Encuentros
Los
rayos del sol iluminaban la estancia. Un azabache abría los ojos
lentamente ante la luz en su rostro. Levantó su mirada aún medio
adormilado y posó su vista en el despertador de su cómoda.
Soltando
un largo suspiro se levantó de su cómoda y mullida cama y se
dirigió hacia el baño para tomar una ducha.
Media
hora después salió completamente alistado y se dirigió hacia el
comedor donde lo esperaba su madre, su hermano,su primo y padre,los
tres últimos ya sentados en la mesa. Con un leve asentimiento y un
'hola' se sentó y su madre le sirvió el desayuno.
-Bien...me
gustaría comentaros algo.-dijo el padre, Fugaku. Los menores
simplemente le miraron.
-Cariño...déjalo
para luego. Tranquilos no es nada malo.-comentó su madre con una
sonrisa.
Los
chicos asintieron y se dirigieron hacia su escuela.
-Aniki,
tu escuela está hacia el otro lado.-dijo el menor de los Uchiha,
Sasuke.
-Moo...Otouto
no seas tan malo. Solo quería desearos suerte y preguntaros si
sabíais lo que nos quieren decir.
-Ni
idea.-respondió este secamente.
-Dijeron
que no era nada malo así que no tendremos de qué
preocuparnos.-comentó el otro chico. Un moreno de cabello corto y
los ojos del mismo color de su cabellera y de piel pálida. Su nombre
Uchiha Sai, que es un año menor que Itachi y mayor que Sasuke.
Después cada uno se dirigió a su destino. El mayor se
encaminó hacia la universidad dónde estudia economía y dirección
de empresas para trabajar en las empresas Uchiha.
Los
otros dos estudian en la misma preparatoria por lo que se dirigieron
hacía la estación de tren.
Una
vez llegaron los dos se separaron a causa de la gran cantidad de
gente.
Sai
consiguió sentarse en el 3r vagón mientras que Sasuke se quedó en
el 5º justo al lado de la puerta.
En
un momento dado, el azabache vio algo que no le gustó. Justo en
frente suyo un hombre ,ya entrado en edad, estaba muy apegado a un
rubio al cual ,seguramente, lo confundió con una adolescente. Con un
poco de dificultad se acercó hasta ellos y ,aprovechando que la
próxima parada estaba cerca, cogió al rubio de la muñeca y cuando
las puertas se abrieron empujó al hombre fuera.
Poco
después las puertas se cerraron y los dos chicos quedaron muy juntos
ya que mucha más gente había entrado.
-E-etto...gracias.-dijo
en casi un susurro el rubio agachando la cabeza y sonrojándose de
sobremanera. El azabache al verlo se dio cuenta que seguía tomando
la muñeca del más bajo y le soltó.
-No
es nada.-respondió este mientras se le escapaba una sonrisa al ver
las reacciones del chico.
-Emm...estás
muy cerca.-volvió a decir este aún más sonrojado. Y eso era
cierto, el menor estaba con la espalda en la puerta y el ojinegro
estaba apegado a su cuerpo. La cabeza del rubio estaba apoyada en el
pecho del mayor y este apoyaba su barbilla en el cuello del rubio,
haciendo que su aliento chocara contra el oído de este.
-Lo
siento pero...no me puedo mover mucho que digamos. Hay demasiada
gente..-respondió este como si nada.
-So-sokka...-dijo
el rubio. Este solo deseaba que llegara ya a su estación y poder
salir de tan embarazosa situación.
-Oye...¿como
te llamas?.-le preguntó de repente el azabache, haciendo que al
rubio le recorriera un escalofrío ante el tono de voz del mayor.
-¿Po-por...qué
lo qui-quieres...saber?-dijo entrecortadamente el ojiazul.
-Bueno...por
nada en particular. Mi nombre es Sasuke y ¿el tuyo?- volvió a
preguntar el ojinegro mientras le soplaba en el oído al chico,
viendo el temblor que le recorría al chico ante ese gesto.
-Y-yo...yo...bu-bueno...-comenzó
a decir. Estaba realmente nervioso y las palabras no salían.
En
ese momento las puertas se abrieron y el menor aprovechó para salir
corriendo con un gran rubor en sus mejillas.
El
azabache solo se quedó quieto. Esa reacción le había parecido muy
linda por parte del rubio.
-Este
chico...es muy interesante.-dijo con una sonrisa para luego salir del
vagón y esperar al idiota de su primo.
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Sai
estaba en el segundo vagón dibujando en su cuaderno el paisaje que
veía por la ventana, cuando sintió un peso en su hombro derecho. Al
girarse para ver que era, observó una cabellera rojiza.
-Mmm...-entonces
solo sonrió. Se quedó quieto en su sitio y comenzó a dibujar en su
cuaderno a ese lindo chico que ahora dormía en su hombro.
Estuvo
así un rato hasta que se dio cuenta de que su parada estaba cerca y
entonces decidió, muy a su pesar, despertar al chico.
-Deberías
despertarte.-le dijo mientras le movía un poco pero nada, ese chico
no reaccionaba. Entonces se le cruzó una idea por la mente. Cogió
su cuaderno y lo colocó delante del rostro del pelirrojo para luego
ir acercándose a este hasta juntar sus labios. Fue un sutil y casto
roce pero fue lo suficiente para hacer que el otro abriera los ojos y
le empujara a causa dela sorpresa.
-¿Qu-qu-qué
demonios?-gritó este después de empujar a Sai.
-Es
por que no despertabas pero...-se levantó para quedar al lado del
chico , ya que este se había levantado de golpe por la impresión, y
se acercó lo suficiente para susurrare al oído.- Ahora que estás
despierto podemos repetirlo si quieres.
-¡Tu
pervertido!- gritó el pelirrojo para apartarle y luego salir del
vagón corriendo.
-Mmm...bueno,
ese chico era muy lindo. No me pienso rendir.- dijo sin quitar esa
sonrisa de su rostro.
Luego
salió del vagón y se fue en busca del bastardo de su primo, como él
suele llamarle.
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Itachi
se dirigía hacia su universidad cuando de repente se chocó con
alguien.
-I-itte...-se
quejó el chico desde el suelo.
-¿Estás
bien?-preguntó el moreno, que se quedó viendo al chico. Era un
chico con el cabello largo rubio, atado en una coleta y unos lindo
ojos azules. Le pareció muy lindo y no pudo evitar sonreír.
-Si,
gracias. Lo siento, no quería retrasarte.-dijo este con una sonrisa
aceptando la mano que el mayor le ofrecía y levantándose.
-No
pasa nada. ¿Y dónde te diriges?-preguntó el moreno encantado con
la sonrisa del chico.
-Ah...bueno,
me acabo de mudar con mis hermanos y pues iba hacia la universidad
aunque no sé muy bien donde queda.-dijo este ruborizándose un poco.
-Mmm...pues
vamos juntos si quieres.
-¿Enserio?-el
otro solo asintió.- Gracias. Por cierto soy Deidara, Namikaze
Deidara.-dijo con otra sonrisa mientras le daba la mano.
-Itachi,
Uchiha Itachi.-respondió este con el mismo gesto.
Así
se dirigieron hacía la universidad hablando un poco sobre cualquier
cosa para conocerse mejor.
El
rubio estaba contento de haber conocido a un chico tan amable y
simpático mientra que, el azabache estaba pensando en qué hacer
para enamorar a ese lindo rubio.
......Continuará......
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