martes, 29 de agosto de 2017

Una forma de libertad (1827)

Una forma de libertad
Nee.... ¿nunca habéis pensado en qué pasaría si murierais? Yo si. Constantemente pienso en que sería mejor no haber nacido. Después de todo.... qué motivo tiene para vivir alguien inútil, poco inteligente, bueno para nada.... invisible. Seguro que nadie se daría cuenta de que no estoy. En parte me asusta ese pensamiento. A nadie le gusta sentirse ignorado por todos, pero.... prefiero que me ignoren a que se burlen. Quizás las cosas son como deben ser y yo no puedo cambiarlo.....aunque, siendo sincero, me gustaría desaparecer del todo.
Los amigos que tengo ni siquiera los veo como tal. Están conmigo, pero es como si no lo estuvieran. Me miran, pero sin verme realmente. No tengo la menor idea de porqué siguen aquí. Pienso que solo lo hacen por el puesto y poder que conlleva el estar a mi lado. Seguro que si no formase parte de la familia en la que estoy, nunca se habrían girado a verme.
Todo es su culpa... yo ni siquiera quería que se me acercaran. Me gustaba mi vida tal y como era, bueno no me gustaba, pero prefería la maldad pura de la gente a la falsa amabilidad. Odio que se me acerquen con una sonrisa cuando están dispuestos a clavar el puñal por la espalda.
He pensado muchas veces en coger e irme. Ni lejos ni cerca. Hasta donde mi cuerpo aguantase..... seguro de que llegara donde llegara, encontraría algo de la paz que me han quitado.
¿Por qué tengo que pensar en el futuro? ¿Qué tiene de bueno planificar tu vida como si fuese un libro ya escrito? El futuro es algo que no puedes manejar, algo que sin duda asusta, pero que en el fondo.... no puedes luchar contra ello. Es parecido a la muerte. Puedes escoger el camino a seguir, frustrarte porque las cosas no salgan bien, rectificar, volver al inicio, para finalmente acabar en el mismo sitio en que lo harán las personas que han triunfado más que tú.... y las que lo han hecho menos. No tiene sentido vivir una vida que va en una sola dirección: la muerte.
Hagas lo que hagas, es algo inevitable. ¿Por qué se empeña la gente en pensar que son inmortales? En este mundo, donde todo tiene un precio, incluso la vida.... ¿de qué nos sirve amargárnosla?
Mire donde mire, veo gente estresada, preocupada por no aprobar, no encontrar un trabajo, formar una familia.... como si por pensar tanto fuesen a conseguir algo.
La mente también puede ser mala y jugar en nuestra contra. Se supone que uno se conoce gracias a su mente y también según lo que los demás perciben de ti. Pero cuando esto segundo es negativo, nuestra mente tiende a hundirnos más.
¿Una sociedad en que la apariencia no importe? Eso es imposible. Lo mires por donde lo mires, lo único en lo que te fijas de una persona es el envoltorio. Esa estupidez de que lo de dentro es lo que cuenta... no lo sigue nadie.
Así que nuestras vidas son solo un círculo vicioso de malas decisiones, pensamientos y palabras crueles dirigidos al más débil, todo por conseguir un remoto sentimiento de superioridad que no nos sirve de nada.
Cada vez estoy más seguro de que desaparecer sin dejar rastro de tu existencia es lo mejor. ¿Para que esforzarse en dejar constancia de tu paso por el mundo? ¿Es tan importante que la gente sepa que lograste cosas que los demás de tu época no lograron? ¿Acaso esas personas no valen nada solo por que no salen en un libro de texto? ¿De qué sirve que te recuerden personas después de siglos, cuando los que te importan ya hace mucho que se han ido?
Creo que pensar es lo único que se hacer. Lo único que no pueden quitarme. Lo único que sigue siendo exclusivamente mío. Seguro que más de uno se asustaría en descubrir que tras mis sonrisas se esconden pensamientos como los anteriores. O tal vez no les importaría.
A mi ya me da igual todo. Tanto pensar me ha abierto los ojos. Sé que soy un cobarde en todos los aspectos posibles. Y nunca he tenido el valor de acabar con todo con mis propias manos, pero.... tal vez, hoy sea el día en que lo cambie todo.
Bajar la mirada a mi brazo ensangrentado, sentir como lágrimas recorren mi rostro libremente, y sonreír al sentir el cuerpo dar contra el suelo. Si, hoy es ese día, en el que por fin, seré libre de todo. Incluso de mi mismo.
Puede que solo me arrepiente de una cosa: no haber llegado a decirle la verdad. A confesar lo que sentía. Pero eso ya no importa más. Ya nada importa.

El sonido del cuchillo cayendo al suelo, los gritos de miedo de su madre y conocidos no llegó a él, que yacía en el suelo de su habitación con una sonrisa y lágrimas en su rostro, feliz de acabar con todo.

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El sonido constante le molestaba. Era como un pitido agudo que no le dejaba dormir. El dolor de cabeza era innegable y sentía todo su cuerpo pesado, sintiéndose incapacitado, sin poder moverse.
Abrió los ojos y los cerró pues la intensa luz que lo recibió fue demasiada para ellos.
Oyó un susurro de alguien, pero no logró identificar de quien. El movimiento de tela rozándose. Pasos acercándose. Una mano sobre su mejilla. Una suave respiración sobre sus labios. Y otro susurro.
-Abre los ojos lentamente, sin forzar.-volvió a oír. Su cuerpo, paralizado anteriormente, fue recorrido por una descarga eléctrica al reconocer al dueño de aquella voz. Si, dueño. La persona que más miedo tenía de ver. Sobre todo después de sus acciones. Lo recordaba. Los pensamientos negativos, el llanto, el cuchillo, el dolor y la sangre…. Todo. El dolor en su pecho incrementó. Miedo. Eso sentía en ese momento. Miedo a ver a la persona que amaba mirarle con desprecio después de la salida tan cobarde que había escogido.
-Tsunayoshi…. Abre los ojos.-volvió a susurrar amablemente, pero el ligero tono de orden seguía allí.
Sin poder evitarlo obedeció. Los abrió con lentitud, tal y como le había dicho, y fue recibido por los orbes grises de su contraparte. Confusión. Eso fue lo que le embargó pues, por primera vez fue capaz de ver algo en aquellos ojos. Estos, normalmente indiferentes y fríos, que solo brillaban de emoción ante el prospecto de una buena pelea, ahora estaban cubiertos por una capa de tristeza y preocupación palpables.
Una sonrisa. Una bella sonrisa que denotaba cariño, amor. Un suspiro lo acompañó, lleno de alivio.
-Pensé que no despertarías.-el tono bajo, cautivante, suave. La mano que le acariciaba la mejilla nunca se alejó.- Sentí que moría cuando me avisaron de la situación…. ¿Por qué nunca dijiste nada? ¿Por qué lo guardaste todo hasta casi romperte? ¿De verdad creías todo aquello que escribiste?... esas y muchas más preguntas han sido las que me he hecho en este tiempo en el cual no despertabas.-sinceridad…. Era lo único que podía concluir al escuchar aquellas palabras.  Lágrimas. Finas y cristalinas lágrimas comenzaron a recorrer su rostro sin consentimiento del mismo. Quiso hablar. De verdad que quiso, pero sus cuerdas vocales parecían no querer hacerlo. Un leve gemido escapó de sus labios.
-Sshh…. No fuerces…. El médico dijo que no intentaras hablar al principio, pues pasaste mucho tiempo sin hacerlo y sería doloroso.-explicó en el mismo tono de voz. Asintió, pues no había otra cosa que pudiera hacer.
-¿Quieres agua?-otra pregunta y otro movimiento, leve, pero afirmativo de su cabeza. Esta todavía le dolía y no era capaz de hacer un movimiento más pronunciado que ese. Una linda sonrisa y se alejó del contrario. Pérdida de calidez. La mano que le acariciaba le abandonó y sintió frío de repente. Tembló un poco y el contrario le besó la mejilla con cariño, tranquilizándolo.
Un par de minutos y volvió junto a un vaso con agua. Ayudó a que se enderezara, sentándose con cuidado, y le dio de beber. Sus manos no tenían fuerza alguna y se sintió débil. Más débil que nunca.
-Los demás están fuera.-su voz le sobresaltó. Le miró confundido, sin entender sus palabras.- Tu madre, los herbívoros que siempre te siguen, el maldito cabeza de piña, el bebé…. Y muchas más personas están ahí fuera. Incluido tu padre. Esperando que despiertes y les sonrías. Porque tu sonrisa es la más bella que nunca alguien hubiese visto. Porque es imposible no sentir calidez cuando ves esa sonrisa. Porque eres capaz de disipar la oscuridad que todos tenemos dentro con el simple hecho de sonreír.-bonitas palabras que le calaron hondo. Más lágrimas brotaron de sus orbes miel. Negó con la cabeza. No podía creerlo. Era incapaz de hacerlo. No podía aceptar lo que el moreno estaba diciendo.
-No importa que no me creas. Es la verdad pues yo nunca miento. Si ahora no consigues verlo, yo conseguiré que lo hagas. No hoy, ni mañana y puede que tampoco dentro de un mes o un año. Pero ten por seguro que te demostraré que todos nos preocupamos por ti de forma sincera. Que eres alguien muy importante en nuestras vidas. Que sin ti estaríamos más perdidos y confundidos de lo que tú lo has estado jamás. Que sin importar que…. Tu presencia en este mundo importa, pero no más que en las vidas de todos aquellos que te rodean. De aquellos que conviven día a día contigo. Personas que darían la vida por protegerte sin dudarlo en lo más mínimo. Personas entre las cuales me incluyo. Porque me demostraste que eres fuerte. Que puedes conseguir lo que te propongas si te esfuerzas por ello. A mí me da igual quién sea tu familia, lo que me importa es quién eres tú. Un herbívoro que no valía nada, de quien todo el mundo se burlaba, que no era capaz de defenderse, pasó a convertirse en un carnívoro que luchaba por defender a las personas que quería, a aquellas por las cuales sentía un cariño especial. Alguien que es capaz de dar su vida por otra persona sin dudarlo no puede ser considerado como un cobarde. Y sin importar que caigas y te rompas miel veces, yo te levantaré y seré tu apoyo para que puedas volver a ser lo que eras. No hace falta que retengas las lágrimas o las ganas de gritar, porque cada vez que lo necesites estaré ahí para abrazarte y decirte que todo pasará. Que sin importar qué, yo nunca me iré de tu lado.-manos en sus oídos. No podía oír más. No quería. Sentía su corazón romperse pues no era capaz de aceptar que todo aquello se lo estuviesen diciendo a él. Que el orgulloso y frío moreno de quien se había enamorado no le estaba dedicando tan bellas palabras, cargadas de sentimiento. ¿Podía confiar en él? ¿Podía aceptar que todo lo que decía era verdad?
Negó con la cabeza de forma rápida. No, no podía. No merecía nada de aquello. Él solo quería descansar. Dormir y no despertar nunca más. ¿Era tan difícil de cumplir? ¿Por qué no veían que si seguía viviendo solo sufriría más y más? ¿Por qué no lo dejaban solo?
-Porque la soledad no es buena. Porque todo ser vivo necesita compañía para no hundirse en el abismo. Porque como bien escribiste…. la mente de uno es traicionera y por ello necesitamos a otra persona que nos haga abrir los ojos cuando no conseguimos ver la luz al final del camino. Porque nadie debería sentirse excluido ni abandonado. Porque cada persona tiene su otra mitad y es cuestión de tiempo el encontrarla. Porque siempre habrá alguien que nos apoye de forma incondicional, que nos de cariño y amor….Y yo quiero ser esa persona para ti. Quiero dedicar todos los días de mi vida a demostrarte lo especial que eres, lo amado que mereces sentirte. Porque quiero que entiendas que me enamoré de ti por cómo eres y no importa lo mucho que tú te odies a ti mismo…. Mis sentimientos por ti no cambiarán tan fácilmente.-calidez… un beso cálido y tierno fue lo que siguieron a tan emotiva y sorprendente declaración. El llanto continuó, siendo cada vez más audibles los sollozos. Unos reconfortantes y cálidos brazos le envolvieron. Su rostro en el pecho ajeno, oyendo los latidos ajenos, las manos apretando la camisa ajena con fuerza, arrugándola en el proceso. El aliento del mayor en sus cabellos y sus manos acariciando suavemente su espalda.
Oyó levemente la puerta abrirse, pero no le prestó atención. La calidez que le envolvía era demasiado para él. Entendimiento. Por fin fue capaz de comprender… de asimilar todas las palabras dichas por el moreno anteriormente y su significado. Temblor en todo su cuerpo, emoción en cada fibra de su ser, felicidad y amor. Este último siendo el sentimiento más importante. El que le daba sentido a todo. Otro beso, esta vez dado por su parte lo cual sorprendió al mayor, pero quien respondió gustoso, demostró la veracidad de su conexión. Que el sentimiento era recíproco e irrompible. Que aceptaba que vivir no era tan malo a pesar de todas las emociones negativas y las situaciones que le harían sufrir. Que mirar la vida desde un punto más positivo… donde los sentimientos tales como la emoción, felicidad y amor abundaban… era lo correcto. Pues mejor era vivir junto a alguien que le hiciese sentir seguro y amado a estar rodeado de gente que solo le demostraba desdén y odio.
Comenzó a creer en las palabras del amante de los animales cuando los vio ahí. Sentir a su madre abrazándolo al tiempo en que lloraba y daba gracias a dios por verle despierto; a Gokudera llorar de felicidad, gritar y desmayarse, cayendo en los brazos de un lloroso Yamamoto que no dejaba de sonreír; a Ryohei gritar emocionado por su pronta recuperación; a Mukuro mirándole con una leve sonrisa y ojos llenos de cariño, abrazando a una llorosa Chrome que murmuraba aliviada y reiteradamente “gracias” como si fuese un mantra; a su padre llorando a mares y abrazándolo al igual que su madre, pidiendo perdón por no haber estado a su lado en todo ese tiempo; incluso a Reborn… el demonio que le había estado atormentando…. Ahora tapaba su rostro con su sombrero de fredora, pero aun así pudiendo ver como una solitaria lágrima recorría su mejilla izquierda….
Al observar a más personas como Dino, su abuelo Timoteo, su amigo Enma junto a su familia, a Kyoko, Haru y Hana, a Shoichi, Spanner, Byakuran, los arcobalenos e incluso a los Varia… hizo latir a su corazón fuerte y aceleradamente. Se disculpó entre sollozos, sintiendo en el alma lo que había hecho. Aceptando por fin que aquella no había sido la solución a sus problemas. Siendo correspondido por más lágrimas y sonrisas aliviadas. Volteó a ver a su querido Kyoya, el cual le sonrió con cariño y besó su frente con dulzura y amor.
Fue entonces que sonrió como hacía mucho que no lo había hecho. Sintiendo y viendo todas las señales que durante meses no había sido capaz de ver. Dándose cuenta que las situaciones en las cuales había conocido a todas aquellas personas no habían sido precisamente muy normales, pero…. Que a pesar de todo, habían decidido quedarse a su lado por voluntad propia.
Y, aunque tardaría un poco en volver a ser como era antes, no podía evitar agradecer de forma sincera el que todos y cada uno de ellos estuviesen ahí, a su lado, apoyándole y queriéndole de forma sincera.

…FIN…

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