Decisión
de Navidad
Hace un tiempo bastante frío hoy. La
verdad es que no me extraña puesto que ya estamos en invierno, más
concretamente, será Navidad en una semana. Yo amo esta festividad
puesto que es el momento perfecto para pasar tiempo con la familia y
las personas a las que más quieres.
Ahora estoy de camino hacia mi casa,
pero primero debo ir a comprar algunas cosas que me pidió mi madre,
por lo que suspiro y me despido de mis amigos. Camino por las calles,
observando los distintos escaparates y las decoraciones típicas para
esta época. No me sorprende ver a muchas familias y parejas,
caminando por todo el lugar y llevando bolsas con regalos o comida
para la cena. Sonrío contento al observar como un niño de no más
de 4 años corre hacia, lo que supongo, es su madre mientras le
pregunta feliz sobre la cena y cuando llegará su padre.
Sin dejar de observar aquella tierna
escena llego hasta una pequeña pero acogedora cafetería. Mi sonrisa
aumenta y entro al pequeño lugar. Al instante de hacerlo un ambiente
cálido me envuelve y sin prisa me dirijo hacia una de las mesas del
fondo. Al llegar dejo las bolsas con la compra en el suelo y me
quito el abrigo, dejando escapar un suspiro de mis labios. Finalmente
me siento en el lugar de la esquina y observo la calle a través de
la gran vidriera, todo sin dejar de sonreír.
-Vaya... pero mira a quién tenemos
aquí...-susurró una voz por demás conocida por mí. Aquello hizo
que la sonrisa se borrara de mi rostro.
-¿Qué es lo que quieres?-pregunté
con desgano.
-Hmp.... ¿ni siquiera te dignarás a
verme?-me preguntó con aquella estúpida voz prepotente suya. Yo
fruncí el ceño ante aquello. La verdad es que no me hace falta
voltear puesto que al tener la ventana delante puedo observar su
reflejo. Su piel pálida que hacen juego con aquellos cabellos negro
azabache, junto con aquellos enigmáticos ojos negros y la sonrisa de
lado que tanto le caracteriza.
-¿Qué es lo que quieres,
Uchiha?-volví a preguntar mientras volteaba a verle y suspiraba. En
aquel momento pude observar como su sonrisa de ampliaba.
-Nada. Solo vine a saludar.-comentó
como si nada para, sin siquiera preguntar, sentarse en la silla
enfrente de la mía. Le miro con una ceja alzada por el acto y el
solo se ríe mientras apoya su cabeza sobre su mano.
-Verás.... ¿sigues sin aceptar mi
propuesta?-me pregunta tan tranquilo. Ante aquella pregunta yo me
sonrojo levemente por ello pero no dejo que se de cuenta.
-Pensé que ya te lo había dejado en
claro. No pienso aceptar.-digo molesto por recordar su “propuesta”.
-Hmp... así que sigues en tus trece...
yo pensé que después de estos meses por fin habrías
recapacitado.-me dijo con su habitual forma prepotente de hablar.
-Ya te lo dije Uchiha. No quiero nada
contigo.-dije lo más claro que pude para seguidamente levantarme
pero, con mi mala suerte, choqué con uno de los camareros el cual
derramó una de las bebidas sobre mi.
-Lo siento mucho.-se disculpa pero yo
solo niego con la cabeza.
-No es nada, no se preocupe.-digo yo
tranquilamente. A continuación camino en dirección al baño del
establecimiento para intentar que no deje mancha.
Una vez llego al baño me quito la
camisa que llevaba puesta y la mojo con algo de agua en la pica.
Suspiro al ver que será imposible quitar esa mancha por lo que
escurro la prenda, intentando quitar todo el agua posible.
Seguidamente procedo a intentar secarla con el secador de manos que
hay ahí.
Estoy en ello cuando de repente oigo el
sonido de la puerta abrirse y por ella veo entrar al molesto
azabache.
Voy a preguntarle qué hace aquí
cuando, sin saber cómo ni cuando, siento sus labios sobre los míos.
A causa de la sorpresa no logro hacer nada y de un momento a otro, ya
me tiene acorralado contra la encimera mientras me besa con pasión.
Las leves caricias de sus manos sobre mi cintura me hacen estremecer
y, aprovechando un leve gemido de mi parte, siento su lengua entrar
en mi cavidad y recorrerla a conciencia.
Oigo el sonido de nuestras salivas y
siento la temperatura de mi cuerpo aumentar considerablemente. Sé
que esto no debería de estar pasando, no después de lo que le dije
hace apenas unos minutos pero.... hay algo dentro de mi que no me
deja empujarlo. Quiero alejarlo pero al mismo tiempo no quiero
hacerlo.
Tan metido estoy en mis pensamientos
que no me doy cuenta de que sus manos han ido bajando hasta que
siento como aprieta mis nalgas. Esa acción me saca un gran gemido,
ahogado entre nuestro beso, que me hace reaccionar. Con todas las
fuerzas que logro reunir le empujo y alejo de mi cuerpo mientras me
cubro la boca y siento mis mejillas arder.
-¿¡Se puede saber qué te pasa?!-le
grito enojado por aquel repentino acto.
-Hmp. Nada, solo tuve ganas de
besarte.-responde como si nada mientras se lame lascivamente los
labios y sonríe de lado, como es su costumbre.
-¿Y quién demonios te dio permiso
para hacerlo?-vuelvo a cuestionar con la rabia a flor de piel.
-No vi que te quejaras hace unos
instantes.-comenta con sorna y eso me hace enfadar aún más.
-No te me vuelvas a acercar.-le digo
mientras cojo mi camisa mojada y me dirijo hacia la puerta. Él solo
sonríe y me detiene agarrándome del brazo.
-No deberías de salir así.-comenta
como si no fuese la gran cosa.
-¿A ti qué te importa?-le grito aún
más enojado si cabe.
-Pues más de lo que crees.-me susurra
al oído para después lamerme el lóbulo. Tiemblo de pies a cabeza y
mis piernas hacen el amago de fallar. ¿Qué demonios me pasa con
este estúpido y arrogante tipo?
Él solo sonríe al ver mi reacción y
me acaricia con ¿cariño?... no sé... pero esa dulce sensación me
hace estremecer otra vez, juntamente con la profunda mirada de sus
negros ojos que no se separan de mis zafiros.
Mis piernas al final fallan y termino
sentado en el suelo pero, en ningún momento nuestras mirada se
separan la una de la otra. Él vuelve a sonreír y para cuando me doy
cuenta tengo una camisa alrededor de mis hombros y estoy solo en
aquella habitación.
Miro confundido hacia la puerta por la
que acaba de salir y después desvío la mirada hacia la camisa que
me cubre. Siento el aroma de Sasuke envolverme al colocármela bien
y, no puedo evitar sonrojarme por ello. Además de darme cuenta de
que me queda algo grande. Me levanto del suelo y después de lavarme
la cara con algo de agua fría, me doy cuenta de que mi camisa no se
encuentra donde la dejé.
Sorprendido salgo del baño y al llegar
otra vez a la pequeña zona de mesas veo como el azabache sale por la
puerta con mi mojada camisa puesta.
Él solo se gira levemente y me sonríe
de medio lado para después desaparecer por la puerta del
establecimiento. Yo me quedo observando hacia donde él se encontraba
levemente confundido. A pesar de que no le soporto, a pesar de que
siempre rechazo el que se me acerque.... Mi cuerpo siempre reacciona
con su presencia. Se supone que tengo pareja y que soy feliz a su
lado pero.... es acercárseme Sasuke.... y mi mente se olvida de
todo. Sacudo la cabeza para quitarme esos pensamientos confusos de la
mente y, después de suspirar, camino hacia la mesa en la que me
encontraba. Recojo las bolsas y observo que la cuenta ya está
pagada. Vuelvo a mirar hacia la puerta inconscientemente y, después
de colocarme el abrigo salgo del lugar.
Nada más encontrarme en la calle una
ráfaga de aire azota todo mi cuerpo. Tiemblo levemente por el
repentino frío y, miro hacia el cielo, percatándome de que la
lluvia está próxima y debo apresurarme si no quiero acabar
empapado.
Corro por las calles hacia mi hogar
junto con las bolsas en mano. Leves y finas gotas están empapando mi
rostro pero consigo llegar antes de que la tormenta cobre fuerza.
Abro la puerta de la casa y observo la luz de la cocina encendida.
Suspiro mientras me quito el abrigo y los zapatos, para seguidamente
caminar hacia la estancia iluminada. Allí encuentro a mi madre, una
pelirroja de ojos azules, que cocina alegremente.
Dejo las bolsas sobre la mesa y ella
gira para observarme.
-Ya llegaste cariño.-comentó.- ¿Por
qué tardaste tanto?-me preguntó preocupada.
-Tuve un pequeño inconveniente pero,
no fue nada.-respondí intentando evadir la mirada de mi progenitora.
Me estaba evaluando puesto que se había percatado de que la camisa
que llevaba no era mía puesto que me iba grande.
-Mmm ya veo. Llamó Sasori preguntando
por ti.-dijo mientra volvía cocinar. Aquello llamó mi atención y
paré puesto que estaba por salir de la estancia.
-¿Dijo algo?-pregunto mirándola
curioso.
-Si.... me dijo que te preguntara si ya
habías decidido sobre qué hacer en año nuevo.-dijo como si nada.
Sasori es mi novio y hace una semana me
preguntó si quería pasar la navidad con él. El plan es quedarnos
en un hotel desde el 24 hasta el 31 y pasar el tiempo juntos. Sé muy
bien que tiene otras intenciones a parte de pasar tiempo normal
conmigo pero... a pesar de llevar 3 meses saliendo nunca hemos hecho
nada. Sé que sonará raro pero entre las clases, los exámenes y el
trabajo a tiempo parcial que tengo no solemos pasar mucho tiempo a
solas y.... pues a parte de besarnos un par de veces, literalmente
solo fueron dos veces, no ha pasado nada más entre nosotros.
Confío en él y se que me quiere
pero.... hay veces en las que siento que solo le interesa meterme
mano, sin importarle el momento o el lugar. La forma en la que me
mira en algunos momentos me pone algo incómodo y me siento como si
solo fuese un objeto para él.
Salgo de mis pensamientos al sentir la
mirada de mi madre sobre mi persona. Le sonrío con tranquilidad y a
paso lento me dirijo hacia la salida.
-Tranquila. Ya hablaré con él en otro
momento. Por ahora solo quiero darme un baño ya que estoy algo
mojado por la lluvia.
Después de decirle aquello salgo de la
estancia y subo las escaleras camino hacia el baño. Una vez allí me
quito toda la ropa y la pongo en la cesta para limpiarla.
Inevitablemente me quedo mirando la camisa entre mis manos y, algo
avergonzado la cejo doblada sobre el mueble, puesto que es lo único
que no se había mojado con la lluvia.
Entro en el baño y enciendo la
regadera dejando que las suaves gotas de agua caliente cubra todo mi
cuerpo. Me relajo y dejo que todas las preocupaciones abandonen mi
cuerpo. No quiero pensar en nada, solo quiero sentirme tranquilo
durante unos minutos. Ni siquiera sé cuanto tiempo estoy bajo el
agua cuando oigo a mi madre llamarme para que baje a cenar.
Rápidamente me enjabono entero y me enjuago. Salgo de allí y me doy
cuenta de que no cogí ropa para poder cambiarme. Algo avergonzado me
seco con la toalla y vuelvo a colocarme la camisa que me ha dejado
Sasuke. Lo bueno es que al irme grande, un poco por encima de las
rodillas, no se nota que no llevo ropa interior. Con un gran sonrojo
en el rostro bajo hacia el comedor y allí encuentro a mi padre
sentado junto a mi madre.
-Buenas noches, papá.-le saludo con
una sonrisa. Él gira feliz para saludarme pero puedo notar como su
expresión cambia a una sorprendida en cuanto me ve. Yo le observo
confundido por aquél cambio repentino.- ¿Pasa algo?-pregunto sin
sabe qué hacer.
-Naru... cariño.....-susurra mi padre
pero calla, al parecer sin saber qué decir.
-Lo que le pasa a tu padre es que....
¿te has visto al espejo mi niño?-me dice mi madre mientras ríe
divertida. Yo solo ladeo la cabeza confundido hasta que caigo en
cuenta de lo que quiere decir. Me sonrojo de sobremanera ante lo que
insinúa mi madre.
-Es solo... que no recordé coger un
recambio y...-balbuceé nervioso. Ella volvió a reír mientras mi
progenitor suspira.
-Venga.... ven a cenar que se
enfría.-me dice dando por zanjado el tema al ver mi sonrojo.
Sin más me siento en mi sitio y
cenamos los tres entre una cálida y tranquila charla. Después de
que mi madre me volviese a preguntar sobre mis planes para navidad,
advirtiéndome que me decidiese de una vez puesto que ellos irían a
casa de mi abuela, yo me dirigí hacia mi habitación.
Suspiro y me siento sobre el cómodo
colchón de mi habitación. Miro hacia la ventana y me quedo un buen
rato ausente, oyendo la lluvia caer. Pasan los minutos y salgo de mi
letargo al oír leves golpes en el cristal de mi ventana. Al mirar
hacia allí me sorprendo al darme cuenta de quién es la persona al
otro lado.
-¿Se puede saber qué haces?-pregunto
sorprendido mientras me levanto y abro la ventana. Él solo sonríe
de lado y entra como si nada.
-Solo vine a por lo que te
dejé.-comenta pero entonces se queda mirándome fijamente, lo cual
me pone muy nervioso si soy sincero.
-¿A por lo que dejaste?-te pregunto
confundido y virando mi mirada hacia otro lugar que no sean sus
profundos ojos negros.
-Hmp. Aunque supongo que no querrás
devolvérmelo.-responde mientras se va acercando hacia mi. Nervioso
voy retrocediendo hasta llegar al borde de la cama por lo que,
inevitablemente, termino sentado sobre esta. Sasuke me mira divertido
pero con aquella sonrisa que le hace parecer realmente sexy y
salvaje. Ante aquellos pensamientos me sonrojo fuertemente pero viro
rápidamente la mirada intentado que no se percate de ello.
-¿D-de qué hablas?-pregunto nervioso
ante su depredadora mirada.
-Hmp. Si me sigues provocando no podré
soportarlo mucho más.-le oigo susurrarme al oído. Yo gimo
quedamente al sentir su cálido aliento en aquella parte tan sensible
de mí. Mi cuerpo se estremece al notar como sus manos se posan en
mis piernas y las acaricia suavemente de forma ascendente y
descendente. Aquel leve roce me hace reaccionar y recordar mi
semidesnudo estado, al igual que me percato de lo que había querido
decir anteriormente. Al recordar que solo llevo su camisa puesta un
sonrojo tal cubre mis mejillas que hasta siento mis orejas arder de
la vergüenza.
-¡N-no te me acerques!-hago el intento
de gritar pero mi voz ha salido con tanto nerviosismo que se ha
quedado en un leve susurro. Mientras decía aquello le empujo con las
manos los hombros. Ni me había dado cuenta de que está
prácticamente sentado encima mío, lo cual hace aumentar mi sonrojo.
-Me temo que no podré concederte esa
petición.-me susurra muy cerca de los labios. Por alguna razón
siento una gran expectación de lo que hará a continuación pero él
solo se me queda viendo a los ojos, como esperando algo de mí. Me
regaño mentalmente al percatarme de mi estúpido y repentino deseo
de que el chico delante de mi me bese, como horas antes había echo.
Esa necesidad que estaba naciendo dentro de mí no podía ser por lo
que, aún sin tener muy claro que es lo que realmente deseo, lo alejo
y me levanto y camino hasta llegar a mi armario.
Él solo se me queda viendo, expectante
por algo, mientras yo saco mi pijama. Estoy por agacharme para abrir
el último cajón y sacar mi ropa interior hasta que recuerdo un
pequeño detalle. Al no llevar boxers no puedo agacharme, mucho menos
teniendo al azabache detrás, puesto que lo vería todo.
Me sonrojo y estoy por girar a verle
cuando siento unos brazos rodearme la cintura.
-¿Algún problema?-me susurra al oído.
Mi cuerpo se estremece por la sensación de sentir todo su torso en
mi espalda. Yo solo niego con la cabeza y dirijo mis manos sobre las
suyas en un intento por que me suelte, lo cual no consigo. Una de sus
manos baja por mi pierna derecha mientras la otra sigue apresando mi
cintura.
-¿Estás seguro?-vuelve a preguntarme
de forma sensual. Yo me niego a dejar escapar un gemido que quiere
salir por culpa de las caricias de su mano en mi pierna. Un nuevo
escalofrío me recorre el cuerpo al notar como su traviesa extremidad
está subiendo por mi muslo. Esa acción me altera puesto que si
sigue subiendo llegará a una parte peligrosa.
-Sa-Sasuke.... para....-digo mientras
intento separarme de él. Mi acción no parece gustarle puesto que su
mano se aferra aún más a mi cintura, de tal modo que logro sentir
su entrepierna rozar mi trasero. Ante la presión gimo sin poder
evitarlo.
-Así que... es como imaginé.-susurró
con la voz algo ronca. Podía sentir su deseo en todas y cada unas de
las sensuales caricias a mi cuerpo.
Iba a preguntar a qué se refería
cuando me gira de repente y siento mi espalda chocar contra la puerta
del armario para, seguidamente sentir mis labios apresados por los
suyos.
El beso es tan pasional y salvaje que
es como si me robase el aire directamente de los pulmones para luego
volver a devolvérmelo. Siento todo su cuerpo pegado al mío y la
presión a la que me estoy viendo sometido me hace sentir aún más
acalorado. Mientras nuestras lenguas batallan y nuestras salivas se
mezclan, siento como sus dos manos se pasean sin descaro alguno sobre
mis piernas desnudas.
No me doy cuenta de cuando pero, de un
momento a otro, me ha alzado por lo que yo, automáticamente, enrosco
mis piernas en su cintura. Al igual que mis brazos se encuentras
rodeando su pálido cuello. Soy llevado hasta el escritorio de mi
cuarto y allí soy depositado pero él aún sigue entre mis piernas y
bien pegado a mí.
No sé porqué estoy permitiendo que
esto pase pero.... como ya dije antes, hay algo dentro de mí que
reacciona con Sasuke y me hace desearlo sin medida. Mi mente dice que
pare esto antes de que llegue a más, pero mi cuerpo no quiere
obedecer a sus mandados.
No sabría decir cuanto tiempo
estuvimos besándonos pero nuestros organismos ya necesitaban del
vital oxígeno por lo que se fue separando de mí lentamente, no sin
antes morderme con algo de pasión el labio inferior.
Gimo sin pretenderlo y siento como mi
cuerpo se relaja ante su penetrante y lujuriosa mirada. Mi
respiración se encuentra agitada e irregular, al igual que la suya.
En ningún momento en el cual nos dedicábamos exclusivamente en
normalizar nuestras respiraciones él se separó de mí. Al
contrario, se aferró aún más a mi cintura sin dejar de mirarme.
Doy por echo que si intentase seguir hasta el final no sería capaz
de negarme. Todo mi cuerpo se siente entumecido por el placer y la
excitación que el azabache a provocado en mí.
-No vayas.-susurra sin dejar de
mirarme. Yo no comprendo lo que quiere decir y supongo que mi rostro
confundido debe de habérselo echo saber puesto que sonríe con algo
de ternura ante, lo que quiero creer, mi ingenuidad usual en mí.- No
pases las fiestas con él.-me aclara.
Ante aquello no sé qué decir ni qué
hacer. Algo el intento de decir algo pero al parecer mi boca no
quiere funcionar como se debe. Al pasar un par de minutos y sin
obtener una respuesta mía él se separa lentamente de mi cuerpo, con
lo que parece decepción en su mirada. Eso no puedo soportarlo por lo
que agarro con algo de timidez una de las mangas de su camisa. Con el
rostro mirando hacia el suelo por la vergüenza que me causa mi
repentino acto, decido intentar hablar de nuevo.
-Sa-....Sasuke yo....-susurro
tímidamente. Estoy realmente confundido y no sé muy bien cómo
debería actuar ahora mismo.
Él se suelta de mi débil agarre y,
cuando pienso que se marchará, me levanta el mentón con el mismo
brazo y me obliga a mirarle a los ojos.
-Piénsatelo pero.... si decides irte
con él.... yo me rendiré definitivamente contigo.-dijo y ante su
mirada seria yo no supe muy bien como reaccionar pero, aún así,
conseguí responder algo coherente.
-Y si..... ¿decido no ir?-pregunto y
él sonríe por ello.
-Si decides no ir... te daré la mejor
noche de tu vida..... y todas la siguientes hasta el final de tus
días.-responde mientras me acaricia lentamente una de mis mejillas.
Después simplemente se separa del todo
de mí y se aleja hacia la ventana. Una vez allí se sienta en el
barandal del balcón y se gira levemente mientras me sonríe de lado.
Yo solo observo como se moja por la fuerte lluvia pero él permanece
impasible, como si no notara aquellas molestas gotas empapar su
cuerpo entero.
-Por cierto....-murmura y me mira
divertido, lo cual llama mi atención.-.... me encanta que no lleves
ropa interior con mi camisa. Eso te hace ver realmente sexy.-comenta
mientras se lame lascivamente los labios. Yo me sonrojo de
sobremanera ante su comentario y le lanzo lo primero que tengo al
alcance, que resulta ser mi libro de historia, pero él lo para como
si nada. Después de sonreír con superioridad, salta hacia el balcón
de enfrente y entra en la habitación. Si, resulta que es mi vecino
desde principios de año.
Yo sigo sentado sobre el escritorio
unos minutos más hasta que me levanto y dirijo hacia la ventana. La
cierro con seguro y corro las cortinas. No me apetece tener que mirar
a ese pervertido por un tiempo. Ahora mi cabeza sigue dándole
vueltas a las palabras del azabache y realmente no sé que debería
de hacer. Suspiro para estirarme sobre la cama y decido que será
mejor dormir y pensar sobre ello una vez esté más descansado. Como
no tengo ganas de moverme sigo con la camisa de Sasuke puesta, aunque
esta vez, si que me he puesto los boxers, por si acaso.
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Ya ha pasado una semana
desde que hablé con Sasuke. He estado pensando mucho en lo que
debería de hacer pero... al final sigo tan confundido o más que al
principio.
Mis padres ya han hecho las
maletas para irse a casa de mi abuela. Yo como seguía sin saber que
hacer no les dije nada por lo que me dejarán aquí.
Estoy sentado sobre mi cama,
mirando por la ventana hacia el cuarto del azabache. Desde aquel día
que no le veo para nada y... no puedo evitar sentir un gran vacío en
mi pecho. Suspiro y me dispongo a levantarme cuando comienza a sonar
mi móvil. Reconozco la melodía por lo que me apresuro a contestar.
-¿Naruto?
-Si....
dime Sasori.-respondo tras oír su voz. Por alguna razón me siento
nervioso y no quiero oírle.
-Verás....
como no me dijiste nada supongo que decidiste quedarte conmigo.-me
dice con su voz calmada.
-Emm....
yo...-intento decir algo pero me interrumpe.
-Reservé
en el hotel del centro.... Te envié la dirección por correo.-dice
bastante animado.
-¿El
hotel del centro?-pregunto cohibido.
-Si....
¿sabes cual es no?
-Si...se
cual es pero.....-me vuelve a interrumpir.
-Bien
pues entonces quedamos allí hoy a las 20h.-dice para
seguidamente colgar.
Yo me
quedo mirando a la pantalla durante unos segundos sin saber qué
hacer. Ni cuenta me he dado que durante toda la conversación me he
estado moviendo por todo mi cuarto. Es una costumbre que tengo cuando
me pongo nervioso, el no poder estar quieto me refiero.
-El
hotel del centro.... a las ocho....-digo para mí mientras dirijo mi
mirada hacia el reloj.- Quedan solo dos horas...
Inevitablemente
mi vista se posa en las cortinas del cuarto de enfrente. Creo que....
ya sé qué es lo que quiero, por lo que suspiro para darme ánimos y
cojo unas cuantas cosas. Seguidamente salgo de mi casa en dirección
al hotel.
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No se
si esta ha sido la mejor decisión pero... ya está tomada. Ahora me
encuentro sentado en una gran cama de matrimonio esperando por la
persona con la que decidí quedarme. Estoy realmente nervioso y, como
ya dije antes, no puedo estarme quieto cuando me encuentro de los
nervios. Me levanto de la enorme cama cubierta con un gran y precioso
cobertor rojo pasión con partes en negro. Mi vista se pasea por toda
la habitación: los rojos abundan tanto en las sábanas como en las
cortinas; los muebles son preciosos y están colocados de forma que
le dan un cierto toque de elegancia a la estancia; las suaves y
perfumadas velas colocadas por todo el lugar le dan el toque de
romanticismo al igual que los suaves pétalos de rosas sobre la cama
y el suelo; y por último tenemos la gran vista de la ciudad de
noche, junto con la luz de la luna que es lo único que alumbra la
habitación.
Me
quedo perdido ante la maravillosa vista que me otorga el gran
ventanal del lugar, hasta que siento unos brazos rodearme la cintura.
Abro los ojos sorprendido y volteo rápidamente a ver a la persona
causante de la suave calidez que me estaba envolviendo.
-¿Qué
haces aquí?-pregunto sorprendido puesto que delante de mí se
encuentra....
-¿De
verdad creías que te dejaría seguir con este error?-dice con su
típica sonrisa de lado.
-Sasuke....-susurro.
Siento su mirada sobre mí lo cual me pone nervioso pero... una suave
sonrisa aparece en mi labios. Entonces me doy cuenta de que me ha
acorralado contra la ventana y me hace gracia. ¿Qué manía tendrá
con acorralarme contra los sitios? Él me mira algo extrañado por mi
reacción pero no le doy tiempo de nada puesto que con todas mis
fuerzas lo empujo para que termine sobre la cama.
Él me
mira sorprendido por mi repentino acto pero entonces me siento sobre
sus piernas y le beso. Al comienzo es un contacto suave pero pronto
sale de su aturdimiento y comienza corresponder al acto. Su lengua
roza mis labios, indicándome que quiere penetrar en mi cavidad. Yo
le dejo paso gustoso y entonces siento como nuestros calientes
órganos batallan por el poder y el control del pasional contacto.
El
único sonido que se oye por todo el lugar es el de nuestras salivas
chocar y mezclarse, al igual que los leves gemidos que ambos dejamos
salir entre nuestro apasionado beso. Siento mi temperatura subir, aún
más cuando sus manos se posan sobre mi cintura y me acerca más
hacia sí.
Gimo
sin querer evitarlo y me separo levemente de su devoradora boca. Me
mira con ojos lujuriosos pero sé que sigue sorprendido por lo que
deberé de aclararle unas cuantas cosas.
-No me
prometiste.....¿la mejor noche de mi vida?-le pregunté sin apartar
mi mirada de la suya.
-¿Y
Sasori?-me preguntas confundido.
-Rompimos....-dije
sin más.-.... Sabía que vendrías.-susurré sin dejar de mirarle.
-¿Lo
planeaste?-yo reí un poco ante su voz sorprendida.
-¿Y
qué si así fue?-digo algo arrogante.
-Entonces....
realmente deberé castigarte por asustarme de esa forma.-dices
mirándome malévolamente.
-¿Sasuke?-pregunto
algo asustado por esa sonrisa.
-Has
sido muy malo zorrito.... y es hora de castigarte por ello.-me
susurra al oído para luego lamerme el lóbulo. Yo gimo extasiado por
esa endemoniada voz que me está prometiendo el cielo y el infierno
con tan solo una mirada.
-Hazlo....
castígame cuanto quieras....-susurro yo para seguidamente tumbarme
sobre el mullido colchón y abrirme de piernas, en una clara
invitación.
Él
solo sonríe encantado para después lanzarse sobre mí como león a
su presa. Puedo decir.... que esta noche será realmente larga
pero.... sé que no me arrepentiré de mi decisión. Sé que con
Sasuke a mi lado... no podría desear nada más de regalo de Navidad.
......FIN......
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