El
mejor comienzo de año posible
Salir
de fiesta no es algo que particularmente le gustara, pero sus amigos
le insistieron en que sería bueno salir y despejar la cabeza de vez
en cuando. La universidad era cada vez más estresante y sinceramente
si que necesitaba un descanso. Los exámenes habían acabado y tenían
una semana libre así que no encontró excusa alguna para negarse.
De
esa forma se vio arrastrado al centro comercial en busca de un
atuendo para aquella misma noche. Ir de tienda en tienda probándose
ropa tampoco le agradaba pues él tenía unos gustos muy simples y,
cabe destacar, un presupuesto ajustado. Suspiró cansado y se sentó
en uno de los sillones esperando a que su amigo saliera del probador.
Llevaba como 20 cambios de ropa distintos y ninguno parecía
convencerle. El suyo tampoco había sido decidido y suspiró
derrotado y desanimado al observar la montaña de ropa que había
sobre el sillón a su lado. Eso significaba que estarían como mínimo
otras tres horas allí.
Salió
de sus pensamientos de autocompasión cuando su amigo abrió la
cortina y le preguntó por su opinión. Se sonrojó al ver lo
atrevida que era la elección, pero tuvo que admitir que le quedaba
estupendamente bien. Era casi como si aquella ropa hubiese sido
diseñada para su amigo.
La
camisa ceñida al cuerpo, los pantalones de cuero que acentuaban sus
torneadas piernas, las botas negras hasta las rodillas y las pulseras
en ambas muñecas... todo era un conjunto de negro y rojo que
acentuaban la piel pálida de su acompañante junto con su rojizo
cabello.
Sonrió
cuando notó el ceño fruncido de este al no obtener respuesta por su
parte.
-¿Qué
quieres que diga Gaara? Todo te queda impresionante pues tienes una
muy buena figura.-respondió con una sonrisa en el rostro.
-Mira
quien habla. Tienes un cuerpo de escándalo, pero te empeñas en
esconderlo usando sudaderas y pantalones anchos. Además de esas
horribles gafas que casi no dejan ver tu fino rostro. Y por no hablar
de ese espanto de cabello. ¿Cuanto hace que no vas a la
peluquería?-el pelirrojo se queja mirando a su amigo. Sabe que este
sería la envidia de todas las mujeres y donceles de la universidad,
pero nunca le ha gustado llamar la atención. En parte comprende que
quiera centrarse en sus estudios, pero a este paso nadie se fijará
románticamente en él y eso no puede permitirlo. No quiere que su
rubio amigo acabe la universidad sin haber salido por lo menos con un
varón.
El
contrario solo se encoge de hombros y él suspira. De verdad que esa
noche piensa lograr que el rubio se fije en alguien o se teñirá el
cabello de azul.
-No
creo que sea buena idea hacer una apuesta como esa.-comenta
divertido.
-¿Lo
dije en voz alta verdad?-pregunta y cuando este asiente suspira.-
Pues no pienso retirarlo. Pienso encontrar un varón lo
suficientemente asombroso como para que tu rubia cabeza empiece a
interesarse en el género contrario.-proclama mirándole con
seguridad.
El
rubio solo suelta una risita divertido pues no es la primera vez que
oye esas palabras salir de la boca de su pelirrojo amigo.
-Pues
buena suerte.-dice con voz burlona. Realmente no cree que el de ojos
aguamarina pueda encontrar un varón que le llame la atención. No es
porque no le interese el género masculino como cree él, sino porque
ya hay alguien que le interesa. Es un par de años mayor que su
persona, inteligente, increíblemente atractivo, con una personalidad
bastante interesante, pero.... si siempre hay un pero... tiene novia.
Por
lo que sabe su novia es la mejor del curso de medicina, mientras que
él es el mejor en derecho. Supo desde el principio que el mayor no
se fijaría en su persona, no solo por no ser lo suficientemente
atractivo, sino que carecía del estatus social adecuado y de la
inteligencia necesaria. Cierto que no le iba mal en su carrera,
educación infantil, pero no era el mejor. Además su aspecto, por
mucho que el pelirrojo dijera que era atractivo, él nunca creyó que
hubiese algo especial. Era rubio con ojos azules, algo no muy común
para los japoneses, pero su padre era americano así que no es nada
espectacular. Su estatura es la promedio para un doncel, metro
sesenta, de complexión delgada, por no decir flacucho, y piel
ligeramente morena. Además que en sus mejillas tiene unas cicatrices
de un accidente que tuvo de pequeño que no cree que le favorezcan
mucho, al igual que su visión, por ello lleva gafas. Como tampoco es
que tenga mucho dinero compró las más baratas que pudo y por ello
no es que sean las más modernas del mundo.
Sinceramente
nunca ha tenido mucha autoestima y por ello no siente ganas de
esforzarse en arreglarse. Ya lo intentó en la secundaria y se
metieron mucho con él. Las mujeres le miraban mal y los varones
parecían penetrarle con la mirada. Incluso hubo una vez que le
acorralaron contra los casilleros en mitad del pasillo y si no llega
a ser por uno de los profesores no sabe lo que le habrían hecho.
Desde entonces decidió que lo mejor era no llamar la atención y que
con lo que llevaba estaba bien para que no le molestaran.
Eso
le recordaba que a la única persona que le contó sobre ese
incidente fue a su amigo Gaara que solo le miró sorprendido para
luego llamarle idiota. Después no volvieron a tocar el tema, excepto
cuando este insistía en que quería buscarle pareja pues era un
desperdicio no tenerla.
Suspiró
al recordar tantas cosas y fue cuando se dio cuenta que su amigo
pelirrojo no se encontraba allí. Le buscó con la mirada solo para
verle hablar y coquetear con uno de los dependientes. Por lo general
su amigo era bastante serio y reservado, pero durante las fiestas se
olvidaba de los estudios y decidía divertirse un poco a su manera.
Que es la de calentar a todo varón que encuentre interesante. Aunque
nunca le ha visto ir más allá de coqueteos y miradas provocativas.
Para ser precisos la única pareja que ha tenido su amigo es la
actual: un moreno de piel pálida, estudiante de arte, llamado Senju
Sai. Tiene una personalidad algo extraña, pero se nota que adora al
pelirrojo y este parece estar igual de enamorado de él.
Eso
le hizo fruncir el ceño. ¿No que salía con Sai? Nunca le había
visto coquetear con otro varón desde que empezó a salir con el
moreno. Fue en ese momento en el cual le vio acercarse a él con una
sonrisa ladeada en el rostro.
-¿Te
peleaste con Sai?-fue lo primero que salió de sus labios nada más
tenerle lo suficientemente cerca para que le oyera.
-¿Porqué
lo dices?-pregunta sorprendido, pero con un deje de nerviosismo en la
voz.
-Porque
nunca coqueteas con nadie. No desde que empezaste a salir con él.
Por eso pensé que peleasteis, porque si fuese algo tan serio como
romper me lo habrías dicho de inmediato.-le expliqué mirándole
preocupado.
-Yo...
es solo que Sai tiende a coquetear con cualquiera, esté yo delante o
no. Por eso el otro día que quedamos para tener una cita, yo llegué
algo antes, pero él no aparecía. Me preocupé y le llamé, pero
tampoco respondía. Después de casi una hora de esperarle decidí
irme de allí. Fue entonces que le vi en una cafetería sentado con
un par de varones más y una chicas. Parecía que se lo estaba
pasando tan bien que no recordaba que habíamos quedado. Me enojé y
solo me acerqué para golpearle, llamarlo idiota e irme de allí. No
hemos hablado desde entonces.-dijo con la voz queda y mirada baja.
-Dios....
¿eso no significa que habéis...?
-Eso
creo... no ha intentado contactarme así que creo que la respuesta es
clara. Seguro que se enojó por interrumpirle ese día y no quiere ni
verme.-comentó con una débil sonrisa.
-¡Pero
había quedado contigo y no tenía derecho a darte plantón!-exclamó
enfadado el rubio.
-Nunca
dijimos que saliésemos exclusivamente. Simplemente empezamos a
quedar y solo asumí que salíamos. En realidad nunca dijo nada mas
que un “me gustas” y seguro que también había muchas otras que
le gustaban al mismo tiempo.
-La
verdad... yo también pensé que ibais en serio. Después de todo se
notaba lo mucho que el te gustaba y por las escenas de celos que vi
creí que él sentía lo mismo que tu...-murmuró apenado el ojiazul.
El pelirrojo le sonrió a su amigo pues notaba que en realidad si que
se preocupaba mucho por él.
-Sabes...
creo que no importa. Si no siente lo mismo no voy a perder más el
tiempo en alguien que solo juega conmigo. Así que pensé en salir
esta noche, celebrar el fin de año, el fin de mi noviazgo y quien
sabe... tal vez encontrar a alguien que quiera estar conmigo de forma
sincera y monógama.-dijo con una sonrisa en los labios. Esta fue
correspondida por su querido rubio que entendía mejor porqué la
insistencia de salir esa noche en particular.
-Sabes....
yo también pienso que es hora de pasar página.-murmuró mirándole
con un brillo de dulzura en los ojos.
-¿A
qué te refieres?-preguntó sin entender.
-Pues...
no te lo dije, pero desde que empezó el curso hay un varón que me
gusta, pero como este tiene novia desde el principio sabía que no
tenía oportunidad y que debía darme por vencido. El problema es que
no es tan fácil olvidar a alguien que crees que es la persona
indicada para ti. Aunque ahora, después de un año, creo que ya es
momento que lo intente de verdad.-explicó soltando una risita
derrotada. El pelirrojo le miró sorprendido, pero rápidamente su
expresión cambió a una de comprensión. Sabía que su amigo no
tenía mucha autoestima, pero estaba seguro que si lo hubiese
intentado habría logrado enamorar a ese varón, sin importar que
este ya tuviese a alguien.
-Entonces....
vamos a convertirte en un demonio de la seducción esta noche y ambos
vamos a arrasar en la fiesta. Para olvidar y dejar atrás a dos tipos
que no merecían la pena.-dijo con una sonrisa confiada y el rubio se
la devolvió.
Así
se pusieron en marcha y después de otras dos agotadoras horas
encontraron la ropa perfecta para lo que querían esa noche. Después
fueron a una peluquería donde le arreglaron el cabello al rubio, que
en realidad solo era cortar el flequillo para que pudieran verse sus
preciosos ojos zafiro. Luego fueron a hacerse la manicura, de un
color negro fue lo que decidieron, y así se marcharon al apartamento
del rubio. No sin antes comprarle un par de lentes de contacto al
rubio, pues tenía prohibido ir con esas gafas a la discoteca.
Este
vivía solo desde que perdió a sus padres durante la primaria. Tuvo
un tutor, pero decidió que prefería vivir solo a estar con él,
pues este ya tenía su propia familia. Eran solo las siete y media de
la tarde así que decidieron comer algo primero y luego empezar a
prepararse.
Ambos
se ducharon y vistieron (Ropa Aquí) para luego maquillarse con un
poco de base, pintarse los labios de un tono rosa suave por parte del
rubio y un tono algo rojizo por parte del pelirrojo y, para los ojos,
solo se rizaron las pestañas y las resaltaron con algo de eyeliner y
una sombra negra.
Después
de verse en el espejo y entre si sonrieron de forma maliciosa.
-Creo
que hoy vamos a matar a algunos con solo vernos.-comentó divertido
el pelirrojo.
-¿Tú
crees?-preguntó algo cohibido el rubio pues no estaba acostumbrado a
llevar ese tipo de ropa.
-Por
supuesto. Sobretodo cuando vean ese provocador tatuaje que tienes en
el estómago y que esa camiseta deja ver a la perfección.-respondió
mirándole pícaramente. El ojiazul se sonrojó aún más, pero
también sonrió contento. Su amigo estaba consiguiendo darle
seguridad en su aspecto y eso era algo nuevo para él.
Volvió
a mirarse en el espejo, concretamente su estómago donde se podía
apreciar una espiral con diferentes símbolos que abarcaban toda la
zona hasta perderse un poco debajo de los pantalones. Se lo hizo a
los 16, un día que después de discutir con su tutor y salir de
fiesta, bebió más de la cuenta y al parecer uno del grupo con quien
iba le retó a hacérselo. No hay que decir que se enojaron con él
cuando vieron lo que había hecho, pero le dio igual pues ya estaba
hecho y no se podía retroceder el tiempo. Aunque nunca volvió a
beber de aquella forma otra vez, pues a saber con qué despertaría
esa vez y no quería arriesgarse más de la cuenta.
Luego
giró a su amigo que también tenía un tatuaje en la parte izquierda
de la cadera y que sinceramente le quedaba increíble con la ropa que
llevaba puesta.
Volvieron
a sonreírse y cogiendo un bolso con las llaves, monedero y un par de
cosas más salieron en dirección a la fiesta. Decidieron ir en el
coche del pelirrojo, un Ford
Mustang V8 GT 2016 en color rojo, pues si querían destacar lo harían
en todos los sentidos. Escuchando “My
Songs Know What You Did In The Dark (Light Em Up)”
de Fall Out Boy
fue cuando llegaron a la entrada del lugar.
Los
demás alumnos, pues el lugar había sido reservado a los alumnos de
la universidad en exclusividad, les miraron sorprendidos a más no
poder. Primero no supieron quiénes eran, luego reconocieron al
pelirrojo y poco después al rubio pues siempre iban juntos. Los
varones les devoraban con la mirada, las mujeres les tenían envidia
al igual que muchos otros donceles, pero lo que predominaba era la
sorpresa. Nadie podía creer que los dos chicos de segundo, uno
estudiante de educación infantil y el otro de filología inglesa,
que siempre estaban más centrados en los estudios que en
relacionarse con los demás hubiesen asistido a la fiesta. Pero, por
sobretodo, nadie nunca imaginó que debajo de esas sudaderas y
pantalones anchos, el flequillo recortado un poco más lentes de
contacto, el rubio se convirtiera en el doncel más provocador del
mundo. Además que no pudieron evitar notar el tatuaje en ambos
estómagos que les hizo relamerse los labios a más de la mitad de
los varones.
Sin
mirar a ninguno ambos chicos se adentraron al lugar y una vez seguros
en la oscuridad, solo iluminada por focos y luces que iban y venían,
se permitieron sonreír divertidos ante la reacción de los de fuera.
Caminaron juntos hasta la barra, que se encontraba a la derecha del
lugar, pasando entre más estudiantes que les miraban de igual forma
a los de antes, y se sentaron.
El
barman no tardó en atenderlos con una sonrisa coqueta que el
pelirrojo devolvió. El varón no era del todo su tipo, pero había
visto a Sai mirar en su dirección desde que entró al lugar y tenía
ganas de darle una lección. El rubio pareció entender y solo soltó
una risita divertida a la vez que tomaba un poco de su bebida.
Siempre había preferido el ron al vodka, contrario a su amigo. De
esa forma no se equivocaban de copa nunca. Cuando el pelirrojo dejó
de coquetear con el varón, el cual era castaño de ojos miel, volvió
su atención a su amigo.
-¿Crees
que es temprano para bailar?-le preguntó al oído, para que pudiera
oírle por encima de la estridente música. El rubio hizo pose como
si lo pensara, morritos con dedo en los labios, cosa que atrajo la
mirada de muchos, y luego solo negó con la cabeza.
Ambos
sonrieron divertidos y después de acabarse sus bebidas se levantaron
y caminaron hasta la pista. Con todas las miradas sobre ellos
escucharon la canción que comenzaba y la reconocieron, sonriendo de
inmediato, pues era muy apropiada. “Beggin'
On Your Knees de Victoria Justice” al tiempo en que esta canción
sonaba ambos comenzaron a mover las caderas provocando a todo aquel
que les mirase. Hubo un moreno en particular que miraba la escena con
los ojos enrojecidos de celos, pues notaba como querían devorar a su
pelirrojo novio. Sabía que este estaba enojado con él, pero no tuvo
tiempo de explicarle la situación y para cuando se dio cuenta la
fiesta de la universidad ya había llegado. No pensó que este
asistiría y mucho menos que lo haría con semejante atuendo, pero
cuando le vio empezar a bailar al son de esa canción y mirarle por
momentos supo que lo tendría difícil para hacer que le escuchara, y
mucho más para que le perdonara.
-Me
da a mi que tu novio te odia.-comentó una voz a su lado y miró
cabreado al idiota de su primo.
-Solo
está enojado. Lo arreglaré. Además es culpa de los idiotas de tus
amigos que esté así.-dijo cabreado. El día que no pudo llegar a la
cita con Gaara fue porque los amigos de su primo lo arrastraron hasta
aquella cafetería solo porque les faltaba uno. Intentó rechazar a
las chicas de forma amable, pero después de casi una hora su
paciencia estaba por agotarse. Iba a irse cuando apareció su
pelirrojo molesto, le golpeó y le gritó para luego marcharse. Quiso
ir detrás suyo, pero los idiotas con los que estaba se lo impidieron
diciendo que para qué salía con un chico como aquel.
-¡No
jodas! ¿Ese es el chico que vimos la semana pasada?-preguntó
sorprendido un pelirrojo de ojos naranjas.
-¡No
me extraña que quisieras tirártelo!-gritó ahora un peliplateado de
ojos rosas, para luego echarse a reír. Les fulminó con la mirada
cabreado aún más.
-¡Ni
os acerquéis a él!-gritó furibundo y por un momento todos en la
mesa se asustaron, pues nunca habían visto al moreno así.
-Hey
tranquilo. Estos idiotas no harán nada para quitártelo.-dijo su
primo para tranquilizarle al tiempo en que miraba mal a su amigos. Ni
siquiera sabía porqué se juntaba con ellos, pues no compartía su
opinión de rollos de una noche.
-Bueno...
pero el rubio está bien bueno también. ¿Le conoces?-preguntó
ahora un pelinaranja con diversos piercings en la cara.
-¿Naruto?
Es el mejor amigo de Gaara.-respondió sin darle importancia.
-Lo
conozco. Es el nerd de educación infantil... bueno al menos eso
pensaban todos hasta hoy. Nunca pensé que con ropa ajustada y sin
gafas se vería así. ¿Eso en su estómago es un tatuaje?-dijo ahora
un castaño de ojos blancos.
-Se
lo hizo a los 16.-comentó el moreno sin quitarle la mirada de encima
al pelirrojo.
-Wow...
se ve realmente provocativo, ¿no crees Sasuke?-preguntó el
pelirrojo al azabache. El moreno viró su vista un momento a su primo
al no oír respuesta de este. Al ver sus ojos dilatados y aquella
sonrisa en sus labios algo hizo click en su cabeza.
-Espera...
¡Naruto era quien te gustaba!-gritó sorprendido. La sonrisa del
azabache aumentó al oír aquello.
-¿Dejaste
a Karin por ese chico?-preguntó sorprendido Hidan.
-¿Y
qué si así fue?-respondió como si nada el de ojos negros.
-Hombre...
puedo entenderlo ahora, pero... viendo como se veía antes... es raro
que te fijaras en él.-comentó el castaño.
-Hmp.
Supongo que yo no solo me fijo en el aspecto, no como idiotas como
vosotros.-respondió sonriendo de forma burlona.
-Pero
nunca has intentado acercarte a él.-dijo mirándole sospechosamente
el moreno.
-Cierto...pero
os daré la oportunidad de intentar ligar con él. Si os rechaza no
os volveréis a acercar a él ni al pelirrojo.-les desafió
mirándoles seriamente.
-Parece
que estás seguro que conseguirás ligártelo.-comentó el pelirrojo.
El azabache solo se encogió de hombros.
-Tenéis
veinte minutos... así quedarán 5 minutos para año nuevo. Tiempo
suficiente para demostraros que ese rubio me pertenece.-dijo y los
demás asintieron para luego acabarse sus bebidas y dirigirse a la
barra, donde ambos donceles se encontraban después de bailar un
rato.
Hidan
se marchó a ligar con algún varón mientras que Sasori se fue a
buscar a su novio. Los únicos varones a parte de Sasuke y Sai, eran
Neji y Pain quienes eran los que habían aceptado el desafío.
-Oye.
¿Porqué metiste a Gaara en esto también?-preguntó enojado.
-Está
claro que ahora mismo, él está enojado contigo, pero si realmente
sintió algo fuerte por ti, no será capaz de liarse con otro en tus
narices. No después de una semana al menos.-respondió mirando a sus
amigos sentarse al lado de cada doncel. Neji junto al pelirrojo y
Pain junto al rubio.
-¿Y
Naruto? ¿Desde cuando vas detrás suyo?-preguntó curioso. A
principios de año su primo dejó a su novia de la preparatoria y
solo dijo que había alguien en quien se había fijado, pero nunca
dijo quien era. Ni tampoco pareció que se acercara a esa persona con
intenciones de conquistarla.
-Desde
que inició el curso y lo sabes. Lo conocí en el parque cerca de la
universidad. A él se le habían roto las gafas y lo acompañé hasta
una óptica cercana. Para que no tropezara le rodeé de la cintura y
ahí me di cuenta de lo delgado que era a pesar de las ropas que
llevaba, al igual que vi los impresionantes zafiros que tiene por
ojos.-respondió con una sonrisa sincera en el rostro.
-Pero
no has intentado nada con él. ¿Porqué?-preguntó otra vez.
-Pues...
porque quise centrarme en acabar mis materias y ahora que solo me
queda la tesis tendré tiempo para enfocarme en él. Sabes como son
en nuestra familia. Nada de distracciones que puedan afectar nuestras
notas.-explicó suspirando.
-Ya
veo... por eso decidiste hacer tu movimiento durante la fiesta de
hoy. ¿Pero porqué tan seguro en que los rechazará?-cuestionó
comprendiendo a su primo. En la familia Uchiha eran muy estrictos y
no permitían que algo como las relaciones sentimentales nublasen su
juicio en cuanto a estudios y negocios se tratase.
-Hmp.
No he pasado un año como acosador suyo sin aprender varias cosas del
rubio. Además que me he encargado de deshacerme de todo aquel que le
viese con intenciones románticas.-respondió con una sonrisa
diabólica en los labios.
Una
gota le resbaló por la sien al ver la parte manipuladora y sádica
del moreno, pero sonrió divertido ante una parte de información.
-¿Celoso
tal vez? Creo que no soportabas que el rubio pudiera fijarse en
alguien que no fueses tu.-dijo divertido a más no poder.
-Ni
que tú fueses distinto con el pelirrojo. ¿O te recuerdo como
amenazaste a todo aquel que se le acercaba más de la
cuenta?-respondió a su vez el azabache.
Ambos
se sonrieron. Después de todo no cabía duda que eran familia. Sin
más voltearon en dirección a ambos donceles y notaron como estos
les observaban para después levantarse y dirigirse al escenario del
lugar.
*20
minutos antes*
Mientras
bailaban el pelirrojo notó que la vista de su rubio amigo estaba
dirigida al mismo lugar que la suya. Frunció el ceño confundido
pues sabía que al moreno no estaba mirando. Pasó su vista por los
demás de la mesa y se encontró con que un par de ojos negros como
la noche no perdían de vista ninguno de los movimientos de su amigo.
Sonrió divertido y cuando la canción terminó volvieron a su sitio
en la barra. Pidieron otro trago y cuando este se les fue entregado
decidió hacerle la pregunta al rubio.
-Naru...
¿quién te gusta es Sasuke?-le preguntó al oído. El rubio le miró
sorprendido, pero enseguida se sonrojo, cosa que hizo sonreír al
pelirrojo.
-¿Cómo
lo sabes?
-Pues
porque no dejabas de verle mientras bailabas.-respondió como si
nada. El ojiazul se sonrojó aún más y volteó el rostro para no
verle a la cara. Al ver la linda reacción del menor no pudo evitar
abrazarle.
-Por
cierto... ¿cómo es que te fijaste en él?-preguntó curioso. La
música era algo más tranquila ahora así que no tenía que gritar o
hablarle justo al oído para que le escuchase.
-Pues...
¿recuerdas que se me rompieron las gafas antiguas?-preguntó el
rubio y el contrario solo asintió.- Mmm... resulta que él me ayudó
a llegar hasta una óptica he incluso pagó por unas gafas
nuevas...-dijo sonrojado.
-Espera...
¿es quién compró esas gafas que tapan casi todo tu
rostro?-preguntó sorprendido y sospechosamente. El rubio asintió y
él meditó su siguiente pregunta.- ¿Cómo supiste que fue él? Se
que sin las gafas a penas y ves figuras borrosas.
-Bueno...
se fue antes de que me dieran las gafas así que es cierto que no
pude verle en ese momento, pero un par de días más tarde estaba en
la biblioteca intentado coger un libro para mi trabajo cuando alguien
lo cogió por mi y me lo entregó. Cuando giré a agradecerle me
dijo: “Sabía que eras tu por las gafas. Veo que ya tienes las
nuevas.”
-Entonces
fue que lo reconociste.-concluyó el de ojos aguamarina. El rubio
asintió tímidamente.-¿Sólo por eso te gustó?-cuestionó pues
intuía que había más.
-Mmm...
no. A partir de ahí nos encontramos todos los viernes en la
biblioteca. Por alguna razón siempre se ha sentado frente a mi en la
zona más apartada... supongo que porque se está tranquilo
ahí...-murmuró para si el rubio y su amigo le miró con una sonrisa
divertida.
-¿Algo
más?-preguntó pues había una hipótesis en su cabeza que quería
confirmar y por lo que decía el rubio parecía que iba muy bien
encaminado.
-Emm...
algunas veces me ha invitado a comer algo. Sabes que cuando me
concentro mucho tiendo a olvidar la hora así que hay veces en que me
dejaba una bolsa con un sandwich o ramen.... este último en muchas
más ocasiones... supongo que también le gustará.-explicó con una
sonrisa al recordar su comida preferida. La sonrisa del mayor aumentó
pues su idea se había confirmado.
-Nee....
¿dijiste que no tenías oportunidad porqué él tenía novia
verdad?-preguntó y el rubio solo asintió algo entristecido.- ¿Y si
te digo... qué dejó a su novia a principio del curso? Para ser
exactos el mismo día en que tú le conociste.-le dejó caer y los
ojos del contrario se abrieron en demasía.
-¿De-de
verdad? Pero yo creí que seguían juntos...-murmuró confundido.
-Pues
no es así. Me lo comentó Sai hace unos meses. Dijo que su primo
había dejado a su novia porque se había interesado en otra persona,
pero que no conseguía averiguar de quién se trataba, pues no
parecía que se estuviese acercando a esta.-explicó sin borrar su
sonrisa.
-Espera...
¿primo? ¿Sai y Sasuke son primos?-preguntó sorprendido y el
pelirrojo solo asintió divertido.
-¿Eso
es lo que te sorprende? ¡Sasuke dejó a su novia por ti!-casi gritó
emocionado.
-¿De
qué hablas? Seguro que solo es una coincidencia...-respondió no muy
seguro de sus palabras.
-Hola
lindos... ¿os invitamos a una copa?-preguntó alguien a sus
espaldas, interrumpiendo lo próximo que el pelirrojo iba a decir.
Ambos voltearon y reconocieron a los acompañantes de Sasuke y Sai.
Se miraron sin entender cuando estos se sentaron sin permiso cada uno
a su lado.
-Gracias,
pero creo que ya bebimos demasiado.-rechazó amablemente el rubio.
-Vamos...
en una noche como esta nunca es demasiado rubito.-comentó el
pelinaranja. El mencionado frunció el ceño. No le estaba gustando
como le hablaba, sobretodo porque ni siquiera le estaba mirando a la
cara sino que le desvestía descaradamente con la mirada.
-Bueno...
no nos va lo de emborracharnos hasta no saber ni lo que nos
rodea.-dijo fríamente el pelirrojo.
-Venga
solo una copa.-insistió el castaño. Ambos donceles se miraron
exasperados pues no parecían entender el claro rechazo.
-Pero...
realmente comprendo porqué Sai salía contigo... no puedo negar que
tiene muy buen gusto...-murmuró para sí el de ojos perla. Aquello
llamó la atención del de ojos aguamarina. Le miró fijamente hasta
que recordó que este varón se encontraba con Sai aquel día.
-Cierto...
no parecías gran cosa por eso no le dejamos seguirte aquel día,
pero si te hubieras visto así creo que hasta nosotros te hubiésemos
seguido.-comentó riéndose el pelinaranja.
-Esto...
¿qué quieres decir?-preguntó el rubio con una dulce sonrisa. Se
notaba que ese par ya habían tomado un par de copas de más así que
no sería difícil hacerles hablar.
-Mira...
nos faltaba uno ese día e hicimos que nos acompañara. No dejó de
decir que tenía una cita y tenía que irse, pero estábamos seguros
que nuestras chicas eran mejores. Por eso cuando tu amigo le gritó
por dejarle plantado le detuvimos de seguirle porque estábamos en lo
cierto. Ellas eran mucho más lindas... bueno eso pensamos hasta
verle hoy otra vez.-explicó divertido el grandullón.
-Si...
e incluso a pesar que ya no salen nos gritó que no nos acercáramos
cuando dijimos lo sexy que se ve así vestido.-dijo ahora el castaño.
-¿Os
ha gritado para que no os acercarais? Pero estáis aquí ahora
¿no?-preguntó disimulando su enojo. “Así
que la razón de que Sai no viniera ese día y todo lo que pasó fue
culpa de este par de idiotas”
pensó para si el de ojos aguamarina.
-Si
bueno... también dijimos que el rubio estaba buenísimo y entonces
Sasuke nos retó a intentar ligar con vosotros. Dijo que si no
conseguíamos un sí de vuestra parte en veinte minutos prometiéramos
no volver ha acercarnos a vosotros.-explicó el de piercings.
Disimuladamente
el rubio miró su reloj de pulsera y sonrió pues habían pasado 15
minutos desde que ese par se habían acercado a hablar con ellos.
Pero había algo que le daba curiosidad.
-Emm...
¿Sasuke os retó? ¿Porqué?-preguntó inocentemente. El pelirrojo
le miró divertido pues sabía la respuesta, era justamente de lo que
estaban hablando antes que esos dos les interrumpieran.
-Al
parecer se interesó en ti y cree que podrá ligar contigo sin
problemas a pesar que antes no hizo nada por acercarse.-dijo
divertido el pelilargo mientras seguía bebiendo a la vez que rodeaba
con un brazo la cintura del rubio. El castaño hizo lo mismo con el
pelirrojo y los donceles fruncieron el ceño ante ese acto.
Definitivamente esos dos varones ya estaban borrachos y no pensaban
en sus actos pues en ningún momento les dijeron que podían
tocarles.
Pero
sin poder evitarlo el rubio sonrió ante esas palabras pues era justo
lo que su amigo le estaba diciendo hace unos minutos. Sin poder
evitarlo ambos giraron a ver a ambos morenos y sonrieron cuando
notaron que también se encontraban mirando en su dirección.
Sin
decir nada se levantaron y caminaron hasta el escenario. Quedaba poco
para que llegara el nuevo año y primero tenían que darle una
respuesta a esos dos pesados. Subieron al escenario y pidieron un par
de micros. Le susurraron algo al dj y este asintió a la vez que
sonreía divertido.
Sin
esperar la música comenzó a sonar dejándose escuchar : “Take a
Hint” by Victoria Justice & Elizabeth Gillies. Moviéndose por
el escenario comenzaron a cantar en perfecta entonación y con una
sincronización envidiable sus caderas se movían. Sonriendo
divertidos se movieron por el escenario provocando a todos los
espectadores, irónico pues la letra de la canción habla sobre el
rechazo.
Durante
unos minutos se divirtieron cantando y bailando, viendo desde su
lugar como los varones que coqueteaban con ellos se habían ido
furibundos junto a sus dos amigos, les decían algo y después se
marchaban en dirección a la salida. Aumentando su sonrisa fue ese el
momento en el cual la música acabó y haciendo una reverencia
bajaron del escenario, siendo aplaudidos por el público. Miraron el
reloj y se percataron que quedaban dos minutos para el fin de aquel
año y el comienzo del siguiente. La música paró para así poder
hacer la cuenta atrás y ellos se apresuraron a caminar entre la
multitud dirigiéndose a un lugar en concreto. Había algo que tenían
que hacer antes de que finalizara el año pues no se sentirían a
gusto si no lo conseguían.
Después
de escuchar cantar a ambos donceles sonrieron divertidos pues sus
amigos caminaron hacia ellos completamente furiosos por el cruel
rechazo que estaban recibiendo.
-¡Podéis
quedároslos! ¡No nos interesan!-gritaron ambos para luego marcharse
de allí.
No
pudieron evitar soltar una carcajada pues la situación era
completamente hilarante, al menos a su parecer. Volvieron la vista al
escenario solo para quedarse hipnotizados por los movimientos
sensuales de ambos donceles. Para cuando salieron de su ensoñación
el D.J. se encontraba haciendo el anuncio para así empezar la cuenta
atrás que finalizaría el año y empezaría el siguiente. Buscaron
con la mirada a rubio y pelirrojo, pero no los encontraron. Algo
decepcionados suspiraron para así comenzar a contar.
...10...
...9...
...8...
...7...
...6...
...5...
...4...
...3...
...2...
...1...
...un
toque en ambos hombros que les hace voltear...
...¡¡Feliz
Año!!...
el
grito de la multitud a lo lejos pues ellos solo pueden notar como un
par de labios ajenos han capturado los suyos.
Con
los ojos abiertos a más no poder sintieron como los contrarios se
separaron y observaron con asombro a las dos personas que hace unos
minutos buscaban entre la gente.
-Feliz
año Sai...-le susurró al oído el pelirrojo al moreno el cual
sonrió feliz y rió sin saber muy bien porqué.
-¿No
me odias?-preguntó aliviado y mirándole con amor. El de ojos
aguamarina negó con la cabeza sonriéndole con dulzura.
-No...
debería de haber escuchado lo que quisiste decirme y no solo irme de
aquella forma.-dijo sentándose en el regazo del mayor.
-Gaara...
lo siento... tenía que haberte llamado de inmediato para explicarte,
pero justo empezaron los exámenes y....
-Da
igual.-le interrumpió.- Lo entiendo y sé que fue cosa de esos dos
idiotas que no pudieras ir.-dijo frunciendo el ceño molesto al
recordar lo que le habían explicado aquellos dos.
-Hmp.
Te ves muy lindo cuando te enojas.-murmuró el mayor besando la
mejilla ajena, logrando que este se sonrojara de sobremanera.
-Idiota...
a mi... me encantan tus celos...-comentó divertido. Después de unos
breves segundos de silencio en los cuales la cabeza del pelirrojo se
escondió en el pecho ajeno, el menor volvió a hablar.- Sai...
¿estamos saliendo verdad?-preguntó contra su pecho de forma
insegura. Necesitaba estar seguro de que tenían una relación formal
y no solo algo casual donde podían haber terceros.
-Por
supuesto que si. Te amo Gaara... y no pienso dejar que nadie más te
tenga o intente apartarte de mi lado.-dijo de forma posesiva, pero
cariñosa a la vez. El pelirrojo sonrió contento y volvió a besar
los labios ajenos de forma casta y dulce.
Por
otra parte tanto rubio como azabache se quedaron observando al otro a
los ojos, sin decir palabra alguna.
-Feliz
año Sasuke.-susurró avergonzado pues no creía que hubiese sido
capaz de besar al mayor de aquella forma. Su mente estaba entrando en
colapso nervioso pues no dejaba de imaginar escenarios donde el mayor
se enojaba por su acción y le decía cosas crueles para rechazarle.
-Feliz
año mi dulce y lindo rubio.-susurró el de ojos negro abrazando por
la cintura al contrario, logrando que este se acercara a él y
acabase entre sus piernas, mientras que sus manos se colocaban en sus
hombros. Levantó la cabeza para ver los preciosos zafiros del rubio
y ese lindo y adorable sonrojo que abarcaba sus mejillas.
-¿Tuyo?-preguntó
tímida pero esperanzadoramente, mirándole con ilusión.
-Completamente
mío.-respondió para luego besar los rosados labios del menor. Este
sonrió entre el beso pues no necesitaba una declaración
despampanante. No... aquella muestra de posesividad y cariño eran
más que suficientes para él.
Ambos
donceles se miraron un momento y sonrieron contentos pues esa sería
la mejor forma de comenzar el año que nunca tendrían. “¿Qué
mejor que saber que la persona que amas te corresponde?”
fue lo que los cuatro pensaron, a la vez que ambos varones volvían a
besar a sus lindos donceles.
Y
mientras todo el mundo gritaba y felicitaba a otros por el nuevo año
ellos seguían en su pequeño mundo... besándose y abrazándose.
“Definitivamente...
el mejor comienzo de año posible”
pensaron ambos menores al tiempo en que sus mentes quedaban en blanco
para así solo sentir.... todo el amor, cariño y dulzura que esas
dos personas especiales para ellos les transmitían en un gesto tan
simple, pero íntimo, como lo era un abrazo o un beso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario