-le
preguntó pero sin mirarle. Era algo extraño que el menor fuese a
verle teniendo en cuenta que las clases no habían terminado todavía.
-E-esto.... Kyoya...-le llamó
algo nervioso al parecer sin saber muy bien qué decir. El mayor
suspiró, dejó los documentos sobre el escritorio y mirando al
castaño palmeó sus piernas señalándole que se sentase sobre
ellas.
El pequeño solo asintió y se acercó
hasta él para luego sentarse donde le indicó, quedando de lado al
mayor. El ojigris pasó un brazo por la cintura contraria para que no
se cayese y entonces le miró, esperando a que comenzase a hablar.
-Verás.... hay algo que quiero
pedirte.-habló con voz bajita el menor pero mirándole a la vez
que se sonrojaba lindamente.
-¿El qué?-preguntó
suprimiendo su sorpresa. Pocas veces eran en las que el menor le
pedía algo.
-Bueno....¿po-podemos... dejar de
vernos esta semana por las tardes?-preguntó de carrerilla, tan
rápido que al mayor le costó un poco entenderle. Una vez lo hizo
frunció el ceño ante aquella petición.
-¿Por qué?-demandó saber y
ante aquella mirada y voz tan fría el castaño volvió a bajar la
mirada nervioso y temblando un poco. A causa de ello el moreno se
relajó un poco puesto que no quería que el ojimiel se asustase y
así volver a la relación que tenían antes de empezar a salir.
-Tsunayoshi.... ¿porqué me estás
pidiendo eso?-le preguntó ahora algo más tranquilo y con la voz
más suave. El menor suspiró y volvió a mirarle.
-Bueno.... es que hace un par de
días me entró curiosidad algo que vi en una revista y quise
intentar hacerlo pero....-comenzó pero paró para hacer un
tierno y lindo puchero.-... no hay manera de que me salga.-se
quejó con los mofletes hinchados.
-¿Y eso que tiene que ver?-le
preguntó divertido el mayor mientras le miraba con ternura.
-Pues.... que le pregunté a Enma y
Gokudera-kun si me podrían ayudar. Ellos aceptaron ya que le pareció
buena idea intentarlo pero.... solo podemos hacerlo después de
clase.-le explicó mirándole a son de disculpa.
-¿Y es tan importante lo que
quieres hacer?-le preguntó con curiosidad.
-¡Si!-casi le gritó lo cual le
sorprendió de sobremanera.
-¿Y qué es? Tal vez pueda ayudarte
yo.-le comentó puesto que no quería tener que dejar de pasar
tiempo con su novio.
-¡Ni hablar! ¡No puedes!-volvió
a gritar sorprendiéndole aún más.- Qui-quiero decir....-murmuró
avergonzado al darse cuenta de su reacción.-.... es algo que
Kyoya no puede saber.-susurró más para sí que para el mayor.
-Si vas a hacer algo que no puedes
decirme pues no me digas que lo vas a hacer idiota.-comentó algo
enojado el moreno.
-¡N-no es eso! Te prometo que si me
sale bien serás el primero al que se lo enseñaré ¿si?-le dijo
mirándole con ojitos de cachorrito apaleado. Esa imagen causó
estragos en el mayor pero suspiró para controlarse.
-¿Realmente no puedes decirme qué
es?-le preguntó intentando convencerlo.
-Gomen pero....es algo que te
gustará de seguro.-le susurró al oído haciendo estremecer el
cuerpo ajeno. El moreno tragó saliva con algo de dificultad ante
aquel tono insinuante que había utilizado el menor en decirle
aquello.
-Entonces.... ¿me das permiso
verdad?-le preguntó mientras le lamía el lóbulo de la oreja y
acercaba su cuerpo completamente al mayor. Ahora se encontraba
sentado a horcajadas encima suyo, con las piernas a cada lado de la
cadera ajena, por lo que podía sentir el miembro de su novio crecer
aún dentro de los pantalones.
-S-si... no se de...que se trata
entonces....-intentó hablar pero el menor había comenzado a
mover las caderas y restregarse contra su “amigo” por lo que le
estaba costando concentrarse.
-Demo Kyoya....-le susurró al
oído sin para sus movimientos.-...te prometo que te recompensaré
por esperar.-finalizó el susurro para después besar, morder y
lamerle el lóbulo de la oreja.
-Em.... es-está bien....pero más
te vale recompensarme de la mejor forma posible.-accedió para
seguidamente atacar los labios de su pequeño y lindo novio.
*Fin flashback*
Después le pudo hacer de todo al pobre
castaño que al día siguiente no se pudo ni parar de la cama.
Aquello hizo sonreír pervertidamente al mayor lo cual dio a suponer
a sus dos acompañantes la forma en la que el castaño le había
convencido. Suspiraron derrotados y pensaron seriamente en irse pero
entonces un fuerte estruendo se oyó dentro del departamento por lo
que entraron con rapidez preocupados por sus parejas.
Abrieron la puerta de una patada y
corrieron hacia el origen de la explosión. Una vez estuvieron allí
se sorprendieron por lo que encontraron y, antes de que los menores
se diesen cuenta de su presencia, se escondieron tras la pared.
-Itaee....-se oyó la voz del
pelirrojo en un quejido.
-Tch. Ya te dije.... que hacerlo en
la cocina.... no era buena idea.-se quejó ahora el castaño con
la voz algo entrecortada.
-Go-...men... ¿se encuentra
bien.... Juudaime?-le preguntó el peliplateado también hablando
con algo de dificultad.
-Si....es solo que esta posición
duele...-se oyó otra vez al ojimiel.
Los tres semes tenían caras
diferentes:
Yamamoto tenía una expresión
realmente seria; Dino una entre sorprendido y deprimido y; Kyoya...
pues él tenía el rostro gacho y tapado por su flequillo sin dejar
entreber la furia y el dolor que sentía en ese momento. Los tres se
sentían traicionados por sus parejas y se sentían unos completos
idiotas por haber dejado que les viesen la cara de tontos durante
vete tu a saber cuanto tiempo.
Sin decir nada los tres salieron de
allí sin hacer el más mínimo ruido. Lo último que les faltaba
sería que ellos se diesen cuenta de su presencia y pusiesen alguna
excusa para justificar todo aquello.
Por otra parte los menores seguían en
la cocina sin percatarse de nada y, ahora os explicaré porqué los
mayores tuvieron esas reacciones.
Tsuna y Gokudera se encontraba sobre la
mesa, el segundo sobre el primero mientras que el castaño se
mantenía de piernas abiertas con el peliplateado entre ellas. El
pelirrojo se encontraba sentado en el suelo sobándose la cabeza
mientras tosía un poco. Por fin la gran masa de humo de harina se
dispersó del todo y pudo ver a sus amigos.
-Chicos... ¿estáis bien?-les
preguntó al ver la cara de dolor del ojimiel.
-La verdad es que no.-se quejó
el menor.
-Lo siento mucho Juudaime.-se
disculpó el ojijade mientras se quitaba de encima.
-Es-está bien, no pasa nada.-dijo
mientras se masajeaba la espalda.
-Gokudera-san te dijimos que no
hicieses eso.-le recriminó el de ojos rubí ya que por culpa del
corto temperamento del peliplateado la olla explotó ocasionando que
el pobre castaño se diese contra la mesa del lugar.
-Gomen...-se volvió a disculpar
ya que por su culpa su querido Décimo se había hecho daño.
-Que no pasa nada chicos. Estoy bien
¿si? Sigamos o sino realmente no terminaremos nunca.-les dijo
para tranquilizarlos aunque el golpe seguramente habría dejado una
marca que pronto se tornaría morada.
-De acuerdo.-asintieron ambos y
juntos volvieron a comenzar con su trabajo.
Un par de horas después por fin habían
conseguido hacer unas galletas que fuesen comestibles y, por lo
menos, la decoración tampoco había sido un desastre.
+El pelirrojo hizo unas de normales con
un toque avainillado y, para la decoración había utilizado
chocolate blanco y un pequeño dibujo de una tortuga en cada una de
ellas. Las colocó en una pequeña bolsita verde algo transparente y
las ató con un lazo rojo junto con una tarjetita en la que le
felicitaba el día de los enamorados y con un “te quiero”.
+El ojijade hizo unas de chocolate
negro y cubrió la mitad en chocolate blanco haciendo la forma del
ying-yang. Utilizó una bolsa azul transparente y el lazo era blanco
aunque por su parte no colocó ningún mensaje puesto que las
galletas ya lo decían todo: “tu eres el ying y yo el yang”.
+Por último tenemos las del castañito.
Este había hecho unas de masa normal, al igual que Enma, pero
también utilizó trocitos de galletas. La decoración consistía en
un pequeño corazón en el centro de ellas que había rellenado con
mermelada de fresa. Después había espolvoreado azúcar glas por
encima y listo. A continuación las había colocado en una pequeña
cajita morada y la había atado con un lazo naranja. Al igual que el
pelirrojo había puesto una notita dentro de la caja en la cual le
había escrito unas simples palabras: “cielo y nube”.
Contentos con el resultado de su arduo
trabajo los tres sonrieron y procedieron a limpiar todo el desastre
que habían causado en la pobre y maltrecha cocina. Una vez
terminaron de recoger y limpiar el lugar tanto ojijade como ojimiel
se marcharon a sus respectivos hogares puesto que ya era muy tarde.
Cabe comentar que los tres lindos ukes estaban muy nerviosos porque
el día siguiente era el tan esperado día de San Valentín y no
sabían como iría todo.
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Era mediodía y los lindos ukes estaban
realmente molestos puesto que sus novios les habían estado evitando
desde que llegaron a la escuela. Al principio pensaron que había
sido casualidad el que ninguno de los tres les hubiese ido a buscar
aquella mañana, como ya era costumbre desde que habían comenzado a
salir, pero a medida que avanzaba el tiempo se dieron cuenta de que
realmente les estaban evitando. Enojados porque todo su esfuerzo de
aquella semana iba a ser inútil sino conseguían darles sus regalos
decidieron que ya era hora de actuar.
Consiguieron que los tres se reuniesen
en la azotea: a Yamamoto fue fácil, solo le dejaron una nota en el
casillero citándolo allí, puesto que aunque tuviese pareja seguía
siendo muy amable y rechazaba todas las confesiones en persona; a
Dino simplemente le dijeron a Romario que lo llevase hasta allí y;
con Kyoya también fue bastante fácil: hicieron correr el rumor de
que habría una pelea y sabiendo lo mucho que el pelinegro ama la
escuela era imposible que no fuese a parar aquello.
Cuando los semes llegaron al lugar
ellos salieron de detrás suyo y cerraron la puerta con llave, la
cual había conseguido Tsuna gracias a la ayuda de Kusakabe.
-¿Ahora nos vais a decir porqué
nos habéis estado evitando?-preguntó con voz seria el
peliplateado.
-No se de que nos hablas.-respondió
el ojigris.
-No nos tomes por tontos Kyoya.-dijo
un enfadado ojimiel el cual le miraba severamente.
-Realmente no sabemos de lo que
estáis hablando.-comentó el rubio desviando la mirada hacia su
mano derecha, al cual fulminó con la mirada al comprender que le
había engañado para hacerle ir hasta allí.
-Deja de comportarte como un niño
Cavallone.-habló ahora el ojirubí mirándole seriamente. Un
escalofrío recorrió todo el cuerpo del rubio al oír su apellido
puesto que si el menor lo llamaba por él significaba que estaba
realmente enojado.
-Aquí los niños sois
vosotros.-dijo el beisbolista también algo enojado.
-¿Ah? ¿Se puede saber que te pasa
Takeshi?-le preguntó entre confundido y molesto su novio.
-Pues que sino hubieseis estado
jugando como críos nada de esto estaría pasando.-dijo el otro
moreno.
-¿De qué-
-Es cierto. Desde un principio solo
habéis estado burlándoos de nosotros y ya nos dimos cuenta de
ello.-interrumpió el rubio al ojimiel.
-¿Burlándonos?-preguntó un
confundido pelirrojo.
-¿De qué habláis?-preguntó a
su vez el castaño sin entender nada de lo que pasaba allí.
-Tal vez yo pueda aclarar las
cosas.-comentó una voz algo infantil.
-¿Reborn?-dijo sorprendido el
décimo al ver aterrizar a su tutor en la terraza con un Leon
transformado en paracaídas.
-Veréis. Vosotros habéis estado
haciendo algo sin decirles el qué a vuestras parejas....-empezó
a explicar señalando primero al grupo de ukes. Estos solo asintieron
sin comprender todavía lo que tenía que ver eso con el
comportamiento de sus parejas.-.... pues vuestros novios fueron a
ver qué hacíais pero solo se quedaban delante del departamento sin
llegar a entrar.-siguió y al parecer ya empezaron a entender de
qué iba la cosa.- Bien, el caso es que vieron a Tsuna y Gokudera
en un posición algo insinuante al igual que oyeron cosas que se
podían malinterpretar.-finalizó y como apareció de repente se
esfumó de igual forma.
-¿Posición insinuante?-se
preguntó a sí mismo el castaño.
-¿Palabras malinterpretantes?-hizo
lo mismo el peliplateado.
-¡Ah! ¡Ya sé! ¡Seguramente fue
de la última explosión que hubo donde quedasteis en esa
postura!-mencionó el pelirrojo y entonces fue como si una
bombillita se prendiera en la cabeza de los otros dos chicos.
-¡Ah claro!-exclamaron ambos a
la vez y después de unos breves segundos comenzaron a reír.
-¿Se puede saber qué es tan
divertido?-preguntó un enfadado moreno.
-Si... nos encantaría reírnos
también.-habló de igual forma el rubio.
-Sois idiotas.-comentó con
simpleza el ojijade mientras se secaba las lágrimas a causa de la
fuerte risa.
-Si.... lo que visteis no es lo que
parece.-dijo ahora el ojirubí.
-Pues claro.... ¿porqué iba yo a
engañarte?-le preguntó el ojimiel al moreno mientras le
abrazaba por el cuello y le miraba con cariño a la vez que sonreía
y se sonrojaba levemente. Aquello sorprendió a todos puesto que
ninguno le había visto moverse aunque el mayor le abrazó por la
cintura sin ser consciente de ello.
-Pero... lo que vimos y
oímos....-susurró el de ojos cafés.
Los tres ukes se miraron entre si y
después giraron a mirar con ternura a sus semes. Se habían puesto
celosos por nada pero aún así les gustaba ya que les demostraba lo
mucho que les quieren.
-Podemos enseñaros lo que pasó de
verdad.-dijo el pelirrojo que también se había acercado hasta
su rubio y le había dado un suave beso en la mejilla.
-¿Cómo?-preguntó el moreno
que seguía hipnotizado viendo los ojos miel de su pareja.
-Tsuna.... ¿lo trajiste?-le
preguntó el ojijade al menor. Este solo asintió en respuesta y
sonrió contento.
-Al final si que fue una buena
idea.-comentó soltando una leve risita.
Sin perder el tiempo llevaron casi a
rastras a sus semes hasta la sala de audiovisual. Los obligaron a
sentarse y pusieron un vídeo.
“Se ve la imagen moverse hasta
quedar quieta enfocando hacia un mismo lugar. Al parecer estaba sobre
algún armario porque enfocaba hacia abajo.
-Oye Tsuna-kun, ¿estás seguro
de esto?-preguntó un lindo pelirrojo el cual llevaba un delantal
y tenía parte de la cara manchada de harina.
-Está bien... así podremos ver
qué estamos haciendo mal, para después no repetirlo.-respondió
un contento castaño el cual también llevaba un delantal y estaba
manchado pero con lo que parecía una especie de masa amarilla.
-Juudaime... tiene masa de las
galletas en la cara.-comentó un divertido ojijade.
-¿Eh?-se apresuró a
limpiarse mientras se sonrojaba.
El vídeo continuaba hasta que llegó
a la parte de la explosión donde la olla había salido volando y,
por acto reflejo el peliplateado se había colocado delante del
castaño para protegerlo pero, a causa de la poca visibilidad y la
sorpresa, el menor terminó cayendo de espalda sobre la mesa,
llevándose consigo al más alto.
Después se veía la escena que
ellos encontraron y después donde el pelirrojo salía sobándose el
trasero ya que él había caído de culo al suelo. A continuación se
observaba la corta conversación que tuvieron, al igual que la cara
de dolor del castaño para, finalmente ver como seguían cocinando.”
-Todavía me duele la
espalda.-comentó algo divertido el ojimiel una vez la filmación
había terminado. Por respuesta recibió unas suaves caricias en el
lugar dañado por parte de su pareja. El castaño se encontraba
sentado sobre las piernas de su novio y este le abrazaba por la
cintura con una mano y la otra la utilizaba para masajear la zona
adolorida. El menor le sonrió en agradecimiento por aquel dulce
acto.
-Y bien....-comenzó el ojirubí.
-¿Ahora nos creéis en que fue un
malentendido?-preguntó algo divertido el peliplata.
-Si... lo sentimos. Sacamos
conclusiones precipitadas cuando debimos de haberos preguntado
directamente.-se disculpó el rubio agachando la cabeza con
tristeza.
-Está bien, no pasa nada Dino.-le
dijo con una sonrisa de ternura a su novio mientras le abrazaba por el
cuello desde atrás, puesto que el rubio seguía sentado mientras que
él se encontraba de pie detrás suyo.
-Ya sabía que eras un idiota así
que me esperaba algo así.-comentó burlón el peliplata pero le
cogió la mano al mayor, puesto que se encontraba sentado a su lado,
al tiempo en que miraba hacia otro lado avergonzado. El moreno solo
sonrió dulcemente ante lo tímido que podía llegar a ser su novio.
-Bien... con esto
aclarado...-comenzó el castaño.
-Si es verdad.... ya es hora de que
os lo demos.-continuó el pelirrojo.
-Cierto... no tengo ganas de cargar
con esto más tiempo.-finalizó el peliplateado.
Sin separase de donde estaban buscaron
algo en sus respectivas mochilas y cuando lo encontraron se sonrieron
y asintieron al mismo tiempo.
-¡Feliz San Valentín!-dijeron
los tres a la vez mientras entregaban los dulces a su respectiva
pareja.
-Gracias...-susurraron ellos a
la vez que aceptaban los presentes.
Los abrieron al mismo tiempo y se
sorprendieron por lo que encontraron. El moreno sonrió feliz y
abrazó efusivamente a su pareja el cual suspiró y se sonrojó
puesto que sabía que aquello pasaría. El rubio alzó al pelirrojo
en brazos a la vez que le besaba por toda la cara mientras repetía
“gracias” una y otra vez. Por último el azabache apretó
aún más el agarre en la cintura ajena, le susurró un “gracias”
al oído y después le besó dulce y tiernamente. Una vez se
separaron se sonrieron mutuamente sin necesidad de decir nada más.
Más tarde aquella noche. Todos los
semes se encontraban en sus respectivos cuartos con sus respectivas
parejas durmiendo al lado. Ellos solo sonrieron al verles y después
viraron sus miradas hacia los presentes que habían recibido de ellos
aquel día.
-Gracias por este dulce San
Valentín.-murmuraron los tres a la vez que se recostaban y
abrazaban a sus ukes con cariño, para así caer profundamente
dormidos.
......FIN......
sábado, 7 de febrero de 2015
Cosplay Café
Para el festival cultural de la escuela Namimori, la clase 2-A ha decidido hacer un cosplay café pero.... ¿¡Uno de mujeres?! Al pobre castaño le toca organizar los disfraces con cierto carnívoro junto a él.
¿Qué pasará en el cuarto de disfraces entre ellos? ¿El azabache podrá resistir la tentación de ver al ojimiel con ropa de mujer?
PD: este onechot surgió de un doujin con el mismo nombre de Haruka Minami y
realmente lo recomiendo n.n
Espero sinceramente que os guste el oneshot jejejeje (=^w^=)
¡¡¡Halloween Time!!!
Reborn a convencido a todos para celebrar una fiesta de Halloween en la escuela Namimori. El único problema es que todos, TODOS, deben ir disfrazados incluso los del
comité disciplinario.
¿Qué pasará cuando un lindo castaño aparezca con su disfraz? Por que todo carnívoro es muy posesivo, mucho más si se trata de su herbívoro.
PD: espero que os guste el especial de halloween n.n
¡Feliz cumpleaños Conejito!
Va a ser el cumple del lindo castañito por lo que su novio Kyoya decide invitarle a una cita y así satisfacer cualquier deseo de su lindo conejo.
PD: espero que os guste. Está sacado de un doujin que tengo también subido
en la parte de 1827 (=^w^=)
Tradición de San Valentín
En la escuela de Naruto hay la tradición de montar un festival para el dia de San Valentín. Se suponía que el rubio de debería poder participar pero por culpa de un Itachi algo bocazasel pobre tendrá que asistir.
Lo único bueno es que al hacer pública la lista de participantes.... un azabache se verá obligado a reclamar lo que es suyo.
PD: jejeje pues es otro especial pero SxN. Espero que os guste (=^w^=)
El mejor regalo de San Valentin
Tsuna no soporta el dia de San Valentin puesto que siempre le suceden cosas desagradables pero... ¿tal vez este año un moreno consiga hacer que le guste?
PD: es un pequeño especial dedicado a ese día. Emm, aquí se menciona que Tsu-chan
tiene un hermano y ese es Giotto, al igual que su pareja
es Alaude n.n Espero que os guste esta pequeña historia (=^w^=)
¿Solo era un trato no? (SxN)
Sasuke llega más temprano de lo normal a clase y allí conocerá a un lindo rubio. Por un descuido el ojiazul pierde su identificación escolar y es el azabache el que lo encuentra.
¿Qué le pedirá el Uchiha a canvio de devolvérselo?
PD: espero que os guste esta corta hisoria romántica n.n
Por pensar en voz alta
Naru por ser tan despistado como siempre, termina metido en una apuesta junto con sus amigas Ino y Sakura. Desanimado por no creer capáz de poder ganar la apuesta se
va a pensar a la azotea. Allí sin querer comienza a hablar en voz alta consigo mismo pero....
¿Qué pasa si la persona que no debería de enterarse se enterase?
Por que uno debe de aprender a no pensar en voz alta y eso el rubio lo aprenderá en un solo dia XD
PD: bueno.... solo quiero deciros que en este solo hay romance conun toque de humor.
Espero que os guste (=^w^=)
Mi lindo vecino
Sasuke lleva varios meses observarndo a su rubio vecino y puede decir sin lugar de dudas que se ha enamorado de él. El único problema es que no sabe cómo hablar con él.
¿Tal vez su hermano pueda darle una excusa para pasar tiempo con el rubín?
PD: jejeje bueno solo quiero advertiros que hay lemon n.n y esepro que os guste (=^w^=)
1 dia aburrido se puede convertir en todo lo contrario (182769)
Tsuna se ve obligado a mudarse por lo que termina en la ciudad de Namimori. En su primer dia de clase conoce a un moreno y a un peliazul que lo reclaman como suyo.
¿Ambos chicos conseguirán comerse al pequeño castaño?
PD: espero que os guste el lemon que escribí n.n aunqeu fue hace bastante por lo que
no recuerdo muy bien cómo quedó jejeje u.u"
La sinceridad antes que el orgullo (182769)
Tsuna lleva 4 años de relación con Kyoya y Mukuro pero siente como que ellos solo le utilizan para desfogarse sexualmente por lo que decide irse.
¿Qué harán los dos semes cuanto se enteren? ¿Renunciarán a su orgullo contal de conservar a su dulce conejito?
PD: es el 1º que escribí hace más de tres años por lo que hay algunas faltas jejejeje
espero que aún y así os guste n.n
espero que aún y así os guste n.n
Una noche lo cavió todo (SasiGaa-Fanfic)
Bueno.... este es el pedido de Miriam y siento mucho no haber podido subirlo antes pero empecé con o exámenes, trabajos y exposiciones y no tuve nada de tiempo ;___;
Sai ulitiza a Gaara para pasar una noche de puro sexo pero termina enamorándose de él. Entonces intentará conquistar al lindo doncel el cual, está embarazado, por lo que el moreno tendrá más razones para querer estar con él.
¿Pero qué pasaría si el pelirrojo solo le utilizase por miedo a estar solo?
¿Conseguirá el varón enamorar al de ojos aguamarina?
PD: espero que os guste y vuelvo a disculparme por la demora n.n
Una noche lo canvió todo (SaiGaa)
Prólogo
Abro los ojos con pereza y después de
parpadear un par de veces logro situarme. Me incorporo y observo la
estancia a mi alrededor. Observo con tranquilidad hacia la ventana y
con una sonrisa adornado mi rostro me levanto y salgo de la estancia.
Camino con paso tranquilo por el pasillo, bajo las escaleras y me
adentro en la cocina. Sin pensar mucho comienzo a preparar el
desayuno puesto que ya son las 10 pasadas, menos mal que hoy es sábado
sino estaría corriendo por toda la casa preocupado de llegar tarde.
Vuelvo mi atención hacia lo que
preparo puesto que había virado mi mirada hacia el enorme reloj de
pared. He decidido hacer algo sencillo así que estoy cocinando unas
tostadas junto con algo de zumo natural. También he sacado un
paquete de cereales por si acaso.
Estoy concentrado en lo mio cuando
siento que alguien me abraza por la cintura deteniendo todos mis
movimientos.
-¿Porqué saliste de cama sin
avisar?-me preguntó una voz susurrante en el oído mientras con sus
brazos me acercaba aún más a su cuerpo.
-Es que ya es tarde y tenía, bueno
teníamos hambre.-respondí algo avergonzado.
Él solo me gira y me da un casto beso
en los labios. Después sonríe de lado y con una mano me vuelve a
rodear por la cintura mientras que con la otra me acaricia la mejilla
derecha.
-Aún así no deberías de moverte solo
por ahí.-me dijo mirándome algo preocupado.
-No estoy inválido.-me quejo pero al
mismo tiempo no puedo evitar sonreír con dulzura ante su
preocupación.
-Pero estás embarazado de 8 meses y
medio así que es como si lo estuvieras.-me rebate al tiempo que baja
su mano de mi mejilla hacia mi abultado vientre y lo acaricia
suavemente.
-Idiota.-susurro algo molesto pero al
tiempo algo feliz por ese dulce y tierno gesto.
Él solo sonríe y cuando estoy a punto
de decir algo un dolor muy fuerte me hace gritar y quedar arrodillado
en el suelo. Él se alarma y se agacha mirándome con preocupación.
-¿Estás bien?-me pregunta y yo por
respuesta solo grito de dolor y le miro con odio.
-¿A ti qué te parece idiota?-le
pregunto en medio de un grito.
Él con prisa sale de la habitación en
cuanto se percata de que de entre mis piernas está saliendo un
líquido transparente. A los pocos minutos vuelve a entrar junto con
una bolsa en mano, me levanta con sus brazos y rápidamente me
lleva hasta el coche donde me deja con cuidado en el asiento del
copiloto. Él se sube con rapidez y comienza a conducir hacia el
hospital.
Durante todo el trayecto solo tengo
cabeza para este fuerte dolor sobre mi bajo vientre y para cuando me he
dado cuenta ya me encuentro en una camilla para adentrarme a la sala
de partos. Al parecer nuestro hijo ya quiere nacer y yo estoy
realmente nervioso. Te miro con miedo y tu solo me respondes dándome
un tierno beso y susurrándome un “te amo” para seguidamente
cerrarse las puertas y sentir como me duermen. Lo único que resuena
en mi cabeza son tus dos últimas palabras lo cual me hacen sentir
bastante tranquilo.
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Al despertar noté que algo
faltaba. Giré para ver como efectivamente, no te encontrabas
durmiendo a mi lado lo cual me hace temer que tu presencia en mi casa
ha sido solo un sueño. Con algo de temor salgo del dormitorio y bajo
las escaleras mirando hacia todo lados por si te veo. Cuando estoy
temiendo realmente que todo fue un sueño un agradable olor
proveniente de la cocina llega hasta mi. Camino rápidamente para
encontrarte allí haciendo el desayuno, entonces miro el reloj para
percatarme con sorpresa de lo tarde que es.
Te observo con una sonrisa
durante un rato y por fin me acerco hasta ti y te abrazo por la
cintura. Tú te sorprendes y giras a verme. Yo solo sonrío y después
de una leve plática nos quedamos en silencio observándonos. Cuando
estás a punto de decir algo gritas y te doblas del dolor yo te miro
preocupado a más no poder y en cuanto te pregunto si estás bien me
miras con odio haciéndome entender que no. Poco después observo
como un líquido transparente cae de entre tus piernas y eso me hace
entender que nuestro hijo ya está en camino. Salgo a toda prisa de
la cocina y me dirijo hacia nuestra habitación. Cojo el bolso ya
preparado por si esto ocurría y también las llaves del coche.
Vuelvo corriendo hacia donde tu te encuentras y llevándote en brazos
te dejo en el coche. Una vez allí comienzo a conducir con rapidez y
mientras llamo tanto a tu familia como a la mía para avisarles teniendo de fondo tus gritos de dolor. Realmente me mata verte de
esta forma pero sé que estás haciendo todo lo posible por
soportarlo. Llegamos frente al hospital y sin cuidado alguno dejo el
coche y te llevo en brazos hacia dentro. Una vez las enfermeras se
percatan de tu estado hacen traer una camilla, donde me hacen
dejarte, y avisan para que preparen el quirófano. Sigo a tu lado
mientras te llevan y lo preparan todo. Antes de que te hagan entrar a
esa sala puedo ver en tus ojos el miedo pero hago todo lo posible
para tranquilizarte aunque yo también esté preocupado.
Una vez las puertas se
cierran y yo me quedo fuera me dejo caer sobre una de las sillas del
pasillo.
En mi cabeza no dejan de
surgir los pensamientos de miedo e intranquilidad pero se que harás
todo lo posible por que nuestro bebé venga sano y salvo así que a
mi solo me queda esperar hasta que eso pase.
Sin poder evitarlo comienzo
a recordar todo lo que hemos pasado. Desde que te conocí aquel día
toda mi vida dio un giro radical y tú te convertiste en el centro de
mi existencia. Aunque las cosas no fueron del todo normales entre
nosotros ahora mismo no puedo imaginarme una vida sin ti.
Hace a penas 9 meses que te
conozco y puedo asegurar que espero pasar lo que resta de mi vida a
tu lado, bueno y también con nuestro pequeño hijo y con , espero,
que muchos hijos más.
......Continuará
......
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