Prólogo
Abro los ojos con pereza y después de
parpadear un par de veces logro situarme. Me incorporo y observo la
estancia a mi alrededor. Observo con tranquilidad hacia la ventana y
con una sonrisa adornado mi rostro me levanto y salgo de la estancia.
Camino con paso tranquilo por el pasillo, bajo las escaleras y me
adentro en la cocina. Sin pensar mucho comienzo a preparar el
desayuno puesto que ya son las 10 pasadas, menos mal que hoy es sábado
sino estaría corriendo por toda la casa preocupado de llegar tarde.
Vuelvo mi atención hacia lo que
preparo puesto que había virado mi mirada hacia el enorme reloj de
pared. He decidido hacer algo sencillo así que estoy cocinando unas
tostadas junto con algo de zumo natural. También he sacado un
paquete de cereales por si acaso.
Estoy concentrado en lo mio cuando
siento que alguien me abraza por la cintura deteniendo todos mis
movimientos.
-¿Porqué saliste de cama sin
avisar?-me preguntó una voz susurrante en el oído mientras con sus
brazos me acercaba aún más a su cuerpo.
-Es que ya es tarde y tenía, bueno
teníamos hambre.-respondí algo avergonzado.
Él solo me gira y me da un casto beso
en los labios. Después sonríe de lado y con una mano me vuelve a
rodear por la cintura mientras que con la otra me acaricia la mejilla
derecha.
-Aún así no deberías de moverte solo
por ahí.-me dijo mirándome algo preocupado.
-No estoy inválido.-me quejo pero al
mismo tiempo no puedo evitar sonreír con dulzura ante su
preocupación.
-Pero estás embarazado de 8 meses y
medio así que es como si lo estuvieras.-me rebate al tiempo que baja
su mano de mi mejilla hacia mi abultado vientre y lo acaricia
suavemente.
-Idiota.-susurro algo molesto pero al
tiempo algo feliz por ese dulce y tierno gesto.
Él solo sonríe y cuando estoy a punto
de decir algo un dolor muy fuerte me hace gritar y quedar arrodillado
en el suelo. Él se alarma y se agacha mirándome con preocupación.
-¿Estás bien?-me pregunta y yo por
respuesta solo grito de dolor y le miro con odio.
-¿A ti qué te parece idiota?-le
pregunto en medio de un grito.
Él con prisa sale de la habitación en
cuanto se percata de que de entre mis piernas está saliendo un
líquido transparente. A los pocos minutos vuelve a entrar junto con
una bolsa en mano, me levanta con sus brazos y rápidamente me
lleva hasta el coche donde me deja con cuidado en el asiento del
copiloto. Él se sube con rapidez y comienza a conducir hacia el
hospital.
Durante todo el trayecto solo tengo
cabeza para este fuerte dolor sobre mi bajo vientre y para cuando me he
dado cuenta ya me encuentro en una camilla para adentrarme a la sala
de partos. Al parecer nuestro hijo ya quiere nacer y yo estoy
realmente nervioso. Te miro con miedo y tu solo me respondes dándome
un tierno beso y susurrándome un “te amo” para seguidamente
cerrarse las puertas y sentir como me duermen. Lo único que resuena
en mi cabeza son tus dos últimas palabras lo cual me hacen sentir
bastante tranquilo.
/////¬//////¬//////¬//////¬/////¬/////¬/////¬//////¬//////¬/////¬/////¬/////¬/////¬/////¬//////¬/////¬/////¬//////¬//////¬
Al despertar noté que algo
faltaba. Giré para ver como efectivamente, no te encontrabas
durmiendo a mi lado lo cual me hace temer que tu presencia en mi casa
ha sido solo un sueño. Con algo de temor salgo del dormitorio y bajo
las escaleras mirando hacia todo lados por si te veo. Cuando estoy
temiendo realmente que todo fue un sueño un agradable olor
proveniente de la cocina llega hasta mi. Camino rápidamente para
encontrarte allí haciendo el desayuno, entonces miro el reloj para
percatarme con sorpresa de lo tarde que es.
Te observo con una sonrisa
durante un rato y por fin me acerco hasta ti y te abrazo por la
cintura. Tú te sorprendes y giras a verme. Yo solo sonrío y después
de una leve plática nos quedamos en silencio observándonos. Cuando
estás a punto de decir algo gritas y te doblas del dolor yo te miro
preocupado a más no poder y en cuanto te pregunto si estás bien me
miras con odio haciéndome entender que no. Poco después observo
como un líquido transparente cae de entre tus piernas y eso me hace
entender que nuestro hijo ya está en camino. Salgo a toda prisa de
la cocina y me dirijo hacia nuestra habitación. Cojo el bolso ya
preparado por si esto ocurría y también las llaves del coche.
Vuelvo corriendo hacia donde tu te encuentras y llevándote en brazos
te dejo en el coche. Una vez allí comienzo a conducir con rapidez y
mientras llamo tanto a tu familia como a la mía para avisarles teniendo de fondo tus gritos de dolor. Realmente me mata verte de
esta forma pero sé que estás haciendo todo lo posible por
soportarlo. Llegamos frente al hospital y sin cuidado alguno dejo el
coche y te llevo en brazos hacia dentro. Una vez las enfermeras se
percatan de tu estado hacen traer una camilla, donde me hacen
dejarte, y avisan para que preparen el quirófano. Sigo a tu lado
mientras te llevan y lo preparan todo. Antes de que te hagan entrar a
esa sala puedo ver en tus ojos el miedo pero hago todo lo posible
para tranquilizarte aunque yo también esté preocupado.
Una vez las puertas se
cierran y yo me quedo fuera me dejo caer sobre una de las sillas del
pasillo.
En mi cabeza no dejan de
surgir los pensamientos de miedo e intranquilidad pero se que harás
todo lo posible por que nuestro bebé venga sano y salvo así que a
mi solo me queda esperar hasta que eso pase.
Sin poder evitarlo comienzo
a recordar todo lo que hemos pasado. Desde que te conocí aquel día
toda mi vida dio un giro radical y tú te convertiste en el centro de
mi existencia. Aunque las cosas no fueron del todo normales entre
nosotros ahora mismo no puedo imaginarme una vida sin ti.
Hace a penas 9 meses que te
conozco y puedo asegurar que espero pasar lo que resta de mi vida a
tu lado, bueno y también con nuestro pequeño hijo y con , espero,
que muchos hijos más.
......Continuará
......
No hay comentarios:
Publicar un comentario