Capitulo
3.
La tarde había pasado muy tranquila. Los menores
estuvieron hablando la mayoría del tiempo y cuando por fin la
campana sonó, todos se dispusieron a irse a sus casas.
Las clases ya habían terminado y los chicos estaban en
su salón recogiendo sus cosas.
-Bueno...que te vaya bien con el trabajo Naruto.- le
dijo Kiba.
-Gracias. Nos vemos mañana Kiba.-se despidió de su
amigo que ya salía por la puerta.
-Bien...yo me voy ya al gimnasio que no quiero hacer
esperar a Gai-sensei.- gritó Lee, el cual ya había desaparecido por
la puerta dejando solo un rastro de humo.
-Eso fue rápido.-comentó el rubio mientras le caía
una gotita por la sien.
-Si...-dijo el otro mientras suspiraba.- Bueno yo
también me voy. Hasta mañana Naruto.-dijo el pelirrojo para salir
del salón y dirigirse a la azotea.
-Nos vemos y anímate ¿si?.-respondió el otro con una
sonrisa mientras el otro solo le miraba y volvía a suspirar para
luego irse.
El rubio después de que todos se fueran suspiró y sin
más se dirigió a la dichosa biblioteca para terminar el dichoso
trabajo que les mandó su dichoso profesor. Si, al rubio no le
gustaba nada esa materia y además todos sus amigos ya lo habían
terminado y para colmo se le acababa el tiempo. Suspiró por 5ª vez
y se apresuró en llegar.
En otra aula, los mayores también estaban recogiendo,
al contrario que los peques sus clases habían sido muy aburridas
pero finalmente la campana sonó liberándolos, y se disponían a
salir.
-Bueno....buena suerte chicos.-dijo Sai con una sonrisa
maliciosa.
-Claro.-dijo sin más el castaño y salió del aula.
-Qué soso eres Neji.-respondió para luego irse a la
azotea a hablar con el pelirrojo.
-Yo también me voy.-comentó Shino.
-Adiós.-dijo el azabache para luego salir también. De
camino vio al rubio suspirando y sin poder evitarlo sonrió de lado.
Ya sabía a donde se dirigía así que sin más se encaminó hacia el
mismo sitio, viendo de paso el como Sai se dirigía a la azotea.
Realmente no sabía que tenía planeado el moreno pero de seguro
sería algo de lo que se acabaría enterando. Con una sonrisa se
dirigió a la biblioteca para encontrarse con el lindo rubio.
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Gaara estaba en la azotea y suspiró por cuarta vez en
tan solo cinco minutos.
-¿Por qué tuve que portarme así delante de Sai?- dijo
mientras suspiraba otra vez. El maldito de Kiba se las pagaría ya
que al darse cuenta de que su moreno estaba allí se contuvo al
golpearle pero...ya nadie le salvará como su sempai no le hable
jamás.
Con la idea de que ya no tendría oportunidad con el
moreno se dispuso a regar las plantas de su rubio amigo.
Gaara ya estaba regando las flores del rubio cuando
alguien abrió la puerta. El pelirrojo se giró para ver quien era y
se sorprendió de ver al moreno observándole.
-Hola Gaa-chan.-saludó este mientras se acercaba al
menor.
-Hola.-respondió este un poco atónito.”¿Gaa-chan?”
pensó.-¿Qué quieres?-preguntó una vez salió de su asombro y se
giró para que el mayor no viera el ligero sonrojo de sus mejillas.
-Qué frío.-dijo riendo un poco.- Solo quería hablar
contigo ya que antes no tuve la oportunidad.-dijo mientras sonreía.
-Ya veo.-para relajarse un poco dejó la regadera y se
sentó en una banca que había cerca. El mayor lo entendió y se
sentó a su lado.
-Bueno...primero quiero presentarme. Soy Uchiha Sai y
estoy en 2º curso.-dijo sin dejar que su sonrisa falsa abandonara su
rostro.
“Como si no supiera quién es” pensó.-Sabaku no
Gaara, 1º.-respondió el otro secamente.
-Bien...Naru-chan nos dijo antes que eres muy bueno con
la jardinería.-comentó para ir sacando un tema.
-Si, supongo.-dijo sin más.”Es un poco difícil
hablar con este idiota” se dijo a si mismo. El otro no se desanimó
ante la frialdad del pelirrojo sino que le gustó bastante.
-Mmm...¿puedo preguntarte algo?-dijo de repente. El
otro le miró y asintió, el mayor no pudo evitar sonreír de una
manera en la que al pelirrojo le recorrió un escalofrío.- ¿A
Naru-chan...le gusta alguien?-preguntó de repente. Al menor se le
heló la sangre.
“¿A caso le gusta Naruto?”- Si le gusta alguien
pero...¿por qué lo quieres saber?- dijo un poco nervioso. Si
realmente le gustaba su rubio amigo...no sabría qué hacer ni como
reaccionar.
-Mmm...sokka.-dijo sin más.” Qué lindo” pensó el
mayor.- Es solo que...antes pensé que se veía muy nervioso así
que...pensé que era por que le gustaba alguien de nosotros.
-Bueno...no sé.-dijo girando la cabeza para no mirarle.
El moreno sonrió y le abrazó.
-Que lindo.-dijo mientras el otro se quedaba en shock.-
Tranquilo, no me gusta Naru-chan era solo por cerciorarme de que el
que le gusta es el idiota de mi primo.- acabó de decir mientras le
soltaba.
-¿Q-qué...quieres decir?-preguntó el otro todavía un
poco confundido.
-Jejeje solo pensé que a Naru-chan le gustaba Sasuke y
era por asegurarme además...te veías muy lindo estando celoso.-el
pelirrojo al oír esas palabras se levantó de golpe y le gritó.
-Y-yo...no estaba celoso idiota.-dijo mientras se
sonrojaba.
-Bueno...¿entonces a que viene ese sonrojo?¿Y por qué
querías saber si me gustaba Naru-chan? Además...¿fuiste tú el que
me dio esos dibujos verdad?- dijo el moreno mientras abrazaba al
pelirrojo por la cintura con una mano y con la otra le cogía del
mentón para que le mirara.
-Yo...no,eso es...a mí...-al menor le costaba decir
algo coherente. Era la primera vez en su vida en la que estaba tan
nervioso y el mayor no ayudaba al estar tan cerca de él. Por dios
eso no iba con su personalidad pero es que el moreno tenía algo que
le dejaba la mente en blanco. Por su parte el moreno no pudo evitar
sonreír y en un momento, eliminó la distancia que había entre los
dos, juntando sus labios con los del ojos aguamarina.
El pelirrojo se sorprendió y no supo que hacer. Su
sempai le estaba besando, el chico que le gustaba el cual creía que
no sentiría nada por él, la persona más distraída en cuestiones
de sentimientos y, bueno muchas cosas más. Al pobre solo le daba
vueltas la cabeza, no entendía para nada el comportamiento del
mayor. Después de un rato se separaron sin dejar de mirarse. El
moreno entendió la confusión del chico y se dispuso a aclararle las
cosas.
-¿Que pensarías si...te dijera que te conozco de
antes?-le susurró al oído aprovechando que le había abrazado. El
otro se separó un poco para verle directamente a los ojos y
preguntarle:
-¿Qu-qué...?
-Pues que ya sabía de tu existencia.- dijo mientras le
acariciaba la mejilla al otro.- ¿Qué pensarías...si supieras que
yo ya sabía que fuiste tú el que me daba esos dibujos? ¿Si
supieras que desde hace mucho tiempo...te observaba por que me
llamaste la atención?¿Cómo reaccionarías?
-Yo...-el pelirrojo estaba atónito. ¿Realmente le
había dicho eso? No tenía la menor idea de qué decir. Simplemente
se quedó callado mientras observaba al moreno.
-Tranquilo...no hace falta que digas nada ahora. Nos
vemos mañana Gaa-chan.-con una sonrisa se fue de la azotea dejando
al pelirrojo sin habla.
Un rato después el pelirrojo consiguió volver en sí.
-¿Qué demonios ha pasado?-gritó mientras se
ruborizaba por completo.
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El castaño estaba de camino a la tienda de animales
mientras pensaba en sus cosas.
-De seguro Gaara me querrá matar mañana.-dijo mientras
suspiraba.- Bueno...intentaré pasarlo bien lo que me queda de
vida.-dijo con un poco de gracia. Estaba seguro de que su pelirrojo
amigo estaba muy molesto con él pero al menos, lo más probable, es
que no lo mate si no que lo torturará cruelmente. Menos mal que su
moreno sempai estaba allí que de seguro no lo cuenta.
Ya había llegado a su destino y estaba observando unos
collares para su perro, aunque estos costaban bastante a su pesar.
Estaba tan ensimismado que no se dio cuenta de que alguien estaba a
su lado observándole.
-Es bonito.-dijo de repente esa persona sobresaltando al
menor de los dos.
-¿Q-qu-que...demonios?-preguntó el castaño. Ahí
enfrente suyo estaba...-¿Aburame Shino-sempai?- esta vez el chico lo
dijo gritando.
-No deberías gritar en un sitio público como
este.-dijo con un poco de gracia al ver la reacción del pequeño.
-Go-gomen nasai.- respondió este sonrojándose y
agachando la cabeza.
-No es nada.-dijo para volver a fijar su vista en el
collar que observaba anteriormente el castaño.- ¿Lo quieres?-
preguntó sorprendiendo al chico.
-¿Eh? Bu-bueno...sí está muy chulo pero...no puedo
comprarlo.- dijo ladeando la cabeza e intentando no mirar al mayor.
-Ya veo...¿podrías esperarme fuera? Me gustaría
hablar contigo.-dijo sin más. El menor simplemente asintió y salió
de la tienda mientras intentaba que no le diese una taquicardia.
Al poco rato el mayor salió con una bolsa en la mano
por la cual el castaño sintió curiosidad.
-¿Y eso que es Shino-sempai?- preguntó mientras la
miraba fijamente.
-Es por entretenerte. Toma.-le dijo mientras le daba la
bolsa. El castaño solo la cogió y miró el contenido de esta.
-Pe-pero...no hacía falta qué...
-No te preocupes. Vamos a algún sitio ha hablar.- dijo
mientras le cogía de la mano y se lo llevaba a un parque para tener
más privacidad. El castaño se sonrojó ante el acto del mayor y no
dijo nada en todo el camino.
Una vez llegaron se sentaron en una banca que había
apartada de los niños que jugaban. El castaño estaba que le ardía
la cara de lo roja que estaba y sentía que su corazón latía a mil.
-¿D-de qué...querías hablar sempai?-preguntó muy
nervioso por la situación en la que estaba.
-Bueno...últimamente me he estado preguntando...¿quién
es la persona que me ha estado dejando esas historias en la mesa? Y
como tenía curiosidad...hice algo que me ayudó a averiguarlo.- dijo
como si nada mientras no despegaba la vista del castaño.
-¿His-hitorias? ¿Qué tipo de historias?- preguntó el
otro mirando al suelo. “¿A qué se refiere?¿Es que ya sabe que
fui yo?” pensaba muy nervioso.
-Pues...es una historia sobre un chico que se enamora de
alguien mayor que él. Siempre observándole de lejos hasta que un
día no puede más y decide confesarse a él mediante una carta. El
mayor se desespera por descubrir el remitente y cuando por fin lo
averigua el chico lo niega. El mayor que no es tonto no se da por
vencido y poco a poco se va acercando al otro, tanto que se acaba
enamorando sin darse cuenta.- explica como si nada sin dejar de mirar
al menor.
-¿Y-y....qué pasa al final?- pregunta incluso más
nervioso que antes.
-No lo sé. ¿Por qué no me lo dices tú?
-Y-yo-yo....¿por qué yo?- dijo sobresaltado el castaño
mientras ladeaba la cabeza y dirigía su mirada a los niños que
jugaban.
-Mmm...era por saber tu opinión. ¿Como crees que
acabará esta historia?
-N-no...no lo sé. Si no tiene final supongo...que es
por que no sabrá que pasará en un futuro. Puede que el mayor se
haya dado cuenta tarde de sus sentimientos o que al contrario acaben
juntos y felices.
-Mmm...suena interesante. ¿Crees que al menor ya no le
guste?
-Quizás. O simplemente se avergüenza de que la persona
que quiere se esté dando cuenta de todo y...puede que tenga miedo a
que se esté burlando.-dijo cada vez más cohibido. No sabía si con
todo eso se estaba delatando a sí mismo.
-Ya veo...pues espero que el pequeño tenga valor de
declararse en persona y así, quizás, recibir la respuesta que tanto
ansía.-contesta el mayor para luego levantarse, darle un beso en la
mejilla al castaño y susurrarle:- Gracias por hablar conmigo. Hasta
mañana Inuzuka Kiba.-dijo para luego irse siendo seguido por la
mirada estupefacta del castaño.
El mayor ya hacía rato que se había marchado cuando
por fin el menor reaccionó, a causa de un golpe por parte de una
pelota de los niños del parque.
-Lo siento mucho.-dijo uno de ellos.
-No pasa nada.-dijo el castaño una vez en sus cabales
mientras les devolvía la pelota.
-Gracias.-dijeron todos a coro.
El castaño solo sonrió, se levantó y se despidió de
los niños. De camino a su casa no dejaba de pensar en lo sucedido
con su sempai. Después de un buen rato de confusión y
especulaciones se dio por vencido y suspirando se dijo a si mismo que
al día siguiente lo hablaría con los demás para saber sus
opiniones.
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-Vale...creo que lo
mejor será que me vaya a casa.-decía un pelirrojo.- Sigo sin
entender a Sai.¿Qué demonios quiso decir con eso?Agghh....no ganaré
nada comiéndome la cabeza.-dijo mientras suspiraba.- Mañana lo
hablaré con los chicos haber que me dicen.-Y suspirando otra vez
cogió sus cosas y salió de la azotea para dirigirse hacia su casa.
Ya estaba en la
entrada cuando alguien chocó con él por detrás, cayendo al suelo
por el impacto.
-¿Naruto?¿Qué
pasó?-dijo al ver a su amigo en el suelo para luego ayudarle a que
se parara.
-Gaara...yo, no
sé....bueno,verás...estaba en la biblioteca y luego él...pero
entonces...y no lo entiendo.-el rubio no sabía como explicarlo,
estaba tan nervioso que no decía las cosas coherentemente.
-Naruto
tranquilízate ¿si? Vamos a la cafetería de siempre y allí me lo
explicas.-el otro solo asintió.- Llamaré a los demás ¿vale?-dijo
mientras cogía las cosas del rubio del suelo y el móvil para avisar
a los demás.
-Si...eso me ayudará
a aclararme.-dijo mientras suspiraba para intentar tranquilizarse.
Sin más se
encaminaron a una cafetería que había cerca de la escuela mientras
desde una de las ventanas de la escuela, un azabache les observaba
con una sonrisa en su rostro.
-Esa reacción fue
muy linda.-dijo el chico mientras se alejaba de la ventana, cogía
sus cosas y se iba hacía su casa. Para ser sincero tenía un poco de
curiosidad por saber cómo le había ido a su copia barata.
......Continuará......
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